El lunes seis continuó el Festival de música de Cartagena, con una curiosidad. Se escuchó la misma obra dos veces, en la capilla del Santa Clara por la mañana y en el teatro Heredia en el concierto nocturno. Lo destacable del caso es que las versiones fueron diferentes. En la mañana las hermanas Labeque que se robaron los aplausos del público en todas sus presentaciones en duo de pianos y en al función de la noche la orquesta Orpheus de New York.
La obra escogida por los organizadores escrita por el compositor francés Maurice Ravel (1875-1937) fue Mi madre la Oca, basada en cuentos de hadas franceses y compuesta originalmente para dos pianos, incluye cinco cuentos infantiles. Al poco tiempo el músico escribe una versión orquestal considerada "como verdaderamente fastuosa, aunque la versión para pianos tiene algo igualmente conmovedor...". Ambas interpretaciones llenaron las expectativas de un evento de categoría internacional por la calidad de sus interpretes.
La segunda parte del concierto de la mañana, también con intervención de las pianistas Labeque, contó además con la participación del excelente cuarteto Manolov de Bogotá y otros instrumentistas colombianos necesarios para completar la partitura de la interesantísima composición de otro francés Camille Saint- Saens fallecido en 1921, bautizada como el Carnaval de los animales. Los intérpretes además de cumplir perfectamente con lo indicado en sus pentagramas tocaron de una forma alegre y descomplicada acorde con el carácter de la pieza. El artista utiliza recursos sonoros de los instrumentos, matizados con ritmos y texturas musicales diversas, producto de su gran imaginación.
En la audición nocturna se destacaron Laurent Verney en la viola y Emanuel Ceyson en el arpa quienes interpretaron Elegía de Gabriel Fauré y Pavana en forma de habanera de Ravel de una forma maravillosa. El intérprete de la viola que lleva permanente la melodía en ambas piezas, logró con su sobria presencia escénica y su exquisito sonido demostrar cómo estas obras cortas contienen un mensaje musical muy profundo. Por otra parte el acompañamiento del arpa permitió aplaudir de nuevo a Ceyson quien ya había visitado Cartagena hace unos años.
El martes en la noche la orquesta Orpheus logró la ovación mas calurosa hasta la fecha en el Teatro Heredia. En la mañana Gabriel Cano director de El Espectador dirigió un conversatorio con una de las violinistas del grupo y con el jefe administrativo de la orquesta, orientado al tema de mayores comentarios en este evento, como es la ausencia de un director visible en esta agrupación. El tema es tan interesante que merece comentario aparte.
La composición que mas se ha escuchado a través de los años que lleva este evento, es la Serenata para cuerdas de Tchaicovski, opus 48, que ha sido tocada por varias de las orquestas que han actuado anteriormente. Esta obra, que se sale del esquema del programa general, pues no pertenece a un compositor del siglo XX fue la despedida de lujo de la orquesta Orpheus, grupo que se lleva los mejores elogios por su denso trabajo en el Festival.
Cartagena, enero de 2014