En todas las especies de mamíferos que viven en comunidad existe un macho dominante, que es reconocido como tal por los otros machos y por las hembras. Esta posición, que le es dada por su tamaño, fuerza o destreza, le confiere ciertos privilegios: es el primero en comer; tiene el derecho de “pernada” sobre las hembras; es el que marcha a la cabeza del grupo cuando se desplazan; los otros machos lo imitan y lo siguen, etc.
Seguramente, durante el largo proceso de evolución natural, las especies más vulnerables que lograron conformar una estructura social de esta naturaleza pudieron sobrevivir hasta la actualidad, debido a que así podían defenderse con mayor efectividad de los depredadores más fuertes con los que han tenido que convivir.
Los actuales humanos no somos una excepción: se pueden ver “machos alfa” en la escuela, en el trabajo, en las comunidades, en la política, en la delincuencia, etc. Esta posición es alcanzada por jóvenes y adultos, mediante su atractivo físico, su temperamento (fuerte), su solvencia económica o su origen ( familia, ciudad, país) más no por su rendimiento académico o intelectual, y los privilegios que ostentan son del mismo corte que los de sus similares del Homo sapiens primitivo: en general, las mujeres los prefieren, y buena parte de los hombres de su entorno los complacen en sus caprichos , y algunos los adulan , e incluso llegan a “hacerse matar” por ellos.
Ahora bien, muchas veces el alfa que llega a tener un gran poder (dueño de una gran empresa, presidente de un país, alto mando militar, capo de una organización ilegal) se siente con el derecho de disponer, a su antojo, de las personas que dependen de él: abusa de sus subordinados, los humilla o los emplea para que le atiendan sus menesteres personales, para lo cual cuenta con el soporte y/o la complicidad de los machos beta.
En lo referente a sus relaciones con el sexo femenino se pueden destacar los siguientes aspectos:
- Algunas quisieran ser su novia, esposa o amante, con el sueño de convertirse en mujer alfa o beta.
- Otras están dispuestas a complacerlo para lograr algún tipo de compensación: un empleo, un ascenso, un contrato.
- Muchas quisieran tener algún tipo de relación sexual solo por “darse el gusto” de hacerlo con un personaje poderoso y elevar de esta manera su autoestima.
- También hay quienes atienden sus requerimientos por temor a las consecuencias de no hacerlo.
De tal manera que un macho alfa poderoso tiene tantas oportunidades de tener sexo consentido que, incluso, el cuerpo no le alcanza para tanto. Sin embargo, se dan casos en los que algunos de ellos se involucran en actos de violación. ¿Cómo explicarlo? Dos hipótesis: 1) El hecho de someter y violentar a la mujer le puede producir algún tipo de placer. 2) Al sentirse rechazado por alguna valerosa mujer se puede enfurecer de tal forma que termina ejerciendo el acto de violación, con lo cual mitiga un poco el golpe recibido por su “ego”. Él está convencido de que un “ macho alfa” poderoso no puede ser rechazado por una mujer.
En síntesis, cualquier hombre poderoso puede llegar a ser un violador, aunque tenga muchas mujeres disponibles para tener relaciones sexuales consentidas.