Tyler y Cameron Winklevoss tenían 25 años y en el 2006 eran dos celebridades en Harvard. No sólo doblegaron a todos sus rivales en remo, la especialidad que los llevaría a ser medalla de plata en las Olimpiadas de Pekín, sino que tenían entre manos una red social en donde uno podría encontrar a un amigo perdido hacía años o, lo mejor, tener contacto con gente sin importar que océanos o abismos los separaran. Según sus cálculos la aplicación seria usada por todo el planeta y con la que se volverían millonarios.
Necesitaban sólo un toque, un avance y la aplicación que había lanzado el joven Mark Zuckerberg, de comparar dos fotos para ver quién podría ser mejor que otro, era ideal. Se reunieron en los pasillos de la universidad, en unos cuantos minutos le expusieron lo que necesitaba. Zuckerberg nunca pensó en trabajar para ellos. Lo que hizo fue procesar la información y tomarla para él. Los Winklevoss no lo podían creer cuando vieron que su invento, perfeccionado, lo había lanzado ese nerdo anticuado y solitario que les había ganado.
Inmediatamente lo demandaron por más de USD$100 millones en el 2009 pero Zuckerberg, sabiendo lo que podía ganar, les dio USD$228 millones, una bicoca teniendo en cuenta que hoy Facebook esta cotizado en USD$ 300 mil millones. Los Winklevoss durante años no salieron del pozo de su amargura. Verse retratados en Red Social no les ayudó demasiado. Pertenecientes a una familia acomodada, los Winklevoss bramaron de rabia al verse como dos niños malcriados según el planteamiento del director David Finsher. Se calmaron, siguieron haciendo un magister en Administración de Empresas y dirigiendo su exitoso sitio Guestofaguest.com, diseñada por y para el jet set new yorkino.
En el 2014 una nueva obsesión los dominaría. Empezaron a escuchar de los Bitcoins, una criptomoneda que no dependía del oro, del petróleo u otro combustible sino del interés que se demostrara en internet. Los gemelos fueron las primeras celebridades que le apostaron a invertir USD$11 millones en la criptomoneda. Al principio creyeron que la habían embarrado: ninguna de las 90 mil monedas pudieron venderlas en ese primer año. Sus asesores los llamaron a la calma. Sólo había que saber esperar.
Mientras tanto siguieron acumulando dólares teniendo como clientes en Guestofaguest.com a celebridades como Demi Moore, Aaron Eckhart y Kim Kardashian. Mientras su enemigo Mark Zuckerberg consolidaba su imperio y además promovía el ascetismo y el bajo perfil, los atractivos gemelos posaban al lado de Mick Jagger, Justin Timberlake o como vemos en esta foto con Ricky Martin.
La espera funcionó. El 2017 fue el año del bitcoin. En enero la moneda estaba por debajo de los US$ 1.000. Doce meses después la crecida fue abrumadora: hoy en día un bitcoin no se baja de los USD$12.000. Los USD$ 11 millones que invirtieron se transformaron en más de USD$ 200 mil millones, sólo USD$ 100 mil menos de lo que vale la idea que les robó Zuckerberg.
Igual, para los Winklevoss, el dinero les ayuda a empezar a consolidar un imperio del cual muchos al principio despreciaron creyendo que tan sólo se trataba de una pirámide más.