No puede ser que Pékerman improvise de la manera como lo hizo en el debut del mundial. Parecía un partido amistoso, cinco cambios, cinco jugadores sin kilometraje alguno, cinco futbolistas que ningún colombiano conocía: Lerma, Mojica, Izquierdo, Barrios, Davinson. Parecía una sub 20. Carlos Antonio Vélez, lapidado hace cuatro años por oponerle resistencia a Pékerman, ahora puede sacar pecho. Es que tenía razón en sus resquemores. Pekerman clasificó de chiripa, logrando apenas dos puntos de los últimos doce que disputaron en la eliminatoria mundialista. Jugando mal, sin ideas, rescatando partidos gracias al talento de sus cracks.
Todos esos temores se cumplieron hoy en el debut. A los cinco minutos habíamos perdido a la roca Sánchez e íbamos un gol abajo. El gol se derivó de un error de Davinson Sánchez, un hombre que nunca había hecho pareja de central con Murillo. Improvisación. El equipo le puso corazón y poco más que eso. Sin ideas Carlos Antonio Vélez se relamía con su compañero Fernando Niembro, al que contrataron pero nunca jamás deja a hablar. Sabía que era su venganza y por eso cobró. Me dio rabia pero esta vez uno de los periodistas mas resistidos por la afición colombiana tenía razón. Lo que se vio en el terreno de juego fue triste. Fuimos bailados, aplastados, algo que no parecía ver el siempre ciego y discreteriado Cantante del Gol y Javier Hernández Bonnet quien no se cansaba de repetir una y otra vez que los de Japón era de palo.
Yo en este mundial voy a estar más pendiente de Carlos Antonio Vélez. Para desgracia del país este va a ser el campeonato de Velez, y lo vamos a tener que aceptar. Nada que hacer. No le veo el fuego sagrado a la selección. Lo siento por Falcao pero esta vez Vélez tiene razón: pareciera que la alineación la hace Pascual Lezcano y no Pékerman.
