A 50 kilómetros de Cartagena de Indias, se encuentra San Basilio de Palenque, un pueblo símbolo de libertad y esperanza. Fue allí donde en el siglo XVII un grupo de hombres y mujeres al mando del esclavo Benkos Biohó se asentó después de huir del yugo español, convirtiéndose así en el primer pueblo libre de América.
De los muchos palenques que existían en épocas anteriores, sólo el de San Basilio sobrevive hasta hoy, convirtiéndose en un espacio único. La cultura palenquera abarca prácticas sociales, médicas y religiosas, así como tradiciones musicales y orales, muchas de las cuales tienen raíces africanas.
Hasta San Basilio de Palenque llegó la Ruta 90, un proyecto adelantado que busca llevar lo mejor del séptimo arte a todos los rincones del país. Una pantalla de 7 metros de alto por 9 de ancho, con tecnología de punta en proyección y sonido digital, fue la máxima atracción en esta gran fiesta del cine.
Los palenqueros recibieron el homenaje con la proyección de la película Pantera Negra. El film tiene como personaje central al Rey Wakanda quien debe regresar a su país ubicado en África para gobernarlo, pero en su intento se encuentra con un antiguo enemigo que lo pone a prueba.
Esta historia refleja la titánica travesía que debió emprender Benkos Biohó y un grupo de esclavos a finales de 1599, y que finalizó con la fundación de San Basilio de Palenque.
Fue la primera vez que los palenqueros vivieron en toda su expresión la escencia del cine, que llegó al país hace 120 años. Desde entonces sólo 61 de los 1.120 municipios han tenido acceso al séptimo arte. Sin embargo, gracias al proyecto de la ‘Ruta 90’ esto cambió. En 2017, 104 municipios y 214.000 colombianos disfrutaron de los estrenos que se proyectaron en la gran pantalla.
Luego de recorrer más de 21 mil kilómetros, 2000 millas náuticas y presentar 203 funciones (9 películas de cine durante todo 2017), la histórica ruta no se detendrá. Este año promete llegar a aquellos lugares vulnerables que se esconden entre la riqueza de la geografía colombiana. Lugares donde sus habitantes todavía están por experimentar el cine en su máxima expresión.
Los municipios a los que espera llegar en 2018 son aquellos con altos índices de necesidades básicas insatisfechas y que carecen de salas de cine en su territorio.
Muchos de ellos no cuentan con vías de acceso. Sin embargo, para los organizadores no hay obstáculos.
El séptimo arte tiene ese poder: transformar las ilusiones en realidad, aunque sea por un momento.