La derrota de quienes han gobernado mal, la conjunción de la educación y el medio ambiente, y un camino claro para asumir los retos ambientales de corto plazo con un enfoque territorial y defendiendo la soberanía deben ser elementos para pensar de cara a las elecciones presidenciales.
El pasado martes 17 de abril se presentó en la CUN ante miles de jóvenes y ambientalistas en el auditorio y en las redes sociales el Compromiso con la biodiversidad, propuesta ambiental del candidato presidencial Sergio Fajardo por la Coalición Colombia.
Sin dejar de lado las acciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero —Colombia solo aporta el 0.36%—, la propuesta se centra en reconocer la defensa de nuestra riqueza ambiental —la biodiversidad, el agua y el aire— como condición previa al desarrollo, porque en este caso el orden de los factores sí afecta el producto.
Esto, al tiempo que se reconoce que las complejas interacciones de nuestros ecosistemas se dan en territorios habitados por comunidades, por lo que es obligatorio entenderlas y construir con ellas.
El cambio climático que pone en riesgo nuestras formas de vida no se debe tanto a los gases de efecto invernadero sino —de acuerdo con el Foro Nacional Ambiental (2013)— a tres principales causas:
1) La deforestación de 5 millones de hectáreas desde 1990 (por expansión ganadera y cultivos de coca principalmente).
2) La locomotora minero-energética, que deja la “degradación ambiental” y exporta los beneficios, con áreas estratégicas proyectadas por cerca de 20 millones de hectáreas.
3) Las ciudades “dispersas”, fruto de la falta de planeación urbana.
En cambio, en generación de energía con fuentes renovables, convencionales o no, Colombia lo hace en 69,4 % gracias a su potencial hídrico, Estados Unidos solo en 14% y Corea del Sur apenas en 2,1 %, siendo ejemplo en un mundo.
Por el lado de la deforestación, Fajardo se propone trazar el camino para llegar a un 0% en 2030, con una meta parcial al 2020. La deforestación afecta todas las variables ambientales, por lo que se debe hacer seguimiento de las metas monitoreando con tecnología y de la mano de la población, además de avanzar en la llegada del Estado a todos los territorios y en especial los que dejaron las Farc y otros actores del conflicto.
En el tema de la minería, reconocer los diferentes tipos y por ende la necesidad de un tratamiento diferenciado, de organizar y formalizar el territorio y de concertar con las comunidades es fundamental para saber dónde se puede hacer y dónde no. Hoy los títulos mineros se están "dando con la cédula" y se deberían dar luego de la consulta social y ambiental.
Santos decidió empezar a usar el fracking en línea con quienes siempre han gobernado. Ante lo incalculable de los impactos lo mejor es aplazar indefinidamente la llegada de esta técnica a Colombia, como dijo Fajardo.
Sobre la planeación urbana es hora de que el ordenamiento del territorio se haga con base en su estructura ecológica principal, a partir de los ecosistemas, del agua y los bosques y con participación ciudadana; este es uno de los grandes retos que supone el posconflicto y la apertura territorial. El catastro multipropósito será la herramienta central para integrar a lo social y económico las variables ambientales en los territorios.
Los cómplices del deterioro ambiental son la corrupción, la codicia sin límites y el desconocimiento. La corrupción se crea en el país, pero también se alimenta por intereses extranjeros sobre nuestro territorio y se produce con nuestra débil institucionalidad. Enfrentar este problema requiere la estabilidad de nuestras instituciones (empezando porque el Ministro de Ambiente no cambie cada pocos meses) y asegurando que en las decisiones sobre el uso del suelo y el subsuelo predomine el interés nacional.
Uno de los mayores problemas, aunque también una de las grandes oportunidades, para el medio ambiente gira en torno a las prácticas agrícolas. Poner la educación, la ciencia y la tecnología a disposición del campo colombiano será el motor de transformación productiva para las zonas rurales del país, convirtiendo el campo en un territorio de oportunidades, del que se apropie la gente y que aporte al desarrollo mientras se conserva nuestra riqueza natural.
https://twitter.com/manuel_rodb/status/989267188803624960
La conciencia ambiental crece cada día en el país, pero si queremos avanzar más rápido la educación se convierte en algo fundamental, y eso es otro elemento que diferencia esta propuesta. Empezando por el presidente profesor, la gestión ambiental se integrará en escuelas, colegios y universidades para que la sociedad en conjunto comprenda los retos ambientales —que a veces pueden ser abstractos— y cómo caminar hacia la sostenibilidad. Con ciencia e investigación hay que poner en marcha proyectos de energías renovables, movilidad más limpia, biotecnología y ecoturismo.
Sin educación de calidad y sin un robusto desarrollo científico y tecnológico no será posible aprovechar nuestra gran riqueza en biodiversidad y agua como una de las bases del desarrollo. Votemos por @sergio_fajardo
— Manuel Rodríguez B. (@manuel_rodb) April 21, 2018
Al final del mencionado evento, ante el aplauso masivo del auditorio, el primero en ponerse de pie fue Manuel Rodríguez, primer ministro de Ambiente, profesor emérito de la Universidad de los Andes y activista ambiental, una de las voces más respetadas en el tema, quien con su ovación y posteriores declaraciones invitó a todos apoyar esta propuesta.
#FelizMiercoles empezamos el día con el orgullo de recibir el respaldo #YoVotoFajardo de un gran ambientslista como @manuel_rodb. Tenemos un programa ambiental ambicioso, serio y cumplible. Con #FajardoPresidente #SePuede https://t.co/FVlgciY0HO
— Claudia López (@ClaudiaLopez) May 2, 2018