Quiero correr el riesgo de dejar mi opinión aquí, porque por lo que he leído en el foro en lugar de atacar las ideas se ataca a la persona detrás de ellas, lo cual, por supuesto, desdice de aquellos que autodefiniéndose como amigos de la paz son guerreristas en su discurso, cayendo en el error de que en lugar de proponer ideas alternativas intentan posicionar su postura hablando mal de otras personas, sin un hilo argumentativo racional desde lo cual convenzan a la contraparte.
Lo que dijo Faryd fue sincero, pero sobre todo legítimo, en el sentido de que tiene derecho a definir una postura. Como todo el mundo él tiene una postura que se define por la cosmovisión que tiene de lo que lo rodea y la vida en general, en tal sentido Faryd dijo lo que muchos colombianos decimos, solo que no tenemos la tribuna que él tiene para hacerlo, pero, sí, es una postura legítima (por ser legal, es decir no contraria a la ley), que entre otras cosas es mayoría en Colombia.
Soy lector de esta página, nunca he participado de los foros que surgen a partir de los artículos, pero cuando leí todos los comentarios de esta publicación, quise romper mi estatismo por lo que me atrevo a destacar lo siguiente: (1) Parece que los amigos que defienden la línea de pensamiento de la izquierda creen que ser izquierdista en Colombia es hablar mal de Uribe y de la podrida clase dirigente que nos ha gobernado. (2) Que la izquierda es algo así como la panacea o un nuevo modelo que redime al hombre de sí mismo y lo catapulta a ser mejor persona, desde lo cual logrará un bienestar de orden superior. (3) Que ser izquierdista es atizar la diferencia de clases de donde se concluye que para poder implementar la izquierda hay que eliminar a los de la derecha.
A mí la izquierda no me convence todavía y mayormente porque los formadores de opinión izquierdista son los culpables de lo que según mi opinión son errores del planteamiento filosófico, es decir, deficiencias de la plataforma política de la izquierda que se aprecia por lo que dicen los que se autoproclaman de izquierda en Colombia, personas que repiten como loros lo que dice este o aquel líder que tiene como estrategia discursiva la denuncia de lo que todo el mundo interiormente sabe que no está bien.
Sería bueno un adoctrinamiento político que no sea propagandístico, que amplíe el horizonte mental de los colombianos y si la izquierda es lo que los izquierdistas dicen que es, entonces, una vez documentado bien, el colombiano común y medianamente inteligente adherirá mental y participativamente a los procesos liderados por la izquierda.
Lo que dijo Faryd es verdad porque el proceso de paz no es una iniciativa de los colombianos, sino por un lado, de un cartel de la droga que se cubre con el manto político de la defensa del proletariado y de los más necesitados, que no solo son terroristas y traficantes de droga sino traficantes de la necesidad del pueblo colombiano que anhela un cambio de dirección de la política pública que cierre un poco la brecha entre pobres y ricos, y por el otro lado, la megalomanía hipernarcisista de un pobre ser que una vez que llega a la presidencia se atreve a negociar la justicia a cambio de un premio Nobel que avergüenza a Colombia. Entonces, entre el presidente y las Farc nos vendieron a todos los colombianos y siguen traficando con nuestra ignorancia e impotencia. Así mientras los colombianos comunes nos seguimos matando, ellos los poderosos, en este momento los de derecha, luego los de izquierda, siguen y seguirán viviendo como reyes mientras el pueblo nunca dejará de serlo, como dijo el jurista colombiano Echandía: “Al pueblo nunca le toca”.
En este escenario los colombianos estamos perdiendo, pero ellos, la izquierda y la derecha están ganando cada uno lo suyo, poniéndonos a pelear entre nosotros, pensando que los brutos están al lado opuesto y deben ser eliminados. Desde la postura izquierdista se propone una falacia inaceptable: separar a los colombianos entre inteligentes y brutos; entre votantes libres y votantes enmermelados o amarrados; entre progresistas y trogloditas; entre guerreritas y pacifistas; entre librepensadores y esclavos del sistema, etcétera. Pero esto no es así, los que como Faryd piensan distinto a la mayoría de los que leen estas líneas no son menos inteligentes que ustedes, él no es un especialista en esto, pero tiene una opinión como usted y yo, y debemos ser respetuosos. Si usted fuera menos agresivo y más educado y altruista con Faryd y atacara la opinión con argumentos sólidos y sin pensar erróneamente que es más inteligente que él por el solo motivo de no ser supuestamente de izquierda, hasta me convencería de que los izquierdistas son intelectuales y bien informados, por lo tanto dignos de imitar.
Ayudaría mucho a los colombianos en esto de definir posturas políticas: (1) Informarnos bien sobre las bases conceptuales y filosóficas sobre qué es derecha y qué es izquierda. (2) Organizarnos como ciudadanía y hacer debate en las universidades y centros formadores de opinión sin hacer uso de la propaganda, porque la propaganda muestra solo lo que conviene y esto no es legítimo ni consistente. (3) Hacer uso de la democracia y participar con mentalidad de servicio sin ambiciones personales. (4) Renunciar al sofisma de que una clase de postura es mejor que otra, cualquier sistema podría ser bueno si la persona individualmente fuera mejor, porque lo que se necesita no es un nuevo modelo de gobierno sino un nuevo modelo de hombre o ser humano.