El premier canadiense Justin Trudeau y el presidente Peña Nieto de México, lamentaron y expresaron su rechazo a las medidas adoptadas por los Estados Unidos para restringir las importaciones de acero y aluminio de Canadá, México y la Unión Europea, con aranceles del 25 % sobre el acero y del 10 % sobre el aluminio, que entraron en vigencia el pasado 31 de mayo. Canadá es el mayor exportador de acero a EE.UU, con un volumen de 5.100 millones de dólares, seguido de Corea del Sur, México y Brasil. China es el décimo, mientras que España ocupa la posición dieciocho. Alemania e Italia venden también acero a los norteamericanos.
La secretaría de Economía de México informó que impondrá aranceles a productos como aceros planos, lámparas, carne de cerdo, embutidos, manzanas, uvas, arándanos y diversos quesos, entre otros productos. A su vez, el gobierno canadiense impondrá aranceles contra productos estadounidenses por valor de 16.600 millones de dólares canadienses (unos 12.800 millones de dólares estadounidenses). La Unión Europea anunciará en las próximas horas las contramedidas que tomará a la decisión de Trump.
En EE.UU los ganadores son empresas productoras de acero y los mayores perdedores son los fabricantes de automóviles, que representan un poco más de un cuarto de la demanda de acero, y que los convierte en el segundo mayor consumidor después de la construcción.