“La Guajira es una dama refinada bañadas por las aguas del caribe inmenso, y lleva con orgullo en sus entrañas una riqueza guardada orgullo pa’ mi pueblo, majestuosa encabezando el mapa, cual pedestal representando un reino”. Así describió Hernando Marín en su canción La dama guajira al departamento hace más de 30 años.
Tenía tanta razón Marín, La Guajira es un departamento de algo más de un millón de personas que recibió entre 1995 y el 2015 una cifra nada despreciable de 4,5 billones de pesos solo por concepto de regalías, pero que en este mismo periodo de tiempo se ha intentado declarar en quiebra más de una vez.
A pesar de tantas riquezas cuenta este departamento con la tasa de muerte infantil por enfermedades asociadas a la desnutrición más alta de Colombia, más del doble de la media nacional. Sujeto con esto, otros datos como índices de pobreza y desigualdad dentro de las mediciones que hace el Dane se mantienen iguales o aumentaron. Lo anterior sin contar con que en las mediciones del 2017 con respecto al año 2016, el Boletín técnico Pobreza Monetaria para La Guajira indica que “la pobreza en La Guajira alcanzó una incidencia de 52,6%, mientras que en 2016 fue 52,5%. A nivel nacional, la pobreza pasó de 28,0% en 2016 a 26,9% en 2017”, es decir, está más de 20 puntos porcentuales alejado del a media nacional. Por otro lado, “la pobreza extrema en el 2017 fue del 26,5% frente a 25,3% en el año 2016. A nivel nacional, la pobreza extrema pasó de 8,5% en 2016 a 7,4% en 2017”. El índice GINI indicó para esta evaluación que “para el año 2017, en La Guajira, el coeficiente fue de 0,553 frente a 0,543 en 2016".
En un territorio prácticamente en quiebra, con muchos de sus índices sociales en una situación alarmante, ¿cuáles son los motivos para que se presente esta situación? La razón principal para que el departamento no tenga rumbo al desarrollo radica en un elemento fundamental: debilidad administrativa.
El departamento de La Guajira ha tenido más de 8 gobernadores en los últimos 3 periodos electorales, es decir, un gobernador cada 1.5 años en promedio. Además de eso, hay al menos 4 de los últimos gobernadores condenados o en proceso de condena. Si se analiza la lista de gobernadores desde los años 90 a la fecha la mayoría ha sido suspendido para ocupar cargos públicos, y al menos 7 actualmente están siendo investigados o presos.
Estas personas, desde que el departamento de La Guajira se constituyó administrativamente como territorio autónomo, han puesto a los siguientes gobernadores, alcaldes, concejales y principales autoridades administrativas del departamento. De estas fuerzas políticas han salido senadores, los últimos candidatos que en 8 años consecutivos han perdido la participación del departamento en la máxima casa de la democracia en Colombia. Sin olvidar que tienen los representantes a la Cámara, y a la mayoría de las entidades públicas, y colocan a las personas que quieren, sin importar la experiencia, preparación académica o reconocimiento nacional o departamental. Lo que importa es el voto y el dinero, parece no importar nada más que el poder.
Todo esto ha pasado bajo la complicidad del Estado desde siempre, lo último que hizo el gobierno de Juan Manuel Santos fue intervenir el departamento, nombró gobernador, nombró personas en las entidades territoriales y otros cargos importantes, pero después de eso todo siguió igual.
De hecho, parece ser tan poca la importancia del departamento que el presidente Duque nombró a la alcaldesa encargada del distrito de Riohacha por una entrevista en Skype. Como dirían en la capital del guajira "¿dame razón?". No se tomó el presidente Duque la molestia de invitar a los candidatos a la Casa de Nariño, de ir personalmente a Riohacha, solo los escuchó por una pantalla y listo. Esta es una ligereza del presidente, quien demostró una vez más que no les interesa ni un poco cambiar la situación actual del territorio.
Además, hoy está a punto de regresar a la cárcel el suspendido gobernador Wilmer González, quien hace menos de dos meses había regresado al cargo. Esta situación causa nuevamente un desorden administrativo, ya que no hay ninguna continuidad en los procesos, todo se entorpece y todo se detiene, bajo el beneplácito del gobierno nacional y sus instrucciones. Si sabían que se iba a caer o que una condena de la justicia quedaría en firme, ¿por qué dejaron volver a Wilmer?, ¿no perjudica más eso la imagen del departamento?, ¿es una cortina de humo?, ¿qué empresario va a querer invertir en estas condiciones?
Nuestros líderes políticos parecen haberse detenido en el tiempo, no están leyendo el contexto político social y económico que estamos viviendo en estos años. Parecen no tener visión, solo les interesan los 4 años de gobierno y ya. Así mismo, parecen haber olvidado de que son ellos los que toman las principales decisiones en una democracia, los que dicen para dónde vamos, qué se va a producir, en qué vamos a innovar, en qué gastaremos el dinero departamental... parece que no se dan cuenta de esto.
Ya se planean este año las elecciones locales del 2019, ya están saliendo los candidatos de los mismos de siempre, ya hay nuevamente dinero en búsqueda del poder. ¿Qué pasará?, ¿si saben lo que van a hacer en el cargo?, ¿cómo ven al departamento en 4 años?, ¿en 10 años?, ¿en 20 años?, ¿en 50 años?, ¿en 100 años? Si están visionando el futuro del departamento, ¿cuáles serán las fuentes de empleo?, ¿con qué dineros van a ejecutar sus planes de desarrollo?, ¿cómo ven la salud, la educación, los servicios públicos?, ¿cómo ven el agro, la industria, el comercio y el transporte?, ¿cuáles son sus ideas de trabajo? Hay un mar de preguntas tan amplio como el mar Caribe que baña el departamento y se deben responder si quieren ocupar un cargo de elección popular.