El comandante en jefe de las fuerzas militares colombianas, léase el presidente Santos, sale en la televisión y comunica a los colombianos que fuerzas obscuras están haciendo “inteligencia ilegal” y quien sabe a quien le están suministrando los informes obtenidos.
Varios medios de comunicación y varios de los llamados “ periodista”, ocupan los micrófonos, las columnas y las cámaras de noticieros para rememorar lo sucedido en las llamadas “chuzadas” y de paso “recuerdan” el informe da las coordenadas de salida de terroristas hacia la Habana, que el expresidente Uribe dio a conocer en la red.
Y el fiscal Montealegre, cómo iva a faltar, allana la sede en cuestión y montando el show ya conocido, edita una película macabra que desde luego nos recuerda a Sigifredo Lopez, para concluir diciendo que el no conocía si era legal o no pero ya había provocado el despido ignominioso de dos generales del ejército, además de una rectificación apresurada de Santos sin siquiera esperar el resultado de la investigación que el ministro dela defensa prometió, como único pronunciamiento.
Y salen los defensores de oficio de la reelección de Santos, afirmando que los “enemigos de la paz”, léase Uribe, son los culpables de este nuevo despropósito que solo busca alimentar la fase guerrerista.
Qué folclor. Qué despelote. Qué culillo tienen los aprovechados de la llamada mermelada, que ya no encuentran como inculpar a su principal opositor, en las próximas elecciones
Buscaron con angustia y con afán a sus amigos de los medios, para decir presente al presidente Santos, condenando a la hoguera a quienes tienen reparos a las conversaciones con los narco- terroristas, pero nunca con la paz. Vieron la manera fácil de aparecer en los medios pues no encuentran planteamientos ciertos para justificar su reelección .
Cada que sale Maduro de Venezuela con sus sandeces, consigue hacernos olvidar cualquier escándalo de los tantos que diario vivimos en nuestro país. Santos acaba de devolver y con creces los favores recibidos del vecindario.