Y llegó la hora de elegir entre la hipocresía, la politiquería, la corrupción, la continuidad o la honestidad y el cambio. Así es, el próximo 9 de marzo y luego en el mes de mayo, por fortuna tenemos aún en Colombia, la oportunidad de participar en las elecciones. Que tengamos o no una verdadera democracia, eso es algo que podemos discutir en otro momento, pero que poder ir a las urnas y no solo eso, poder aún tener algún grado de seguridad que estas elecciones no son manipuladas totalmente, es un alivio en medio de tantos intereses ocultos que existen en nuestra sociedad.
Veamos entonces, hay de todo: los de partidos tradicionales (de derecha y ultra derecha) con algunos candidatos que practican viejas “mañas políticas”; los de partidos independientes con algunos candidatos que en otros momentos fueron de otros lados y ahora no saben de dónde son; los de partidos de izquierda con unos personajes que creen tener la verdad única pero que practican unas incoherencias propias de esa tendencia; los de partidos respaldados por corrientes religiosas que dicen ser los enviados del ser supremo con el respaldo económico de los seguidores de “Dios” ; los candidatos “oscuros” que no son más que esos “títeres” de esos “oscuros patrocinadores” que son “lobos vestidos de ovejas” y que recuerdan esos tiempos macabros de los años 80. Y por último están los que llevan 50 años atropellando y asesinando la sociedad Colombiana, que no son más que literalmente eso que sabemos, aunque ahora aparecen como “mansas palomitas”.
Pero con todo lo anterior, no importa, aún con el voto podemos poner en su sitio a todos estos “malos actores” de nuestra democracia y sociedad. Y eso solo está en las manos de cada uno de los Colombianos honestos, haciendo presencia y uso de este derecho con un convencimiento de lo que significa elegir.
Los honestos deben votar para que los deshonestos no puedan gobernar.!
