Informa que las investigaciones sobre un presunto atentado terrorista para cobrar una extorsión ocurrido en el municipio de Santander de Quilichao, norte del Cauca, en la madrugada del lunes 21 de mayo, no ocurrieron como tal sino que la explosión y el posterior incendio de gran magnitud tuvo otras causas porque se originó en el interior de la ferretería y que no se debió a causas externas.
Esta información contradice un informe publicado por la Unidad para las Víctimas, regional Cauca, del día miércoles 23 de mayo, según el cual sí fue un atentado terrorista en el cual resultaron heridas tres personas, una de las cuales falleció posteriormente en una clínica de la ciudad de Cali, además de que según la Unidad para la Gestión del Riesgo de Santander de Quilichao, en total 80 locales y viviendas presentaron daños “a causa de una bomba de alto alcance a una ferretería del centro de este municipio”.
El mismo día de los hechos fueron muchas las suspicacias que se hicieron en esta ciudad porque de manera casi inmediata una retroexcavadora entró a la propiedad y removió los escombros rápidamente lo que fue calificado por algunas personas como una acción para borrar evidencias y entorpecer una verdadera investigación.
Por otra parte, el coronel Rojas dijo que los grafitis que aparecieron pintados el pasado viernes primero de junio sobre la fachada de la Registraduría Nacional del Estado Civil, sede Santander de Quilichao son “falsos” y que no corresponden a un grupo armado subversivo sino a delincuentes comunes que amedrentan a los comerciantes locales para exigirles pagos extorsivos.
Sin embargo, idénticos mensajes fueron pintados en el municipio de Jambaló, con una caligrafía casi idéntica, notificando la presencia de una “columna móvil Dagoberto Ramos de las Farc” y no de delincuentes extorsionistas.
Al respecto, una fuente consultada en Jambaló por Proclama del Cauca nos informó: “hoy a la madrugada se vio a algunos jóvenes encapuchados rayando paredes en el barrio Las Dalias (cerca de la emisora comunitaria “Voces de Nuestra Tierra”). Esto se suma a los grafitis que se vieron hace un mes aproximadamente en la vereda La Ovejera (del resguardo indígena de Pitayó, a 5 minutos del área urbana de Jambaló), y a los movimientos de gente extraña que se está viendo a altas horas de la madrugada por las vías de Jambaló, Caldono y Pitayó. Los grafitis de hoy en Jambaló hacen alusión a la “columna móvil Dagoberto Ramos de las Farc”, que si existen deben ser disidencias de la guerrilla que negoció en La Habana con el gobierno Santos. Los grafitis de Pitayó hablaban de la guerrilla del “ELN”. Estas acciones, sin duda, atemorizan a la población de esta región del Cauca que no quiere volver a vivir la época de violencia que se evidenció entre los años 2003 y 2013”.
Pero nos aclara: “Se sabe que, aunque estos grupos organizados acudan a la figura de guerrillas, no son más que bandas delincuenciales cuya principal razón de existir es el negocio lucrativo de la marihuana que campea por el norte del Cauca”.
Harto y de manera eficiente tienen que investigar los organismos competentes para dar claridad a la opinión pública y ser eficaces al garantizar el orden público y la seguridad ciudadana.