El carro, su segundo hogar. Con este titular, hace veinte años, la revista Dinero publicó un artículo que hablaba de las preferencias de quien quería comprar un carro, porque su permanencia en el mismo era de 20 días al año a causa de los trancones. Se hablaba mucho de las predilecciones generales, pero hoy el asunto es muy individualizado como todo en mercadeo.
Quién —cuando comenzó a trabajar— no pensó en ahorrar para su primer carro que, en nuestra sociedad, es símbolo de progreso. Inclusive se piensa primero en comprar carro y después casa; tanto, que se ven tremendos carros parqueados frente a modestos vecindarios, porque ese es el sueño dorado. Pero más allá de lo que representa un carro, es lo que refleja, lo que significa para su propietario.
He escuchado este comienzo de año a muchos jóvenes profesionales hablar de su propósito de ahorrar ¿para comprar qué?… ¡Su propio carro! El sociólogo Ricardo Forero asegura que el carro, más allá de ser una máquina, es símbolo de estatus, ascenso social, progreso. La gente prioriza la compra del carro porque lo puede mostrar socialmente, lo puede exhibir; la casa no, porque no la puede trasladar. Entonces el carro significa que me está yendo bien. Pero tiene otros significados importantes como que es símbolo de libertad y de autonomía; de individualidad.
¿Pero qué busca cada género? El reconocido periodista especializado en este sector, Ricardo Soler, dice que la mujer busca individualidad, intimidad y un sitio seguro para sus hijos. Por eso, las camionetas han incrementado tanto sus ventas. Por su parte, el hombre busca una cosa con dos componentes: Poder o libertad, y pasión. “El carro es el complemento de qué; ese es el gran desafío para la industria hoy”, dice.
Y es que empezamos el año con estadísticas que nos muestran que pasamos por lo menos uno de los doce meses subidos en un carro por cuenta de los trancones y las distancias. Así, los desafíos para la industria se traducen en qué puede hacer usted extensivo en su carro, para continuar o complementar lo que venía haciendo en la casa, o lo que estaba haciendo en la oficina que se lo puede facilitar la conectividad dentro del carro. ¿Qué van a venir siendo los carros en unos años?, pregunta Soler. Y agrega: “Dos cosas. 1. Generadores de energía porque la recuperan y la producen. Cuando llegues a tu casa, conectas el carro y te suplirá de energía. 2. Tiene que ser un generador de conectividad, de internet.
La industria trabaja en qué puede hacer usted extensivo en su carro,
para continuar lo que venía haciendo en la casa y la oficina
que se lo puede facilitar la conectividad dentro del auto
Hoy en día en el planeta se mueven mil cuatrocientos millones de carros que la industria ve como satélites que se van por todos los lados, que están generando la gran nube de información, de datos. A lo anterior se agrega la individualidad y la intimidad. El automóvil ha sido escogido como uno de los cinco sitios no convencionales para hacer el amor. Los jóvenes, por ejemplo, o tanquean el carro o pagan el motel. Pues sí, la plata no alcanza para las dos cosas. Pero para los mayores, el asunto no es de dinero, sino de sentirse jóvenes; “es un efecto sicológico delicioso”, dice Soler.
Los carros van a dejar de ser el hijo que solo pide plata, para pasar a ser autónomos. El carro podrá hacer diligencias mientras yo trabajo. El 85 % de accidentes en todo el planeta son por error humano; por eso estamos perdiendo el puesto de piloto de nuestro propio carro. Por violar normas de tránsito, límites de velocidad, por chatear, hablar por teléfono, por manejar bajo los efectos del alcohol. “Los nuevos conductores, que son computadores, no se van a montar enguayabados a manejar un carro”, agrega el periodista, quien cuenta cómo los carros ya tienen programas que, por el peso del conductor, su telemetría, por ritmo cardiaco, Siri los identifica y ya sabe que el dueño está montado en su vehículo. La tecnología al servicio de uno. En la exposición de tecnología en Las Vegas, CES, Nissan mostró los mayores avances. Por ejemplo, está leyendo permanentemente lo que pasa en su cara, y si el sistema detecta que presenta microsueños, inmediatamente el carro se parquea. Hasta con el pensamiento se le darán órdenes al carro. También en esa feria se presentó un timón que por sensores sabe si el conductor está bajo efectos del licor o las drogas, y no se mueve. ¡El carro le va a salvar la vida!
Cuenta la historia que el carro nació del aburrimiento de la gente de untarse de popó de caballo los zapatos por la circulación de carretas, de la necesidad de mejorar la movilidad de las élites y hoy se ha constituido en algo importante en la vida de las personas, tanto que comenzamos a ponerle los gadgets de lo que nos gusta: el cable para que suene la música desde Spotify, o las llamadas en alta voz para contar los problemas que delante de los compañeros de la oficina no se puede. Es como un secreter, pero no en el que se escribe, sino en el que se habla con uno mismo o con los demás. Podría decirse que el carro no solo lo representa uno, sino que uno se encuentra con uno mismo; proyecta su personalidad. De hecho, un estudio de Citroën adelantado por la firma en 2006, en seis países de Europa, dice que lo que más hacemos en el carro es cantar a grito herido, es comer hasta mil veces, es maquillamos; los hombres se afeitan hasta 600 veces y, eso sí, se discute hasta cien veces. Y a lo anterior se suma, según Soler, que el carro es uno de los sitios preferidos para tomar decisiones. Mejor dicho, en el carro se hace mucho y significa muchas cosas.
El sociólogo Forero dice que además de símbolo social tiene un elemento subjetivo y definitorio de la personalidad; una relación de afecto, recuerdos, situaciones, anécdotas —mi primer carro— que generan una situación emotiva con esta máquina. En el carro hasta se duerme. Por eso al lado de la caja de herramientas, del extinguidor, están la cobija y la almohada. ¿El despertador? Pues el celular. “Uno recuerda las placas de los carros que ha tenido y hay hasta quienes juegan el chance con ellas”, dice. El carro es eso, parte de nuestra vida.
El carro está lleno de uno… De uno mismo.
Que tengan un fantástico 2018
¡Hasta el próximo miércoles!