El pasado 22 y 23 de mayo de 2018 se realizó una consulta, como lo define el reglamento de la Universidad Nacional de Colombia, para conocer la opinión de la comunidad de la Facultad de Ciencias Humanas a propósito de la designación del futuro decano o decana de la facultad. Sea esta la ocasión oportuna para referirse brevemente a los resultados de dicha consulta, planteando, claro está, algunas consideraciones derivadas de dichos resultados.
¿Profesora Luz Amparo Fajardo, la “ganadora”?
Los resultados de la consulta fueron publicados hacia las 5 de la tarde del jueves 24 de mayo. Ese mismo día, la decana y actual candidata Luz Amparo Fajardo enviaba a la comunidad un mensaje de agradecimiento por el “respaldo” recibido. En el comunicado se afirmaba:
"La confianza que ustedes depositaron en nuestra propuesta y el entusiasmo de su participación refuerzan nuestro compromiso con la excelencia académica y la inclusión social en nuestra facultad. Nuestro propósito no ha sido otro que hacer de nuestra Facultad un espacio de convergencia y diálogo entre profesores, estudiantes y administrativos."
Del mensaje anterior se desprenden varias paradojas e inquietudes. Por una parte, los resultados no son el reflejo de la confianza depositada en la propuesta de la aspirante a repetir decanatura, como se señala en el comunicado anteriormente citado. Al contrario, los resultados muestran que, en comparación con las demás candidaturas, la actual decana fue la segunda aspirante menos votada: no existe la mencionada confianza en su propuesta, al menos no por mi parte. Si Luz Amparo Fajardo “ganó” no fue precisamente por el apoyo mayoritario de la comunidad.
Por otra parte, la escasa participación de la comunidad, especialmente de estudiantes y egresados, va en contravía del llamado “entusiasmo de su participación”. De hecho, los porcentajes de participación son prueba de ello: 10,211% de estudiantes y 2,722% de egresados. Esto puede verse influido por la precaria difusión de las propuestas de las candidatas y el candidato, y la falta de divulgación de los espacios de "debate".
En el mismo orden de ideas queda cuestionado el hecho de que el propósito de la propuesta de la actual decana sea “hacer de nuestra facultad un espacio de convergencia y diálogo entre profesores, estudiantes y administrativos”. Es evidente que la voz de estudiantes y egresados no tiene cabida en ese espacio de convergencia (mucho menos la voz de los administrativos), pues sus voces no son escuchadas ni tenidas en cuenta al momento de definir los verdaderos resultados de la consulta a la comunidad y el rumbo que se espera tome la facultad. Lo anterior se demuestra en el hecho de que, a pesar de que la actual decana de la facultad recibió apenas 145 votos de un total de 985 personas que participaron manifestando su opinión, esa mínima cantidad de votos bastó para que la decana y candidata resultara “ganadora”. En efecto, lo paradójico del asunto radica en que sea la segunda candidata menos votada y, al mismo tiempo, la "ganadora" (¡entre comillas!).
La “ganadora” recibió 40 votos de los 514 depositados por estudiantes y 47 de los 311 votos de egresados. La “ganadora”, en ese sentido, debe reconocer, de cara a la comunidad, que, en términos de participación real, no es cierto que haya confianza en su propuesta, así como tampoco es cierto que se haya creado un espacio de convergencia y de diálogo, pues si así fuera, la decana y aspirante escucharía y tendría en cuenta los resultados reales que arrojan la consulta y que muestran, evidentemente, un inconformismo con su gestión y una demanda de nuevos aires para la facultad.
Luz Amparo Fajardo no “ganó” por el apoyo y respaldo que la comunidad otorga a su propuesta, “ganó” por la excesiva ponderación que tienen los votos de los profesores, pues la opinión “ponderada” de 21 de ellos, fue suficiente para sobreponerse sobre los 220 estudiantes y 80 egresados que apoyaron a la candidata que ocupó el segundo lugar.
Al contrario de lo que muestran los resultados ponderados, la consulta del pasado 23 y 24 de mayo, muestran el inconformismo frente a la gestión de la actual decana y la demanda de un cambio que exige la comunidad. 840 personas de 985 se manifestaron a favor de un cambio de administración, así: 102 docentes de 160 que participaron (63,75%), 474 estudiantes de 514 (92,2%) y 264 egresados de 311 (84,88%) se manifestaron en contravía de la administración actual.
Es evidente, al contrario de lo expresado en el mensaje enviado por la actual decana, que el reconocimiento de las y los estudiantes como pilar y razón de ser de la Universidad Nacional de Colombia es nulo, esto último teniendo en cuenta que su opinión no es valorada como debería ser ni en los resultados ponderados de la consulta, ni en el comunicado enviado por la profesora Luz Amparo Fajardo.
Para concluir: 840 personas votaron en contra el continuismo en la facultad. ¿Dónde está la manifestación de esas 840 voces? La Facultad de Ciencias Humanas cuenta con un gran número de profesores con las mejores cualidades académicas. ¿Dónde está la voz de dichos profesores reclamando por el verdadero reconocimiento de sus estudiantes y pronunciándose públicamente sobre los dicientes resultados de la consulta? ¿Dónde están los estudiantes que cuestionan y ponen en tela de juicio aquellos movimientos que van en contravía de sus intereses? ¿Dónde está el reconocimiento a la participación de la comunidad que “reconoce” y “promueve” la actual decana? ¿Dicho reconocimiento no debería verse manifestado en el cuestionamiento mismo de su aspiración a continuar en la decanatura?
El pensamiento crítico, los argumentos y la deliberación deben ser el centro de la facultad. Es hora de alzar la voz, abrir y encaminar el debate y empeñar esfuerzos por el cambio. La riqueza de las disciplinas que hacen parte de la Facultad debe contribuir, de facto, a su nuevo rumbo. Es hora de reconocer la diversidad, y de empoderar, desde la diversidad misma, las múltiples voces silenciadas que son razón de ser de una Facultad de Ciencias Humanas.