Sí, nos matan por ser mujeres

Sí, nos matan por ser mujeres

A propósito de una de las afirmaciones de Margarita Posada en el debate de Semana en vivo del pasado 25 de septiembre

Por: Andrea M. Rodríguez *
septiembre 27, 2018
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Sí, nos matan por ser mujeres

Señora Margarita Posada, respetada escritora y periodista, primero que todo me presento. Soy una joven de 22 años de un municipio antioqueño, ejerzo en el área de la salud y en mis ratos libres me gusta leer y sintonizar programas de opinión, entre ellos Semana en vivo. El pasado 25 de septiembre estaba viéndolo y justo en esa edición, donde se debatía ¿Por qué las feministas se erizaron con los comentarios de Amparo Grisales?usted era una de las invitadas. Contrario a lo que debe estar pensando no voy a centrarme en la idea focal del debate —la discusión del feminismo, su historia, relevancia y evolución en la sociedad—, ni mucho menos en la diferencia que se presentó entre Alejandra Borrero y Amparo Grisales, más bien quiero contarle un pequeño trozo de mi historia, la cual reviví al escuchar una de sus intervenciones.

—¿Feminicidio no es lo mismo que un homicidio? Es matar un ser humano, es lo mismo.

—¡No!, te matan siendo una mujer, no por ser una mujer.

—A mí me parece igual maltrato hablarle a un hombre así o ¿una mujer por qué va a tener derecho a pegarle una cachetada a un hombre? ¿Entonces eso si está bien visto porque es una mujer?

Esas frases reflejan un pensamiento muy común en nuestra sociedad, espero que no tome una posición de prevención porque no la estoy atacando, ese pensamiento es tan común que yo lo tuve hasta hace 3 años.

Cuando una mujer no ha vivido en carne propia la violencia por parte de un hombre es muy difícil que logre entender la magnitud de este hecho. Yo era de las mujeres que consideraba que jamás me dejaría pegar de un hombre. Uno se cree con el coraje, la valentía, la fuerza y la sabiduría para nunca dejarse agredir de un hombre, o por lo menos para defenderse y contrarrestar la agresión, hasta que llega el día en que te enfrentas a la cruda realidad, a esa que por evolución nos ha tocado a las mujeres.

Hace 3 años tuve una relación algo tormentosa, llegó el momento en que decidí terminarla. El individuo no quería que yo lo dejara y meses después de haberme alejado me encerró en una casa por 12 horas. Durante ese tiempo me agredió física, psicológica y sexualmente. Yo intenté defenderme, grité, pedí auxilio, intenté soltarme de sus manos y cuando me pegaba trataba de responderle. Incluso en un momento le pegué una patada la cual fue respondida con otra que casi me fractura la zona de impacto.

El hombre me estranguló, me rompió la toda la zona oral, me amenazó con un cuchillo carnicero, me violó una y otra vez, y solo sobreviví porque me di cuenta que con la fuerza no iba a lograr salir viva. Justo ahí entendí el porqué de la vulnerabilidad de la mujer frente a un hombre, no es que seamos menos, es que por cuestiones evolutivas los hombres generalmente tienen más fuerza y poder físico sobre una mujer, y ese privilegio que ellos tienen no debe ser usado bajo ninguna circunstancia para maltratarnos, violarnos, fracturar nuestra cara o nuestro cuerpo.

Pues bien, estoy de acuerdo con que ningún tipo de maltrato debe ser permitido en una relación, esas son relaciones nocivas, cuyos antagonistas pueden ser tanto el hombre como la mujer. Sin embargo, el hombre sabe por instinto que hay una situación de poder en el aspecto físico, que al agredir a una mujer físicamente la puede someter y herir en la forma que este quiera, porque son pocas las mujeres que cuentan con las condiciones físicas para contrarrestar estos ataques.

Solo las mujeres que lo hemos vivido comprendemos en todos los aspectos la vulnerabilidad que sentimos al ser atacadas por un hombre, lo quebrantadas que quedamos, el pánico que nos genera la situación, la sensación de que tu vida se acabó en las manos de alguien más, de que el aire no llega a tus pulmones porque alguien te está estrangulando sin tú poder hacer nada, de que te fracturan una parte de tu cuerpo, de que te violentan sexualmente sin tú poder moverte, de que te rompen la boca y te golpean la cara... esa capacidad de hacer daño que tienen los hombres nos supera por mucho a las mujeres. Hasta ese día logré entender lo indignante que es que un hombre se aproveche de esa condición para torturar a una mujer.

El feminicidio no es un "ismo", es lo que hemos vivido las mujeres en un sociedad machista, en la cual al no someternos a los estándares de lo que los hombres algunos de ellos se llenan de tanto odio hacia nuestra esencia, lo que somos, lo que queremos para nuestras vidas. Odian tanto la posibilidad de que nuestra identidad no se vea definida por ellos que se creen con el poder de transgredirlos físicamente, de someternos, como si nuestros cuerpos solo fueran para beneficio de ellos, y por eso nos pueden violar, golpear y hasta matar.

Señora Margarita Posada, así como usted muchas personas minimizan este término, yo lo minimicé hasta hace poco, pero al hacerlo minimizamos que en el primer semestre del presente año se registraron 399 casos de feminicidio confirmados, minimizamos que esas 399 mujeres no están vivas porque sus agresores decidieron que no podían ser como ellas querían, porque le dijeron a su novio que no querían seguir con él, porque se vistieron de x o y forma, porque le dijeron a su pareja que no querían tener sexo, porque subieron a una red social una foto que a él no le gustó, porque hablaron con alguien que él no quería, porque por el solo hecho de ser mujer ellos creyeron que era una propiedad sin alma que se tenía que someter a su voluntad. En Colombia cada 3 días muere una mujer en manos de su expareja, en el 2017 fueron más de 34.000 casos los relacionados con el feminicidio, con una tasa de impunidad del 90%.

Hago un llamado a la señora Margarita Posada y a todas las personas que reflejan este pensamiento: sí tenemos derecho a sentirnos indignadas por el maltrato a una mujer por parte de un hombre, porque nosotras generalmente nos encontramos en condiciones de vulnerabilidad física, cosa que los hombres agresivos aprovechan para someternos, maltratarnos, violarnos y hasta matarnos.

Sí, nos matan por el hecho de ser mujeres, porque hay hombres que aún creen que somos objetos sin alma que nacimos para satisfacer sus necesidades, y muy chévere para las mujeres que no lo han vivido pero pónganse la mano en el corazón y vean que sí estamos vulnerables y sí tenemos que indignarnos cuando la única solución que encuentra un hombre es golpear a una mujer.

* Nombre cambiado a petición de la autora por cuestiones jurídicas. 

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