En Colombia se utiliza como estrategia la estigmatización de la palabra socialismo. El socialismo como sistema per se no es malo, especialmente cuando es democrático, de hecho es el sistema más equitativo que puede existir. Sin embargo, otra cosa es el comunismo cuando se aplica de manera ortodoxa y se impone la dictadura del proletariado y no existe la propiedad privada.
¿Por qué no se toman como referentes los avances en materia social de un país como Ecuador, aquel que dejó Rafael Correa?, ¿el Chile de Bachelet y su concertación entre partidos?, ¿el Brasil de Luiz Inácio Lula Da Silva, que sacó a millones de brasileños de la pobreza?, ¿la Bolivia de Evo morales cuyos avances son significativos y reconocidos mundialmente?
Y mirando al otro lado del mundo, ¿acaso la China, donde impera un sistema comunista con una economía de mercado, es un país atrasado?, ¿Rusia es un país poco desarrollado? No hablemos de Corea del Norte, cuyo sistema es hermético e inexpugnable y poco se sabe de él, pero se dice que es un país donde no hay ladrones, ni mendicidad, ni prostitución ni drogadicción. Todos sus habitantes tienen vivienda y educación asegurada desde que nacen; mientras que aquí hay ejércitos de muchachos pegados en los semáforos mendigando, siete millones de desplazados por la violencia, ubicados en los cinturones de miseria en los centros urbanos y vivimos en un paraíso.
Ahora bien, ¿por qué no se habla del socialismo democrático que impera países como Finlandia, Suecia o Noruega y que son los países más equitativos del mundo o la Francia de Francois Hollande o Francois Mitterrand con la cohabitación francesa? Solo aquí en Colombia, donde una clase política corrupta que nos ha condenado a ser el tercer país más desigual del planeta y que se quiere perpetuar en el poder con base a mentiras, nos resulta vergonzoso hablar de socialismo. Muchos en su afán de confundir y manipular solo nos traen los referentes fallidos de Cuba y Venezuela como paradigmas, y lo más triste: se les come cuento.
¿Acaso no vivimos en un país donde se nos consagró indirectamente como un estado socialista de derecho? Son unos pocos los que pagan impuestos y con esto se les subsidia los derechos a una gran masa poblacional. Esto es socialismo, aunque inequitativo y antidemocrático, pero es un sistema socialista imperfecto con un componente fatal: la corrupción. ¿Qué es Familias en Acción?, ¿qué es el sistema subsidiado de salud (Sisben), que a propósito se lo debemos a Ernesto Samper? ¡¡ Socialismo puro!!
Con eso en mente, a lo que sí se le debe tener miedo es al capitalismo salvaje, no miedo al asistencialismo, que en algo busca la justicia social que practica nuestro estado social de derecho. Les han inoculado deliberadamente a grandes ejércitos de personas desinformadas que el socialismo es algo malo, que es algo diabólico, que arruina, lo que en la práctica es falso, pero con el solo caballito de batalla de Cuba y Venezuela redimen su cuento. ¿Acaso la China es una ruina? El problema es cuando el estado es totalmente dueño de los medios de producción, cuando todo se encuentra estatizado y desaparece el mercado y la iniciativa privada, pero cuando el socialismo garantiza una no abismal diferencia entre clases sociales es lo más justo. “El mercado hasta donde sea posible, el estado hasta donde sea necesario”, esa es la clave de una tercera vía.
Para confundir los mismos con las mismas que se quieren reelegir eternamente manejan solo los referentes de Cuba y Venezuela, nunca se habla de otros ejemplos exitosos, como los mencionados. No conviene. A los ojos de los manipuladores de la verdad es un pecado lo que pretende hacer la Colombia Humana, pero si aplauden fervorosamente votar por perpetuar el estado de corrupción, que representa el títere que evidentemente será manejado por una clase política corrupta.
Desinforman y minimizan, convierten en anatema los datos favorables a la Colombia Humana en cuanto la disminución de los índices de pobreza en Bogotá, el empoderamiento de los recicladores, que lo exigía el consejo de estado, el mínimo vital de agua para sectores marginados, los Camad para los drogadictos, los avances en educación, salud y protección a la niñez. ¿Es un pecado avanzar y proponer la gratuidad de la educación pública con calidad? En México y Chile su educación en un 80% es pública. Nada de eso es reconocido. ¿De dónde saldrá el dinero para la gratuidad de la educación? Sencillo: de la inversión en guerra que dejamos atrás. Para el régimen, nada de esto conviene que se sepa. Todas las constituciones en el mundo contemplan la expropiación con indemnización y todos los gobiernos lo aplican cuando está de por medio el interés general, con Gustavo Petro el término se convierte en algo peyorativo.
Votemos por las opciones alternativas diferentes al status quo de la corrupción. Ampliemos el espectro y votemos por Humberto De la Calle, Sergio Fajardo o Gustavo Petro. Sin embargo, lo que sí considero que no debemos hacer con nuestro voto es condenarnos a un régimen de corrupción y premiar a los responsables de los Reficar, Isagen, Odebrecht o Hidroituango, que son los casos emblemáticos recientes de defraudación al estado y que fueron cometidos por los mismos con las mismas. No debemos con nuestro voto regresar al pasado y condenar como proyecto de vida a miles de jovencitos a regresar a una guerra fratricida que es lo único que les ofrecen como opción.