El turno ahora parece ser para los abogados. Al menos, esa fue una de las conclusiones a las que parecen haber llegado expertos de todo el mundo en The Swiss Conference of LegalTech que se celebró esta semana en Zúrich (Suiza), con la participación de expertos en el tema a nivel mundial. Y es que en efecto los últimos avances de la inteligencia artificial (chatbots) han permitido que los ordenadores dominen una gran cantidad de competencias relacionadas con el lenguaje, competencias que les permitirían ejercer eficientemente una gran cantidad de oficios relacionados directamente con el campo del derecho, de tal manera que no debería causar extrañeza oír hablar de términos tales como “abogados robot”.
Aunque la idea de de ser defendido en un juicio por una máquina puede parecerle a algunos irreal, fantasiosa o de “ciencia ficciòn”, la realidad es que tanto en países desarrollados como en países no tan desarrollados esos cambios ya están comenzando a suceder. De hecho, la firma Baker & Hostetler utiliza desde 2016 un programa virtual llamado IBM Watson, con el cual ha reemplazado una gran cantidad de tareas de revisión y organización documental que antes eran realizadas por abogados aprendices de la compañía. Igualmente, en 2017 JP Morgan invirtió 1,5 millones de dólares en el software COIN, con el cual esperan poder reemplazar unas 360.000 mil horas de trabajo de abogados reales (sic).
Robot abogado. Foto: Xinhua
Otros ejemplos que asombraron al mundo fueron el programa DoNotPay, desarrollado por el británico Joshua Browder, el cual logró evitar a sus usuarios el pago de más de 375.000 multas por mal estacionamiento en tan solo seis meses y el programa Oficios de la empresa Telefónica, gracias al cual se logró reducir de 15 días a 8 minutos el tiempo de algunos procesos en los despachos judiciales de la república argentina.
En Brasil, Chile, México y Europa existen proyectos similares que tienen una misma cosa en común: se trata de programas que realizan algunas de las tareas comunes de los abogados con un nivel de eficiencia increíblemente superior en términos de tiempo, calidad y costo. Por supuesto, esto significa que en un futuro no muy lejano las firmas de abogados van a preferir para una buena cantidad de sus tareas los servicios de un computador y no los de un abogado. Por supuesto esto significará que muchas personas necesariamente habrán de perder sus empleos o cuando menos tendrán mayores dificultades para encontrar uno nuevo, algo especialmente grave en Colombia si se tiene en cuenta que derecho es una de las carreras que más estudian los jóvenes del país. ¿Dónde van a trabajar si cuando se gradúen ya habrán computadores que realicen el trabajo mucho mejor?
Según The Swiss Conference of LegalTech la clave está en aquellas competencias que los computadores no pueden realizar. Pues si bien es cierto que las máquinas puede memorizar, organizar y predecir la información mucho mejor que los seres humanos, también es cierto que estos últimos son los únicos que pueden llevar a cabo proceso complejos que no pueden ser tan fácilmente sistematizados. Se trata de procesos relacionados con la interpretación, la ponderación y la valoración a la luz de criterios sociológicos, políticos, éticos, culturales e incluso religiosos. El problema es que son precisamente estos últimos temas los que menos se enseñan en las facultades de derecho, en donde educan a los estudiantes para aprender de memoria códigos, leyes y normas sin darse cuenta que para ello hoy en día basta simplemente con un celular.
A los abogados, en conclusión, les espera una realidad compleja, pues la ya de por sí dura competencia del mundo laboral tenderá a agudizarse aún más a medida que vayan entrando en escena las máquinas y vayan transformando el mundo laboral del derecho. Esto último, en todo caso, no tomará mucho tiempo para suceder. Piénsese tan solo que hace diez años no existía Instagram, que hace quince años no existían Facebook, Youtube ni Twitter y que hace 25 años en el país hasta ahora comenzaba a llegar el internet. ¿Cuánto habrá de cambiar el mundo en los siguientes 15 años?
