Fajardo remembra al chiquillo que evitaba malos rollos en la escuela, al diplomático, al manso… al obediente. Sergio, con intenciones hasta ahora férreas, quiere obedecer a ciertas peticiones malintencionadas realizadas por sus contrincantes políticos del momento: su regreso a la academia, su retiro de aspiraciones presidenciales… su “huida”.
No obstante, el exgobernador de Antioquia ha sido acérrimo opuesto a una petición, que es quizá la mejor intencionada: unión. Y tal vez dicha cohesión ha sido tan difícil de lograr porque los movimientos y partidos políticos alternativos que anhelan un cambio, luchan por idearios políticos fuertes. No lo hacen por “mermelada”, ni por ministerios o embajadas, tampoco por favores políticos. Fajardo es un representante de dichos idearios, pero su respuesta fue contundente: #NiDuqueniPetro, aseveró, y al parecer así fue su voluntad.
Su voluntad quedó sellada al “twittear” que este fin de semana irá a ver las ballenas en el Pacífico. Un poco de tranquilidad para él, después de que perdiera las elecciones a segunda vuelta por estrecho margen, después de que perdiera su equipo del alma en semifinales, después de certificar “obediencia” política. ¿Qué importa? Desea alejarse por un momento de este pueril territorio que pide a gritos cambio. Al fin y al cabo lo entiendo, pues cuando supe de aquello me irrumpió la nostalgia, no por la ausencia de decisión (con resultados jurídicos) en tiempos cruciales para el futuro del país, sino porque ese a veces es el efecto de la derrota para los que no sabemos afrontarla.
No sabemos afrontarla porque recordé que teníamos una conmoción compartida. Al mirar que todo estaba perdido, el día de las elecciones de segunda vuelta, después de votar, iba a empacar mis maletas e ir con mi pareja a alguna Reserva Natural para alejarnos del mundo político. Queríamos desconocer los resultados. Ahora pienso que hay un poco de esperanza, pues muchos líderes políticos —algunos excompañeros de campaña de Fajardo— se decidieron por un cambio.
Después de ello, categóricamente reconsideramos: nos quedamos, para sonreír o sollozar. Lo importante es que vamos a afrontar los resultados sin escapar de la realidad política. Por mi parte, le deseo muchos éxitos en su viaje, espero que más que encontrar ballenas en el pacífico pueda encontrarse y meditar un poco acerca de un país que lo necesita.