Desde sus inicios la empresa tuvo vicios que llevaron a su inminente liquidación. Hoy cuando Gustavo Petro se ufana de marcar muy bien en las encuestas y de haber hecho una gran gestión en la alcaldía de Bogotá, la realidad es muy diferente a lo que las desprestigiadas mediciones de opinión y algunos medios de comunicación quieren mostrar del otrora burgomaestre.
A pesar de que Petro Urrego tiene varias sanciones en la Contraloría Distrital, debido a su pésima gestión en temas como el manejo en las tarifas de TransMilenio, la recompra de acciones de la Empresa de Energía de Bogotá o la creación del nuevo modelo de aseo de la capital entre otros, es este último tema el que deja una vez más en evidencia lo nocivo que resultó para los capitalinos la denominada Bogotá Humana.
Todo comenzó cuando de manera arbitraría y pasándose la ley a su antojo, el exmiembro del M-19 creó en septiembre de 2012 la empresa Aguas de Bogotá, la cual nació como una filial de la Empresa de Acueducto y cuya función sería encargarse de la recolección de basura del Distrito Capital, algo similar a lo que en su momento fue la desaparecida Empresa Distrital de Servicios Públicos (EDIS).
Valiéndose de artimañas jurídicas, como cambiarle el objeto social a la Empresa de Acueducto, según consta en el acta 2480, nació Aguas de Bogotá. No obstante, y según sentencia del Tribunal Administrativo de Cundinamarca de agosto de 2017, fue creada una nueva entidad y eso no era función de la Junta Directiva de la EAAB, sino del Concejo de Bogotá, por lo cual la nueva empresa quedó sin piso jurídico.
Ahora bien, sin importar que la administración del Alcalde Enrique Peñalosa le hiciera un reingeniería a Aguas de Bogotá, acción que la hizo competitiva y eficiente, llevándola a generar utilidades en 2016 por un monto de 9.600 millones de pesos, debido a la inestabilidad jurídica con la cual fue creada por la administración Petro, las compañías de seguros se negaron a expedirle las pólizas aseguradoras a esta empresa, y por tal razón no pudo participar en la actual licitación para el modelo recolección de basuras que acaba de ser adjudicado por el Distrito.
Ver: Aguas de Bogotá y sus 3.700 empleados, fuera del servicio de aseo
Ahora volviendo a 2012, es claro que los intereses de Petro, sus copartidarios y familiares, siempre estuvieron marcados en este negocio de recolección de basura a través de la EAAB, pues su pariente político Alberto Merlano Alcocer, siempre estuvo vinculado a la EAAB, fue gerente en 2004 durante la administración de Luis Eduardo Garzón, posteriormente fue de la junta directiva y luego nombrando como gerente de la misma en 2012 por Petro, tras la salida de Diego Bravo.
Ver: Alberto Merlano Alcocer, nuevo gerente de la Empresa de Acueducto de Bogotá
Pero lo curioso es que Merlano Alcocer que fue quien creó junto con Petro Aguas de Bogotá, fue el mismo funcionario que en abril de 2013 habló de una posible liquidación de esta compañía, lo que en su momento le generó muchas críticas. Una de ellas fue la de concejal María Victoria Vargas quien dijo: “Lo que más me llama la atención es que quien hace el anuncio fue quien creó la empresa Aguas de Bogotá. Cómo sale a decir el señor Merlano Alcocer ante la opinión pública que esta empresa podría ser liquidada ya que no solo la creó, sino también fue quien presuntamente la quebró. ¿Por qué no advirtió desde sus inicios al alcalde Gustavo Petro sobre esta situación si ha sido miembro de la Junta Directiva de la Empresa de Acueducto desde el 6 de enero de 2012?”.
Ver: Critican a gerente del Acueducto por posible liquidación de Aguas de Bogotá
Como si todo lo anterior fuera poco, en abril de 2014 la Superintendencia de Industria y Comercio ordenó tumbar el esquema de recolección denominado Basura Cero, argumentando que se violó la ley de libre competencia con su implementación y mandó el desmonte de Aguas de Bogotá y multas para varios de los funcionarios y entidades implicadas.
En su momento el superintendente Luis Guillermo Vélez dijo al respecto: “Se desmonta este modelo por ejecutar prácticas violatorias de la ley al limitar la libre competencia en el marco de la creación, implementación y puesta en marcha del nuevo esquema de recolección de basuras”.
Ver: Resolución de SIC
Las multas fueron astronómicas debido a la mala gestión de Petro, entre ellas la Superintendencia ordenó pagar 1.000 de pesos a los miembros de la junta directiva de la EAAB incluido Petro, además de multas a Aguas de Bogotá por valor de: 17.884 millones de pesos, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado: 61.600 millones y Uaesp: 17.884 millones.
A esto hay que sumarle, que durante la administración Petro la empresa Aguas de Bogotá alquiló vehículos viejos traídos desde Estados Unidos, lo cuales estaban llenos de basura y fueron contratados por Óscar Ortíz, un contratista cercano a Petro. Al mismo tiempo este personaje intermedió la compra de camiones Daewoo, por lo cuales la empresa coreana acordó el pago de comisión de 4.600 millones para ganar contrato en la EAAB.
Ver: Daewoo acordó el pago de comisión de 4.600 millones para ganar contrato en la EAAB
Paralelamente, esta empresa compró vehículos para hacerse cargo del 100% de la operación de basuras, pero por la crisis cedió el 48% a particulares (los mismos que estaban antes de la creación de AB). De ese modo, los vehículos que sobraron fueron desguazados para desvarar a la mitad de la flota de Aguas Bogotá que estaba quieta en varios parqueaderos. Por otra parte, los operarios de estos vehículos fueron acusados de robar el diesel que utilizaban los camiones, por una cifra cercana a los 23.000 millones de pesos según la Contraloría Distrital.
Para resumir el nefasto legado de Aguas de Bogotá, hay que decir que se creó con un capital inicial por valor de 32.642 millones de pesos y entre 2012 y 2015 dejó pérdidas acumuladas por 10.000 millones de pesos. A 31 de diciembre de 2017 entre funcionamiento, operación e inversión acumuló más de 184.000 millones de pesos de perdidas, según reportes oficiales. Además al ser liquidada la empresa, más de 3.200 trabajadores deberán ser reubicados en los nuevos operadores de recolección de basura creándole un nuevo problema a la actual administración.