En una de las fincas exportadoras de flores de Colombia, los trabajadores madrugan a las 5 a.m. para tener listas las 20 millones de flores que venden para San Valentín.
El predio queda en Tocancipá, y en medio del frío de la sabana bogotana, tienen todo el proceso: siembra, cultivo y construcción del ramo de flores.
Su fuerte son los claveles. Todo tiene que marchar a la perfección porque en un solo día se juegan el 20% de las ventas anuales de la empresa.
Según Augusto Solano, presidente de Asocolflores, este año salieron del país más de 600 millones de flores, el equivalente a unas 35.000 toneladas. Desde hace varios años, el mercado se ha estabilizado en una megaproducción que todavía se enfrenta a los retos logísticos para lograr tan importante empresa. Al final del día, las flores le dejan al negocio USD $ 1.460 millones, un 4,2% más con respecto al año pasado.
Esta es la historia de unas mujeres que trabajan de sol a sol para que en el mundo las flores colombianas sean el mejor regalo en el día de San Valentín: