Humberto Molina es un dirigente socialista de la vieja guardia que ha combinado la academia con la política. Han sido cuarenta años buscando caminos y solo ahora a los 68 años decidió jugársela por una curul en el senado. Es el número 85 de la Alianza Verde donde coexisten distintas tendencias, desde la izquierda de donde viene Molina hasta el centro de Enrique Peñalosa y John Sudarsky.
¿Como ve las pujas al interior de la Alianza Verde y a Enrique Peñalosa en particular, sabiendo que usted lleva 4 años de lucha desde la izquierda?
Yo creo que Peñalosa representa un matiz más de centro, que de centro izquierda, pero que también tiene cabida dentro de la alianza. Históricamente EL Partido Verde ha estado mas hacia el centro que hacia la izquierda, y la alianza lo debía tener claro. Hay que respetar la decisión sobre candidatura presidencial que se adopte.
¿Qué le propone al país de hoy después de 40 años de haberle apostado a la izquierda?
La paz tiene una gran oportunidad. La paz se hace entre enemigos y adversarios, y aquí hay una sola de las partes que es la guerrilla pero hay que entender que en país hay otras fuerzas armadas, económicas y sociales que han respaldado a otros agentes del conflicto y que es necesario que en algún momento entren a participar de este proceso. El congreso va ser el lugar privilegiado para perfeccionar acuerdos. Hay que lograr entendimientos con sectores como los que representa el ex presidente Álvaro Uribe, adversarios a una política de paz y que han sostenido que hay que adelantar una política militar que lleve a la derrota de la subversión. Hay que incluir a Uribe en el proceso de paz para que no se repita el genocidio de la Unión Patriótica
Como piensa convencer al expresidente Uribe y su bancada de jugarle a la paz?
Seguro que intentarán bloquear los acuerdos de paz e imponer sus condiciones, pero ese será el espacio donde se encontrarán aquellos sectores que han estado representados en cuerpo ajeno como los paramilitares y otros actores como las guerrillas y los militares. Todos deben tener un canal de expresión en el nuevo congreso. Por eso es importante que las decisiones que se tomen en materia de reconciliación y justicia transicional acojan a todas las partes.
¿Entre cerca de 2.300 candidatos en una contienda donde corren ríos de dinero, que ha sido lo más difícil de su campaña?
Las reglas electorales como están establecidas son un rey de burlas. Formalmente por ejemplo un candidato de la Alianza Verde puede gastar hasta $300 millones en la campaña, pero en el Casanare rueda la plata de las regalías y se habla de campañas hasta de $30 mil millones en su campaña, lo toman como una inversión que recupera después. Un solo candidato gasta todo lo que puede gastar un partido completo y mil veces más de lo que puedo gastar yo.
¿Cuanta plata tiene para su campaña?
Yo solo espero gastar entre $100 y $150 millones en campaña, y todavía no los hemos recogido.
¿Quién lo esta apoyando con la financiación?
Algunos amigos, pequeños empresarios que me han conocido a través de mis trabajos de asesoría, muchos profesionales que han dado su contribución personal.
¿Quien es su mano derecha en la campaña?
Bueno, tengo varias manos derechas, el exsenador y exrector de la Universidad Nacional Ricardo Mosquera, Sergio Pulgarin que es un industrial del carbón; dirigentes sociales como Norberto Ríos de la Escuela Nacional Sindical en Antioquia, Gabriel Martínez, Cristina de la Torre, académica columnista del Espectador, y en el magisterio también tengo un apoyo importante. El mensaje es que no se trata de un caudillo político con unos peones electorales buscando votos, queremos ser un equipo que abra espacios de participación. Pero es difícil acceder a los medios de comunicación, lograr que nuestras ideas penetren y se incorporen al debate público.
¿Cuáles son las ideas en las que quiere insistir?
No basta firmar la paz, hay que asegurar que sea sostenible y duradera. Hay que hacer un reordenamiento político administrativo del territorio. Descentralización sin ese reordenamiento es simplemente entregarle los recursos públicos a los poderes locales. Es necesario redefinir las circunscripciones regionales para que sean mucho más representativas y el desarrollo económico regional sea menos desigual.
¿En que consistirían esos cambios en la estructura político administrativa del Estado que propone?
Es necesario redistribuir competencias. Actualmente no hay entidades regionales que sirvan de puente entre el Estado y las entidades municipales. El departamento es una especie de muerto viviente. Ha perdido ese papel que se le había asignado de ser el intermediario entre el Estado central y las entidades locales. Se requiere un ente que represente los intereses de la región y tenga la autonomía y la capacidad suficientes para desarrollar políticas regionales, sobre todo de desarrollo rural. El país no puede seguir haciendo descentralización para que lo poderes locales se roben los recursos públicos. Se trata de un reordenamiento que sirva para el progreso llegue a las regiones del país y no que unos cuantos poderes locales sean los beneficiados.
¿A quien admira en el actual Senado?
La opinión publica esta mal informada de lo que realmente pasa en el Congreso. Hay más de un Senador que tiene méritos. Pero reconozco especialmente el trabajo de Jorge Robledo del Polo, así no comparta todos sus puntos de vista; el l senador Luis Fernando Velasco del Partido Liberal y la fallecida Senadora del Partido Verde Gilma Giménez.
