El 11 de marzo deja un sinsabor en el sector de la salud. Varios de los representantes de visones alternativas que participaban en el Congreso de la República quedaron por fuera, mientras herederos de tradiciones políticas que han afectado el bolsillo y la calidad de vida de los colombianos triunfaron.
En medio de los contrastes que deja la jornada electoral del domingo, la gran afectada fue la salud. Sí. Ni Óscar Ospina, médico y defensor de la salud pública, ni Víctor Correa Vélez fueron reelectos. El triste panorama deja en vilo el futuro de un sector fundamental para el país, que estuvo muy activo en los últimos 4 años.
Panorama
Hoy el derecho a la salud, a pesar de ser declarado como fundamental por una norma estaturaria, sigue en vilo. La mediación de las EPS, en lugar de beneficiar a la ciudadanía, la sumerge en un mar de trámites, maltratos e inatención. Cerca de 1,4 millones de personas murieron entre el 94 y el 2011 de enfermedades evitables, en razón de las deficiencias del actual modelo de salud. Además, las EPS son responsables de gran parte de las tutelas que colapsan hoy el sistema judicial.
A la fecha, gran parte de los profesionales de la salud deben pagar altísimos costos en sus carreras en universidades privadas, sumas que no se corresponden de ninguna manera con los salarios que recibirán luego de graduarse.
Por otro lado, esos mismos profesionales suelen tener grandes dificultades con relación a las garantías laborales para cumplir con el servicio social obligatorio, conocido como “el rural”, requisito sin el cual es imposible culminar sus carreras.
No siendo suficiente con esa realidad, muchos de ellos son agredidos por pacientes insatisfechos con el sistema de salud. Son siempre la primera línea, quienes recepcionan las inconformidades y la rabia que provoca el pésimo servicio de las EPS.
En suma, nos encontramos ante un Estado de cosas inconstitucional en salud, un modelo en crisis que hoy, además de todo lo mencionado, queda sin representantes en el legislativo.
Logros legislativos
Los 4 años pasados se avanzó con decisión en la búsqueda de soluciones a los problemas anteriormente planteados. Esto, claro, gracias a la presencia de congresistas comprometidos con la salud de los colombianos.
Aproximadamente 450 proyectos de ley sobre salud fueron presentados entre el 2014 y el 2017. Temas como el examen de convalidación de títulos, la regulación de las leyes sobre donación de órganos y tejidos, la llamada Ley del Residente, iniciativas para regular la publicidad de comestibles ultraprocesados dirigida a niños y niñas, entre otras, tuvieron un lugar destacado en la agenda.
Se creó por primera vez una mesa parlamentaria por la salud pública, escenario en el que congresistas de diversos partidos se encontraron con el fin de promover los proyectos de ley relacionados con el derecho a la salud. Un hecho histórico.
Víctor Correa, defensor de la salud
De todas las ausencias, la más visible será la del joven médico antioqueño Víctor Correa. Siendo uno de los congresistas más jóvenes, estuvo activo en el control político y adelante en la iniciativa legislativa en materia de salud.
Inolvidable su debate de control político, famosísimo por la ausencia de sus colegas y por su vehemente posición frente al ministro Alejandro Gaviria. Importantísima su intervención a propósito del impuesto de bebidas azucaradas en el debate de la reforma tributaria. Destacadísima su defensa de los profesionales de la salud agredidos con la campaña “Médicos, no criminales” y su exigencia permanente para la implementación de la ley estatutaria. Muy relevante su participación en el proyecto de ley que busca el pago a los médicos residentes.
El Congreso perdió, no solo con el fortalecimiento de la derecha sino con la ausencia de Correa, un líder de la salud que hará mucha falta. Sin duda, los seis meses que restan a su gestión seguirán siendo de trabajo en pro del sector y se proyecta como una figura muy importante en la disputa por el derecho fundamental a la salud.
Hoy más que nunca urge un movimiento unitario por la salud, de carácter amplio y nacional, que cuente en sus filas con personajes como Correa, en el que las agremiaciones médicas, las víctimas, los usuarios y el país en general participe.
