En el atardecer de hace tres domingos los fanáticos de Duque celebraban lo que parecía una victoria segura. Los resultados eran contundentes: más de 20 puntos lo separaba de Petro quien a duras penas le ganó a Fajardo. En ese momento parecía que el miedo a Petro era más profundo que el que se le tenía a Uribe.
A tres días de la segunda vuelta los astros -contrario a lo que piensa Semana- parecen alinearse con Gustavo Petro. Los apoyos que ha recibido el candidato del Centro Democrático han debilitado la imagen de frescura e incorruptibilidad que tenía. Según La Silla Vacía, de las 14 maquinarias que han arribado a su puerto en segunda vuelta, 10 están lideradas por personas que han sido condenadas o investigadas. Entre ellas se cuentan Enilce López, la despiadada empresaria del chance condenada a 37 años por asesinato y el exalcalde Ramiro Suárez, quien cumple una larga condena en la Picota por haber ordenado la muerte del asesor jurídico de la Alcaldía de Cúcuta, Alfredo Enrique Flórez.
Estos dos apoyos no fueron reconocidos por Duque pero hay otros aceptados, alianzas formales, que han ensuciado su hasta ahora intachable imagen. Félix Francisco Acosta Soto, exgobernador del Amazonas, fue condenado en el 2009 a seis años de cárcel por haber fraccionado en 68 contratos los recursos que le habían asignado para la construcción de una vía. En el aeropuerto de Puerto Asís lo recibió uno de sus aliados en Putumayo, el excandidato a la gobernación Jorge Coral, quien llegó a estar preso por sus presuntas relaciones con una banda de narcotraficantes del Putumayo. Además, la adhesión de políticos tradicionales como César Gaviria, Andrés Pastrana y Vargas Lleras le han restado más que sumado al joven candidato.
Los apoyos que ha recibido
el candidato del Centro Democrático
han debilitado la imagen de frescura e incorruptibilidad que tenía
A esto se agrega el hastío que empieza a generar la excesiva figuración de Álvaro Uribe en su campaña. Manifestaciones de rechazo como las que tuvo en la universidad ICESI de Cali en donde fue llamado asesino por algunos de sus estudiantes y sus ataques vía Twitter a políticos como Luis Ernesto Gómez, a periodistas como Gustavo Álvarez Gardeazábal o a mí mismo –me llamó sicario moral en un mensaje interno a raíz de una investigación publicada en Las 2 orillas-, develan que las goticas de valeriana cada vez surten menos efecto. Su teflón luce desgastado.
Los resultados de la primera vuelta develan no solo una ventaja de 20 puntos sobre Petro sino un cansancio del colombiano medianamente educado hacia Uribe. Si se comparan los votos de los Verdes y los de la Colombia Humana con los del Centro Democrático y el resto de partidos tradicionales la ventaja sería de 51-49 en contra del expresidente. Además, en las últimas encuestas, alguna otorga una diferencia de escasos seis puntos a favor de su candidato.
La imagen de Duque ha perdido fuerza. El no haber aceptado el debate del Canal Capital devela inseguridad. A Duque le queda la cada vez más aburrida mentira de que esto se convertirá en Venezuela y vergonzosos cuentos como el de las abejas que fueron amaestradas por el petrismo para atacar a los seguidores del “presidente eterno”. También está el apoyo de los grupos económicos que ya se hacen sentir en los medios de los que son dueños. La encerrona a Petro en la F.M. y en Caracol fue reprochable y revela que en este país está muy mal entendida la libertad de expresión.
Por ahora Duque sigue siendo el favorito pero las adhesiones a Petro de gente honesta como Ingrid Betancourt, Antanas Mockus y Claudia López han fortalecido su imagen. Lo del domingo va a ser votofinish, y contrario a lo que pensábamos hace tres semanas, los uribistas no han ganado nada.
