Es evidente que la llegada de Petro a la Alcaldía de Bogotá suponía una pérdida grande para el cartel de contratistas y políticos que han gobernado a Bogotá y Colombia durante muchos años. Por eso, desde el momento de su posesión, los medios de comunicación tomaron partido contra Petro y empezaron a manejar una imagen negativa, de arrogante y soberbio, de improvisador y mal gerente, hasta que, parcialmente, lo lograron. El Procurador Ordóñez, por ejemplo, lo declaró “mal alcalde”. No sabemos si ese prejuicio incidió en su sanción disciplinaria. Y muchos están convencidos de que Petro es un mal alcalde, porque esa es la imagen que los medios han construido de él, día a día, por medio de reportajes, entrevistas, encuestas, editoriales, informes especiales y todo lo que esté a su alcance. La realidad es otra: Petro podría ser uno de los mejores Alcaldes en la historia de Bogotá.
La destitución y muerte política del Procurador Ordóñez contra Petro, debería leerse como el punto final de una estrategia diseñada por un grupo poderoso de poder, que ve en Petro, un adversario político de mucho peligro para sus intereses electorales y sus exclusivos privilegios. Los contratistas de aseo, por ejemplo, los concejales que perdieron la Alcaldía, un sector del rancio uribismo representado por Pachito, y todos aquellos que ven oportunidad de frenar el competidor político más fuerte a partir de este momento, mejor dicho, la corrupción y el clientelismo más refinado han encontrado en los medios de comunicación el socio ideal para lograr sus objetivos.
Los medios invisibilizan a Petro y su BOGOTÁ HUMANA casi hasta la exclusión: Petro no existe. Y si registran algo es por un hecho forzoso, o por una verdad incuestionable que no admite silencio. Lo de la Plaza de Bolívar, por ejemplo, que es uno de los hechos políticos más importantes de la historia de Colombia, empieza a preocuparlos: ver el poder soberano en ejercicio, los enmudece. Porque saben que contra ese no podrán. Con Petro o sin él, ese pueblo y esa ciudadanía convocados por él, están reclamando su democracia, que está sometida, envilecida y sojuzgada por un puñado de poderosos; ese pueblo despertando a su democracia, les produce temor que se les arrebate una porción importante de sus negocios y complicidades. Por eso los medios están en pie de lucha contra Petro.
Es posible que Petro haya logrado ya la misión de su vida: despertar al pueblo, a la ciudadanía a su democracia. Esa democracia directa que está construyendo en la Plaza de Bolívar, el poder constituyente, con los ciudadanos, directamente, ante el envilecimiento, la corrupción y la maldad del establecimiento que lleva 200 años abusando de todas las maneras de un poder tiránico, injusto y excluyente que se apoderó de la democracia a favor únicamente de sus intereses políticos y personales. El Procurador Ordóñez y el silencio cómplice de los medios, son apenas una punta de lanza de ese poder corrupto y antidemocrático.
La torpeza del establecimiento, apoyada por los medios, al intentar revocar a Petro por medio de la Procuraduría, ha precipitado los acontecimientos más de lo que se esperaba: se ha iniciado ya un movimiento para devolverle la democracia a sus legítimos protagonistas, los ciudadanos. Bienvenidos colombianos a la próxima e inminente Asamblea Nacional Constituyente.