La semana pasada Karen Abudinen viajó a Ginebra (Suiza) a una reunión programada meses atrás, del más alto nivel, sobre el tema de derechos humanos en Colombia.
El viaje coincidía, sin proponérselo, con una triste y en ocasiones recurrente situación de violencia contra muchos niños.
Mientras la directora viajaba se registraban noticias de la recuperación de una pequeña recluida en una clínica de Bogotá donde se debatía entra la vida y la muerte después de soportar agresiones inimaginables.
También se conocía la penosa noticia del suicido de un niño que prefirió quitarse la vida ante que soportar la violencia física y sicológica a la que era sometido.
En medio de las presentaciones en el pleno en Suiza y mientras se recibían las noticias desde Colombia, la directora que es, según quienes trabajan con ella una 7 por 24 en el ejercicio de su actividad empezó a maquinar una estrategia para lograr el que tal vez es el apoyo más certero en su lucha contra la indolencia por la violencia contra los niños del país, el papa Francisco.
El viernes pasado el sumo pontífice lanzaba a nivel continental la fundación Schola en Colombia y varios países del continente en una transmisión televisada desde Roma.
A ese lanzamiento fue convocada la exalcaldesa de Barranquilla, Elsa Noguera quién fue seleccionada por el papa para presidir la fundación en Colombia.
Karen que conoce como pocos a Noguera la llamó, le explicó su estrategia y le pidió que le permitiera hacer parte de su comitiva en el evento papal para poder hablar con Francisco.
Noguera aceptó sin parpadear y juntas lograron lo imposible, una audiencia de 15 minutos donde Karen le reiteró en 10 a Francisco lo que sucede en Colombia con muchos niños y este en 5, conocedor como es de la situación de la niñez en el país por su reciente visita a Colombiano le planteó, caminos espirituales de solución.
La particular audiencia generó una serie de consejos, porque ya hay compromisos, del papa quien entre otras cosas le dijo a la Directora del instituto que “Tenemos que cuidar a los niños, abrazarlos y darles toda la importancia; nunca los dejemos solos para que nada ni nadie les dañe sus sueños”.
El encuentro con el papa garantiza que se sume un aliado en esta lucha que nunca será estéril, según la propia Abudinen, contra el flagelo cada vez más distendido de violencia contra los niños en un país que según ella “parece cada vez más enfermo”.
“Todos debemos poner en este propósito. La gestión institucional será insuficiente si los colombianos no hacen lo suyo. Lo que está pasando es muy grave, más de lo que todos creemos. Los factores de violencia parecen salidos de cauce y hay que actuar ya ...” sostiene Karen Abudinen después de su reunión con el papa y al regresar a Colombia para seguir trabajando en la entidad contra un fenómeno que se combate, como dice el propio papa, abrazándolos par que nadie les dañe sus sueños y de paso en un futuro cercano Colombia no sea una pesadilla.