Si les preocupa tanto la familia, ¿por qué no reducen la jornada laboral?

Si les preocupa tanto la familia, ¿por qué no reducen la jornada laboral?

Aunque parezca descabellado, hay países desarrollados que han logrado con éxito no exceder las 40 horas semanales y mejorar la calidad de vida de sus habitantes

Por: ROBERTO NÚÑEZ PÉREZ
octubre 17, 2018
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Si les preocupa tanto la familia, ¿por qué no reducen la jornada laboral?
Foto: Pixabay

Los sectores más conservadores de nuestro país siempre han tenido entre sus estandartes la lucha por la familia, ante todo por lo que ellos llaman la familia ideal, la que debe estar conformada por un hombre, una mujer y los hijos (mientras más, mejor, hay que evitar los preservativos). Sin embargo, la discusión de lo que es una familia no la vamos a tratar en este artículo, aunque lo que sí es cierto es que nuestra definición es mucho más amplia.

En lo que queremos centrarnos en esta ocasión es en la disolución de la familia, cualquiera que sea el concepto que tengamos. Siempre se temió que el comunismo acabaría con ella, pero ocurre que son las sociedades capitalistas las que han generado su decadencia. Ahora bien, ¿cuáles son las causas?, ¿la perversidad de la gente?, ¿el libertinaje? Hoy encontramos que en el país el, según el DANE, el 56% de las mujeres colombianas son madres cabezas de familia y que para el 2015 el 50.5% de los embarazos en Colombia eran no deseados, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía y Salud. Estas cifras, de por sí, son preocupantes, ya que millones de mujeres tienen que criar prácticamente solas a sus hijos, y aunque es claro que pueden hacerlo, el problema es que no es fácil, ni siquiera para las familias “ideales”.

Veamos, el 47.3% de los trabajadores en Colombia labora de manera informal (para no hablar del desempleo que hasta agosto de 2018 alcanzó el 9.2%). Estas cifras son generosidad del DANE, sabemos que la realidad se nos revela aún más cruel. Trabajar de manera informal significa muchas cosas: recibir bajos ingresos, no tener seguridad social, trabajar más de ocho horas diarias, etc. ¿Puede alguien que trabaja de ocho de la mañana a siete de la noche llegar a casa y ayudar a sus hijos e hijas a hacer tareas, charlar con ellos, sacarlos al parque, etc.? Dirán algunos que los fines de semana, pero sabemos que el trabajador informal debe también trabajar los fines de semana. Incluso los trabajadores formales se ven con serias dificultades para compartir con sus hijos por las largas jornadas de trabajo.

Entonces, coloquemos otro ejemplo, poco sabemos de esas mujeres que trabajan de internas y que se levantan de madrugada y se acuestan tarde atendiendo a los patrones y sus hijos. Mujeres que solo tienen descanso en el mejor de los casos los domingos cada ocho días y, y en el peor, cada quince días. ¿Quién atiende a los hijos de estas mujeres mientras ellas atienden a los hijos de otras? ¿Quién educa a esos muchachos?, ¿la televisión?, ¿la música cargada de pornografía?, ¿la pandilla del barrio?, ¿la droga?, ¿el abusador sexual?

Además, ¿qué tiempo familiar puede dedicarle un taxista, otro ejemplo, a sus hijos si lo que necesita es hacer la tarifa y ganar para el diario? Claro, algunos dirán que así como esos taxistas y demás trabajadores dedican tiempo a tomar y ver telenovelas y realitys deberían también dedicarlo a los hijos. Eso puede ser cierto, pero para un pobre es más barato tomarse unas cervezas o ver televisión que ir a Cartagena con la familia un fin de semana, donde necesitará, si vive en Barranquilla, al menos $200.000 pesos para transporte, almuerzo, carpa, alguna cervecita y… difícil.

Si en verdad alguien se preocupa de manera auténtica en recuperar a la familia, conservarla, revitalizarla, lo primero que debería hacer sería trabajar para formalizar a los trabajadores, dignificar el trabajo, aumentarle el salario a todos y, sobre todo, reducir la jornada laboral; una jornada que no pase de seis horas y que les permita a padres y madres de familia encontrarse en sus casas para compartir y charlar. Por supuesto, esto también necesita de unos cambios culturales que permitan dejar atrás el concepto patriarcal de familia. Lo que queda claro de todas maneras es que sin un soporte económico todo se vuelve palabrería.

Quizá hablar de reducir la jornada laboral parezca una idea traída de los cabellos, pero si vemos que países desarrollados tienen jornadas laborales que no exceden las 40 horas semanales veremos que no es absurdo: Países Bajos (39,1 horas), Noruega (39,1 horas), Nueva Zelanda (39,2 horas), Lituania (39,5 horas), Suecia (39.7). Otros como Francia, Finlandia, Alemania y Bélgica ni siquiera llegan a las 41.

Entonces, ya es hora que los amantes de la familia inicien su cruzada para mejorar las condiciones laborales de los colombianos y hagan posible que los tengan más tiempo para la libertad que para el trabajo. Insisto, pude parecer utópico, pero también lo era el voto universal, el femenino, la libertad de los esclavos, etc. De lo contrario, todo no es más que una farsa, como presiento que es, por lo que tales transformaciones corresponderá hacerlas a quienes realmente las necesitan.

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