Además de ser el CEO de la EPS Sura, Gabriel Mesa Nicholls también es artista. Sin embargo, no es un artista a secas, es un artista activista.
Mesa es un sujeto con una sensibilidad particular, que siempre se sintió llamado a hacer algo con eso. De acuerdo con David Escobar Arango, “a Gabriel, como él mismo dice, le duele todo, y se le nota (…) Le duele su país, y seguro por eso le entrega incansablemente su fuerza intelectual y su sensibilidad artística. Sin embargo, parece que a todo eso que le duele le ve su mejor lado, o al menos no es capaz de verlo sin cubrirlo de esperanza”.
Por eso en su obra son recurrentes temas que a él genuinamente lo mueven. La violencia y el conflicto armado son algunos de ellos. Los aborda desde distintas perspectivas, aunque siempre se vislumbra, así sea entre las rendijas, su formación como médico, donde destaca su obsesión por buscar respuestas al dolor y al sufrimiento de la sociedad, lo que lo obliga a mantener los ojos abiertos cuando es más fácil cerrarlos.
Según Jaime Arias, amigo cercano de Mesa, “el arte pictórico de Gabriel refleja su interior, sus angustias de colombiano, su compasión por los que sufren a diario las crueles violencias”. Además menciona que “lo hace con un estilo propio, de gran factura artística y a la vez con la mirada perpleja, exploradora e inocente de un niño que no entiende por qué suceden estas cosas terribles en nuestro entorno”.
Lo anterior puede verse con claridad en Violentos interiores, su más reciente exposición, que está compuesta de 16 obras, que se exhiben en el Club el Nogal del 24 al 29 de septiembre. Esta es una muestra que, en sus palabras, “constituye una invitación a mantener la inocencia, a adoptar una posición pueril ante el laberinto que representa el dolor generado por la violencia inútil de décadas de guerra en Colombia”.
Acá un vistazo previo: