Las relaciones de Senegal con Colombia son escasas. En la región de África del oeste, donde se ubica Senegal, Colombia abrió una embajada en Ghana en 2013 que es concurrente para Senegal. En el pasado, Colombia ha tenido una embajada en Costa de Marfil, un gran productor de café y de cacao. Así, tras el acceso a la independencia de numerosos países africanos en 1960, es principalmente en el marco de su diplomacia cafetera, que Colombia desarrolló relaciones con África subsahariana. En 1962, la firma del acuerdo internacional del café (1962) llevó al establecimiento de relaciones diplomáticas con Costa de Marfil (de febrero de 1965). Diez años más tarde, Colombia estableció relaciones diplomáticas con Kenia (en enero de 1975) donde todavía tiene una embajada. En 1979, estableció relaciones también con Nigeria el "gigante de África". Sin embargo, fue necesario esperar la década de los 80 para que Colombia desarrollara sus relaciones con el continente africano de manera más sustancial, cuando bajo el mandato de Virgilio Barco Vargas (1986-1990), Colombia estableció relaciones diplomáticas con 29 países africanos.
El desarrollo de las relaciones con el continente africano había sido facilitado por la participación de Colombia en las reuniones de los No alineados (NOAL) como observador, a partir de una reunión en Tanzania en abril de 1970, y como miembro pleno a partir de 1983. Entre tiempo, el mandato de Julio César Turbay Ayala estuvo marcado por un alejamiento de los países del tercer mundo y el retorno a una política de alineamiento sobre Estados Unidos (El Respice Polum). Sin embargo, es durante la presidencia de Turbay Ayala que Colombia estableció relaciones con Senegal, el 1 de agosto de 1981. En esa época, Senegal vivía una fase de transición después del retiro del poder de Léopold Sédar Senghor, el 31 de diciembre de 1980.
El presidente poeta senegalés en Colombia
Nacido en 1906, en la localidad de Joal, un pueblo al sureste de Dakar, Senghor conoció un destino trascendente. Hijo de un rico terrateniente y comerciante perteneciente a la etnia Serere, la tercera del país tras los Wolofs y los Peuls, Léopold Sédar Senghor aprendió el latín con misioneros blancos desde los 7 años, antes de obtener su bachillerato en un colegio público de Dakar en 1928. Después, gracias a una beca, estudió en París en el liceo Louis-le-Grand, donde entabló una amistad con Georges Pompidou, quien fue después presidente de Francia entre 1969 y 1974. Durante estos años, Senghor también conoció al poeta martinico Aimé Césaire. Los dos fundaron un periódico l'Etudiant noir (el Estudiante negro), y el movimiento de la négritude, que Senghor definió como "el conjunto de los valores de civilización del mundo negro en su totalidad". Tras la obtención de un postgrado en gramática en 1931, Senghor empezó a trabajar como profesor, antes de combatir durante la Segunda Guerra Mundial en un batallón de tirailleurs sénégalais.
Prisionero de los alemanes en 1940, fue liberado en 1942 por razones médicas. Tras la liberación, en un poema que simbolizó su doble compromiso con la poesía y la política, Senghor rindió tributo a los soldados africanos asesinados por los franceses en la localidad senegalesa de Thiaroye en 1944, por el simple hecho de haber reclamado su saldo. A partir de su elección en la Asamblea Constituyente, el 21 de octubre de 1945, Senghor ocupó varios cargos políticos en Francia como diputado de Senegal y también como secretario de Estado en el gobierno de Edgar Faure entre marzo de 1955 y enero de 1956.
En 1960, con el movimiento de las independencias, accedió al puesto de presidente de la federación de Mali y rápidamente de Senegal, seguido a la disolución de la federación. Como presidente, Senghor no olvido darle un gran lugar a la diplomacia cultural. Su defensa del panafricanismo y de la negritud, que lo llevó a apoyar la creación de la Organización para la Unidad Africana (OUA) en 1963 y a crear el primer festival panafricano en 1966, no le impidió lanzar la idea de una francofonía institucionalizada en 1962, tras el fin de la guerra de Argelia. Promotor de la idea de una "civilización del universal" a través el diálogo y el mestizaje, Senghor buscó también fortalecer la relación entre África y América Latina donde efectuó su primer desplazamiento como jefe de Estado en 1964, durante una visita a Brasil.
