Los héroes son personas increíbles que siempre salvan el día, rescatan niños, apagan incendios, impiden un robo y socorren a cualquiera sin recompensa alguna. A los héroes solo les basta una sonrisa o un gracias para sentir que lo que han hecho está bien. Sin embargo, existen otros héroes de carne y hueso, sin capas ni superpoderes, que luchan cada día, madrugan, se desvelan y a veces la vida los pone a prueba con un poco de dolor y decisiones difíciles. Estos héroes enfrentan sus miedos sin condición y deciden vencer las barreras de la ira y la venganza. Parecen utópicos pero en verdad existen, aunque es difícil de entender su fuerza de voluntad, no parecen humanos sino salidos de otra realidad.
Estas personas, como se mencionó líneas atrás, rompen el dolor y las barreas del odio, ponen por encima sus grandes personalidades y sus corazones cálidos. Cada problema lo solucionan con sabiduría porque saben que ellos no son iguales a los demás, tienen un don y no es superfuerza o supervelocidad, es algo más fuerte: leer, aunque no literalmente, las mentes y corazones de cualquier individuo que los rodea, percibir cómo se sienten otros y si está en sus manos ofrecer un apoyo incondicional sin esperar recompensa. Al final, ayudar se convierte en algo cotidiano, algo que disfrutan hacer.
Los riesgos y cambiar de rumbo no es algo a lo que teman, como cualquier héroe quieren más aventuras, disfrutar de la vida y descubrir cosas, personas y momentos que los llenen de confianza. Entre más lejos puedan llegar sus aventuras se vuelven más emblemáticas, anécdotas por contar en el presente y futuro. Ellos vuelan no importa si es en carro o en cicla y el camino es empinado o parece no terminar. Ellos disfrutan los viajes, los senderos y la buena compañía, crean sus momentos y completan sus mundos de magia.
Estos héroes son casi imperceptibles, no les gusta toda la atención para ellos, solo realizan sus buenas acciones y continúan adelante sin interesar el quién, por eso en estas palabras hago un reconocimiento a esos héroes, que con acciones pequeñas engrandecen al mundo, lo vuelven un lugar mejor, un lugar al cual deseo pertenecer. Les ruego de corazón que no se den por vencidos y que sigan disputando batallas, enfrentando miedos. El mundo requiere de esa valentía, esa valentía que nos vuelve mejores personas.
Por último quiero, decirle que para mí usted es un héroe, gracias por ser mi héroe.
