Atlantijazz es un festival alternativo de jazz que se realiza en Barranquilla y el Atlántico en un entorno en el que giran las preocupaciones académicas y educativas de lo que sucede fundamentalmente en el programa de música de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico, bajo la iniciativa y la organización del maestro Guillermo Carbó, profesor de composición, compositor de música contemporánea y director de la extraordinaria Atlántico Big Band.
Diríamos que es una apuesta para ayudarnos a entender nuestras propias ideas del jazz. Once años después de haber iniciado la experiencia de Atlantijazz, es absolutamente clara la provechosa consecuencia que un proceso así representa para la salud musical de una determinada sociedad. Y yo me atrevo a asegurar, sin ninguna duda, que lo que han significado estos años del proceso de Atlantijazz, sumados a los 20 años de Barranquijazz, para la cualificación del oído, para ampliar los horizontes del conocimiento y las visiones de la música, y también para estimular el emprendimiento musical en la ciudad y en el departamento, es una de las cosas que todavía no hemos podido analizar de manera detenida y pormenorizada.
Considero que más allá de cualquier otro afán personalista o institucional, es importante mirar estos casos como parte de un entorno cultural que poco a poco ha devenido un proceso en el que juegan algunos otros factores distintos a los meramente musicales. Si miramos el entorno hallamos que lo que ha avanzado el Caribe colombiano en términos musicales tiene mucho que ver con lo que ha sucedido en Barranquilla, el Atlántico, Sincelejo y Montería, especialmente, en términos de experimentación de formatos, sonoridades, fusiones, investigaciones en los lenguajes compositivos y arreglísticos, entre otras variantes.
Otro factor de contexto es el provechoso entrecruzamiento de habilidades y competencias desarrolladas en la ciudad y en la región a través de la inclusión del jazz y su cultura en las matrices de estudio de las diferentes escuelas de música de la ciudad, en la Universidad del Atlántico, la Universidad del Norte, la Universidad Reformada, y hasta en la Escuela Distrital de Artes, así como en otros centros educativos en la Universidad del Magdalena, en Santa Marta, en la Escuela de Bellas Artes y Ciencias de Cartagena, como también en Montería y Sincelejo. Todo eso es sin duda un reflejo positivo de lo que ha sucedido en estas dos décadas en Barranquilla y el Atlántico.
Así como Barranquijazz no podría entenderse sin las experiencias de los programas de jazz de radio de los años 80; y sin las experiencias jazzísticas de los bares de jazz de esos años como Chic Corea Jazz Bar; Manhattan Jazz Bar, Cascatinha Jazz Bar y Blue Note Jazz Bar; y de los conciertos de jazz excepcionales que se protagonizaron en el Colombo Americano, en Bellas Artes, en la Universidad del Norte, en La Aduana, y en el Amira de la Rosa, como los de Zimbo Trío, Longinou Parsons, la Orquesta de Jazz de la Universidad de Howard, Lionel Hampton y su Orquesta, Gerry Mulligan Quartet, el Bowling Jazz Trío, Trevor Watts y Moire Ensamble, de Gahana, Eddie Martínez y su grupo, Justo Almario y Poncho Sánchez, entre muchos otros. Experiencias todas que juegan al contexto propicio para que surja más tarde un festival como el festival internacional de jazz que hoy tenemos.
A su vez, sin las dinámicas y tensiones de este festival no se entendería el surgimiento de un fenómeno como el de Atlantijazz y sin estos tampoco sería explicable la importancia que ha ido tomando el capítulo de jazz del Festival de Música Interactiva Uninorte en verano; y desde luego emprendimientos tales como el International Drum Festival, que está apenas forjándose, o la magnífica idea de los más de 200 miércoles de Jazz en la Cueva, donde hemos podido observar, admirar y disfrutar buena parte de lo que vale la pena ver en materia de jazz hoy por hoy en nuestro entorno.
Así que Atlantijazz es una instancia musical concebida y realizada por un colectivo de investigación musical que le asegura a los amantes del jazz una programación donde es posible ver, en lo fundamental, cómo van las cosas en términos de grupos conformados, músicas en exposición, tendencias compositivas, nuevos nombres en la interpretación instrumental, nuevas voces en la interpretación del jazz vocal, rubro en el que en otro momento era muy difícil constatar talentos y hoy por hoy hay una nueva generación de voces que asombran; y sobre todo, ver cómo van surgiendo los jazzistas en las provincias del Caribe colombiano; especialmente en el Atlántico.
Para sus once años, como ha ocurrido también en años anteriores, alrededor de un grupo internacional giran un par de nombres de importancia nacional y a ellos se suman los grupos sobresalientes en el medio universitario de la ciudad y la región, además de las iniciativas de los jazzistas independientes provenientes de la ciudad o de otras direcciones.