Después de una movida elección que empezó por decidir que el partido irá con candidato propio a las elecciones presidenciales de mayo de este año, la elegida fue Martha Lucia Ramírez, quien ganó con 1.024 votos a favor contra 138 de Pablo Victoria y 84 de Álvaro Leyva.
Las bases conservadoras, provenientes de distintas regiones del país, le enviaron un duro mensaje a los dirigentes tradicionales, representados en 18 congresistas que forman parte de la Mesa de Unidad Nacional y que se han favorecido de prebendas en millonarios contratos entregados por palacio.
La mayoría de los convencionistas votaron a favor de que el Partido participara en la elección presidencial con candidato propio.
La votación se precipitó debido a que las bases abuchearon a Roberto Gerlein, quien intentaba sustentar la posición de respaldo a una coalición para apoyar la reelección de Santos. Junto a Gerlein se retiraron los parlamentarios Efraín Cepeda y Miryam Paredes, en un intento por deslegitimar los resultados de la convención. Los dos parlamentarios barranquilleros junto al parlamentario santandereano Iván Clavijo habían tenido la semana anterior una comida con Germán Vargas Lleras y Juan Mesa, directivos de la Fundación Buen Gobierno, a fin de intentar asegurar el apoyo conservador al Santismo, pero las bases conservadoras habían expresado su intención de no repetir la historia del apoyo incondicional al candidato de otro partido, como ocurrió con Álvaro Uribe Vélez.
Como respuesta a esto, el partido incluso cambio su eslogan y paso de ser “la fuerza que decide” a la “fuerza de la gente”, en un intento por recuperar la representación directa de las regiones conservadoras tradicionales.
Juan Manuel Santos necesitaba los 2 millones de votos del Partido Conservador para ganar en la primera vuelta. Con el resultado de la Convención y la decisión de apostarle a candidato propio, el Presidente queda condenado a tener que ir a la segunda vuelta. Está por verse en ese escenario, como jugara el partido azul de cara a Oscar Iván Zuluaga, el candidato del expresidente Uribe, con quien Martha Lucía Ramírez tiene gran afinidad política desde que fue su Ministra de Defensa.