Además de militar en la OUA, a favor de la extensión del grupo de los afro-siáticos en la ONU a los países de América Latina, en 1974 organizó un Congreso sobre negritud y América Latina en Dakar, la capital senegalesa. Dentro de los invitados figuraba el escritor afrocolombiano Manuel Zapata Olivella, quien se inspiró de este evento para organizar el primer Congreso de la Cultura Negra en las Américas, en 1977 en Cali. Algunos años después, Senghor mismo visitó Colombia para apoyar las afirmaciones de la négritude en Colombia y para encontrarse con el presidente Belisario Betancur, quien había sido el primero en traducir sus poemas en Colombia. En este momento, Senghor ya había dejado el poder tras una presidencia de veinte años. Esa decisión, poco común en estos años en África, permitió consolidar la democracia senegalesa que desde entonces ha conocido tres presidentes: Abdou Diouf entre 1981 y 2000, quien fue el sucesor nombrado por Senghor y quien después de ser presidente, fue el secretario general de la Organización Internacional de la francofonía; Abdoulaye Wade entre 2000 y 2012, quien fue un oponente histórico de Senghor, y finalmente Macky Sall mandatario de la República de Senegal desde el 2 de abril de 2012.
Repetir la epopeya de 2002
El 1 de diciembre de 2017, cuando se supo que Colombia y Senegal iban a enfrentarse en el Mundial, Macky Sall respondió a un saludo enviado en la red Twitter por el presidente colombiano, para afirmar que Senegal estaba encantado de medírsele a Colombia.
Apreciados colegas, @AndrzejDuda ?? @Macky_Sall ?? @AbeShinzo ?? buen grupo el que compartiremos en Rusia 2018. Va a ser difícil, pero a los colombianos nos gustan los grandes retos #SorteoMundial ⚽ ?? pic.twitter.com/WRLF98ajOm
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) December 1, 2017
Dear @JuanManSantos, Senegal is thrilled to get involved in this great competition with you Colombians ⚽️
— Macky SALL (@Macky_Sall) December 1, 2017
Sin embargo, los dos presidentes no tendrán la posibilidad de encontrarse con ocasión del partido Colombia-Senegal. Si bien es cierto que el presidente senegalés tomó 12 días de vacaciones para asistir al Mundial, provocando críticas de la oposición, decidió acortar su paseo tras la victoria contra Polonia. Por su parte, el presidente Santos se encuentra ocupado por el empalme con Iván Duque. Este último, con la crisis en Venezuela y la narcotización de la relación con Estados Unidos, tendrá otras prioridades que el desarrollo de las relaciones con África. Por consiguiente, habrá que esperar para ver si la nueva administración buscará fortalecer la cooperación con África en general y Senegal en particular, bien sea en materia de lucha contra el crimen organizado; de participación en operaciones de paz, de intercambios económicos o para el medioambiente.
A nivel de la cancha, el partido contra Senegal dará lugar al cuarto enfrentamiento entre Colombia y un equipo africano durante una Copa del Mundo. Las dos primeras veces, Colombia logró imponerse en fase de grupo: 1-0 contra Túnez en el Mundial de Francia 1998 y 2-1 contra Costa de Marfil liderado por Didier Drogba en el último Mundial de Brasil 2014. Por el contrario, la primera vez que Colombia se midió a un equipo africano durante el mundial 1990 en Italia, perdió 2-1 contra Camerún, en octavos de final. Este partido, recordado por el error de René Higuita y por el doblete del camerunés Roger Milla de 38 años de edad, fue histórico para el fútbol africano, dado que permitió por primera vez a un club del continente negro acceder a los cuartos de final. Desde entonces, solamente dos selecciones africanas han realizado este logro: Ghana en el mundial de Sudáfrica 2010, quien hubiera clasificado para las semifinales, sin la mano de Luis Suárez y el mismo Senegal, que logró ubicarse en los octavos de final durante el mundial de Corea del Sur/ Japón en 2002.
