Se equivoca la Corte Suprema al pretender obligar a los periodistas a revelar las fuentes de información. Toca recordarle a este y otros organismos del Estado que a diario quienes ejercemos esta profesión recibimos amenazas, intimidaciones, obstrucción del ejercicio periodístico y en casos fatales hasta muerte.
No solo es una medida que viola el secreto profesional, al que estamos obligados todos los círculos de ocupaciones, sino que pone en peligro la vida de quienes en un país plagado de corrupción, violencia y narcotráfico se atreven a contar de manera anónima lo que saben para fundamentar las investigaciones de hombres y mujeres que a diario le ponemos la óptica a las historias ocultas que dejan ver la realidad del Macondo en el que vivimos.
Ante el fallo invitamos a la Corte Suprema que revise el artículo 74 de la Constitución Política de Colombia en el que se consagra el secreto profesional y donde también se apunta la reserva de la fuente y los soportes de investigación como elementos que al sumarse entregan parte de la esencia para el ejercicio profesional del contador de historias.
Ante mi condición de periodista, espero que estos argumentos hagan eco, para que nada ni nadie nos obligue a divulgar nuestras fuentes, ya que el día que esto suceda nos enfrentamos a una coartada independencia, libertad y el derecho de brindar información oportuna y adecuada para nuestra sociedad.