Puntos de quiebre
Opinión

Puntos de quiebre

Inflexión en la Historia

Por:
abril 05, 2018
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Al lomo de la historia los datos y los sucesos poseen una velocidad increíble. En estos días y, en el pensamiento de lo que ha sucedido, se cumple un año más del denominado ‘Bogotazo’, del asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán; un año más, como lo sostienen algunos cronistas, de incertidumbre pues se encuentran otros sucesos de dimensión similar, que podríamos denominar ‘puntos de quiebre: inflexión histórica’.

Pues bien, si se me permite una recreación de varios de los muchos hechos parecidos, tenemos que:

Superada la ‘Guerra de los Mil Días’ y, ante la difícil situación política, el deplorable y confuso suceso: el asesinato de Rafael Uribe Uribe: “(…) cuando se constituía en la figura más promisoria del liberalismo colombiano del siglo XX, Rafael Uribe Uribe sucumbió a los golpes secos y asesinos (…) de Leovigildo Galarza y Jesús Carvajal. Dos humildes artesanos que, azuzados por sectores políticos reaccionarios, creyeron que Uribe Uribe era el culpable de la crisis económica en que se hallaba el país y que las obras públicas que adelantaba el gobierno se habían suspendido por su capricho, quedando hombres simples e ingenuos como ellos sin empleo y sin recursos. (…) falleció una madrugada del 15 de octubre de 1914, a los 55 años de edad”. Si ello es cierto, que lo es ¿a dónde llegó la investigación sobre los demás autores? No se sabe.

Se repite en el llamado ‘Bogotazo’ la tensión social, política como la que más, que dan con el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán: “Emprende su proceso sobre la Masacre de las Bananeras, y conforma la UNIR. (…) En 1944, Gaitán decidió lanzar su candidatura presidencial e inició una vertiginosa carrera política que sólo pudo ser contenida con su asesinato en el año 48. (…) El 9 de abril, a la 1:05 de la tarde, al salir de su oficina, Jorge Eliécer Gaitán cayó asesinado. Su muerte provocó una insurrección popular en todo el país”; y, ¿los autores? Nada se supo en verdad; ocasionó una insurrección, un quiebre histórico, pero hasta ahí apunta la crónica.

Si echamos una ojeada a La toma y retoma de Palacio de Justicia, que terminó en Holocausto, se registra, desde la misma fuente del M-19[1], que: “En 1985 el M-19 realizó un hecho que dejó marcada la historia del país. La toma del palacio de Justicia. El 6 de noviembre de 1985, 35 guerrilleros del M-19 tomó el palacio de justicia en el centro de Bogotá tomando renes y exigiendo que el presidente fuera a juicio.

La reacción del ejercito provocó un enfrentamiento armado donde murieron la mayoría de los guerrilleros y según los cálculos otras 53 personas civiles incluyendo varios magistrados”. Existió, desde luego actividad judicial, interna e internacional; una Comisión de la Verdad, informal; y, aún se encuentran los mecanismos en ejecución, encontrando desaparecidos; pero no se llega a conclusión totalizante; el dolor, sigue.

¿Y Galán?; ¿Y Lara?; ¿Y Cano? ¿Y Jaramillo?; ¿Y Pizarro? Por poner algunos ejemplos.

En el caso Luis Carlos Galán: “En 1976 regresó a Colombia como codirector del semanario Nueva Frontera, (…) El 30 de noviembre de 1979 fundó el movimiento Nuevo Liberalismo. En 1981, en medio de una división del liberalismo, fue proclamado candidato presidencial. (…) Cuando Galán fue asesinado, el 18 de agosto de 1989, punteaba ampliamente las encuestas que lo convertían en el favorito para ganar tanto la consulta popular como la elección presidencial”. Y, desde luego, falta mucho por averiguar. O, el asesinato de Rodrigo Lara Bonilla que, en investigación de Donadio[2], ofrece una versión que nunca ha sido investigada. Ahí van los hechos.

 

A la acción de los “aparatos organizados de poder”, ingresaron otros actores:
narcotraficantes, paramilitares, políticos,
y, además, miembros del Departamento Administrativo de Seguridad –DAS–

 

Y, esto último: a la acción de los “aparatos organizados de poder”, fueron ingresando otros actores: no solo los narcotraficantes, sino los paramilitares, los políticos, lo que era de esperarse pero, además, miembros del Departamento Administrativo de Seguridad –DAS-[3]: “La Fiscalía General de la Nación encontró "25 puntos de conexión" entre los magnicidios de tres candidatos presidenciales, ocurridos en 1989 y 1990, una de las épocas más violentas que ha vivido el país, especialmente contra dirigentes políticos. (…) la coincidencia en los móviles, y el modo como fueron perpetrados los homicidios" de Luis Carlos Galán (1989), Carlos Pizarro (1990) y Bernardo Jaramillo (1990). Todo a la espera, sin conclusión; a lo que no son ajenos, el caso, entre otros, de Guillermo Cano según la Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia[4].

Cada evento, ninguno excluido, constituye un punto de quiebre, una inflexión histórica aún no resuelta; y, ello, impide la reconciliación.

*** 

[1] Grupo que ejecutó el lamentable hecho.

[2] Alberto DONADIO. El Asesinato de Rodrigo Lara Bonilla. La Verdad que no se Conocía.  Sílaba Ed.  Bogotá. 2016 páginas 60- y 73.

[3]La conexión entre asesinatos de Jaramillo, Pizarro y Galán. http://www.semana.com/nacion/articulo/la-conexion-entre-asesinatos-jaramillo-pizarro-galan/354714-3 Cfr. http://centrodememoriahistorica.gov.co/fr/noticias/noticias-de-otros-medios/fiscalia-unifica-casos-de-galan-pizarro-y-jaramillo-por-coincidencias-en-los-crimenes

[4] Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia de dos (2) de abril de mil novecientos noventa y ocho (1998). Rad.: 13200. M. P. DR. JUAN MANUEL TORRES FRESNEDA.

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