En ese mundial, el recorrido del equipo de Senegal constituyó una verdadera proeza, en la medida en que nunca había participado en un mundial y que aparecía como el equipo más débil de su grupo que contaba con Dinamarca, Uruguay y Francia, el campeón vigente y uno de los favoritos de la competencia. Dirigido por el seleccionador francés Bruno Metsu y guiado por el talentoso El-Hadji Diouf, que firmó después con Liverpool, los senegaleses lograron una victoria contra Francia en el partido de apertura del mundial y eliminaron a Suecia en octavos de final antes de caer frente a Turquía en cuartos de final.
El recorrido del conjunto senegalés resultó más sorprendente aún si se considera que tradicionalmente, Senegal no es una potencia fuerte del fútbol africano, ya que nunca consiguió ganar la Copa Africana de Naciones, el equivalente de la Copa América. Por lo tanto, para su segunda participación en una Copa del Mundo, Senegal llegó a Rusia con ambiciones elevadas. Durante la fase de clasificación, particularmente larga y complicada dado que la Confederación Africana de Fútbol, dispone de solamente cinco puestos para 54 países, Senegal luchó con dificultad para calificarse. Tras una derrota en Sudáfrica, parecía encontrarse en una posición desfavorable ante Burkina Faso, sin embargo, el penal imaginario acordado por el árbitro Joseph Lamptey, le costó a este último una suspensión de por vida. Gracias a la repetición del partido, Senegal pudo finalmente lograr los tres puntos y aprovechar la caída de Burkina Faso para clasificarse.
Una estrella y un efectivo sólido
A pesar de esa clasificación, el equipo entrenado por Aliou Cissé, el antiguo capitán del equipo de 2002, no logró suscitar un entusiasmo tan grande en Senegal. La falta de juego y el comportamiento de los jugadores, que pidieron primas y pasaportes diplomáticos al presidente tras su calificación, provocaron críticas en contra de la selección. Sin embargo, el auge del equipo durante sus partidos de preparación al mundial de Rusia, facilitó la unidad sagrada detrás del equipo, cuya figura tiene como nombre Sadio Mané. El hombre del Liverpool que lució este año en la C1 al lado del Egipcio Mohamed Salah, encarna la fuerza de carácter del equipo senegalés. Hijo de un imán que lo golpeaba para prohibirle jugar al fútbol, Sadio Mané tuvo que forjar su destino. Tras su ingreso en la academia de fútbol senegalesa "Generation foot", pudo llegar al FC. Metz de Francia, donde hizo su debut profesional. Antes de firmar con el Liverpool por 41 millones de euros, Mané jugó también en el Red Bull de Salzburgo y en el Southampton.
Además de Mané, Senegal dispone de otros puntos fuertes como el central del Napoli Kalidou Koulibaly y el mediocampista Idrissa Gueye del Everton que hizo un gran partido en la victoria contra Polonia. La particularidad del equipo de Senegal viene del gran número de jugadores que nacieron en Europa. Sobre los 23 seleccionados para el mundial, uno nació en España (Keita Baldé) y ocho en Francia (Abdoulaye Diallo, Moussa Sow, Kalidou Koulibaly, Lamine Gassama, Youssouf Sabaly, Salif Sané, Alfred N'Diaye, M'Baye Niang). Dentro de ellos, cuatro han jugado en la selección de fútbol sub-23 de Francia: Moussa Sow, Mbaye Niang, Alfred Ndiaye y Lamine Gassama. Por su parte, Kalidou Koulibaly jugó la Copa Mundial Sub-20 Colombia 2011 con Francia antes de escoger jugar con la selección de Senegal en el 2015. Si bien es cierto que la selección senegalesa se aprovecha del buen sistema de formación del fútbol francés, la presencia de Aliou Cissé como seleccionador marca una ruptura con la tradición de los "magos blancos" en los banquillos de las selecciones africanas. Mientras que tradicionalmente, las federaciones africanas prefieren confiar las claves de su selección a directores técnicos franceses, alemanes, holandeses o de países de Europa del Este, Aliou Cissé, antiguo capitán del equipo senegalés en 2002, reivindica su orgullo de liderar el equipo de su país, lamentando que los seleccionadores africanos sean permanentemente juzgados presuntamente de incompetencia. Este orgullo de Senegal de Aliou Cissé podría ser el de toda África, en caso de una calificación a octavos de final.