La Corte Constitucional le falló a las víctimas de abuso sexual de las Farc. El fallo que declaró inexequibles las reformas que hizo el Congreso a la reglamentación de la JEP, es una bofetada a las miles de mujeres víctimas de violaciones, abortos forzados, esterilizaciones y demás delitos de violencia sexual.
Hace unos días, el país se escandalizó por la noticia de la captura de la Madame de Cartagena, la proxeneta imputada por los delitos de trata de personas y prostitución de menores de edad.
Lo que no mucha gente sabe es que las Farc tienen a su propia Madame, una mujer que se encargaba de reclutar niños, que luego enviaba a los campamentos para ser violados por los comandantes guerrilleros.
Los testimonios de mujeres víctimas de abuso sexual son aterradores. Dicen que acudían a esta 'Madame' de las Farc, con la esperanza de que las ayudara a no seguir siendo violadas, pero la respuesta que obtenían de ella era que: "tenían que aguantarse, que esa es la vida de la mujer en la guerrilla, que a eso habían ido las mujeres a las Farc”, tal como el país lo escuchó el mate pasado en boca de una niña víctima de abuso sexual de las Farc, en entrevista con Vicky Dávila en la W.
¿Pero quién es la 'Madame' de las Farc? Pues la hoy en día, "Honorable" senadora de la República, Victoria Sandino. Si señores, cómo leyó bien, ¡Senadora!
Un informe del Centro de Memoria Histórica
indica que las Farc tienen 4755 víctimas conocidas de violencia sexual
Un informe del Centro de Memoria Histórica indica que las Farc tienen 4755 víctimas conocidas de violencia sexual. La Universidad Sergio Arboleda reveló un estudio en el que determina que, hasta 2011, cerca de 1800 mujeres fueron obligadas a abortar.
Se concluyó que las niñas indígenas entre 11 y 15 años han sido las principales víctimas de abuso sexual. Por su parte, la Fiscalía, a través de un reciente informe, documentó casos de niñas de 0, 5 y 10 años abusadas sexualmente. Se estima que al menos 233 menores, en estos rangos de edad, fueron violados.
Todos estos crímenes quedarán en la impunidad por cuenta de una Corte que antepuso a los victimarios sobre las víctimas.
¿Pero qué fue lo que dijo la Corte Constitucional? Cuando la reglamentación de la JEP llegó al Congreso, este hizo una serie de modificaciones, entre las que se encontraba las relativas al juzgamiento de delitos sexuales en el "conflicto". El Congreso decidió enviar a la justicia ordinaria todos los casos de violencia sexual a menores de edad para que recibieran las penas que debe recibir este atroz crimen.
Pero la Corte Constitucional cree que el Congreso, elegido por el pueblo, no tiene la competencia para decidir enviar estos delitos a la justicia ordinaria, porque estos crímenes hay que analizarlos a la luz del ‘marco’ en el que se cometieron. Y resulta que, según los acuerdos de La Habana, estos se dieron en el ‘marco del conflicto’ y como el ‘conflicto’ se dio por diferencias políticas, las violaciones a las miles de niñas son menos graves porque se dieron por ideología política, o sea, fueron altruistas. Para la Corte Constitucional las niñas no fueron violadas, ¡las niñas hicieron patria!
Vanessa García, miembro de la Corporación Rosa Blanca, de mujeres víctimas de las Farc, da testimonio de cómo alias el Paisa la violó en múltiples ocasiones desde que tenía 11 años y la obligó a abortar desde que tenía 13. Ella hoy es revictimizada, no por las Farc, sino por quien se supone debería defender sus derechos: la Corte Constitucional.
Como sociedad no podemos permitir que las miles de víctimas de la violencia sexual de las Farc queden impunes. Que victimarios, como la ‘Madame’ de las Farc, Victoria Sandino, hoy estén en cargos de elección popular, o que como alias el Paisa, gocen de impunidad absoluta, es una bofetada a miles de mujeres que aún esperan que se haga justicia.
La paz no se consigue a punta de taparse los ojos y hacer de cuenta que en Colombia nada pasó. No se puede construir paz pasando por encima del dolor de miles de víctimas que esperan verdad, justicia y reparación como garantía sería de no repetición. Para que haya paz se necesita justicia, esa misma de la que hoy carecen las Cortes.