¿Fue Winston Churchill el modelo de un político correcto?

¿Fue Winston Churchill el modelo de un político correcto?

"Aprendió de sus errores y logró hallar su propósito como líder político de su nación, convirtiéndose en una figura paternal"

Por: Daniel Santiago Maldonado Esparza
noviembre 30, 2017
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
¿Fue Winston Churchill el modelo de un político correcto?

Sir Winston Leonard Spencer Churchill nació el 30 de noviembre de 1874 en Blenheim, Inglaterra, en el seno de una familia aristócrata, conservadora y perteneciente a la nobleza británica. Fue un militar, político, estadista y escritor, quien durante la Segunda Guerra Mundial desempeño el papel de Primer ministro del Reino Unido. El “bulldog británico”, como fue apodado por visitar y estar pendiente en todo momento de los frentes de batalla que combatían al ejército nazi, fue el pilar de un Imperio Británico devastado por los bombardeos a cargo de las fuerzas aéreas alemanas durante la batalla de Gran Bretaña en julio de 1940, mientras transcurrían los primeros albores de la gran guerra. También, planificó el camino a la derrota de Adolf Hitler y las potencias del eje por parte de los aliados, tras iniciar conversaciones y posteriores alianzas con los presidentes de Estados Unidos (Franklin D. Roosevelt) y de la Unión Soviética (Joseph Stalin) respectivamente.

En honor a la memoria de este histórico, político y visionario, por medio de este texto se justificará por qué Winston Churchill constituyó el modelo de un político correcto, justo, honesto y fuerte ante la adversidad. Puesto que, en primer lugar, aprendió de sus errores y logró hallar su propósito como líder político de su nación, convirtiéndose en una figura paternal; consiguió guiar hacia la victoria a un imperio británico durante los horrores de una “guerra innecesaria” en ausencia del poder absoluto del cual la monarquía ya no podía hacer uso para dirigir Gran Bretaña; y, por último, supo solventar las diferentes crisis que se presentaron durante su gobierno, por las cuales, de no haber sido resueltas, no se conocería la Inglaterra de hoy en día.

1. Churchill y el asalto a Gallipoli, “errores de los que se aprende”, el padre de un Imperio Británico devastado

El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse. (Churchill,1953)

A lo largo de su vida, Winston Churchill batalló contra los problemas incluso desde inicios de su carrera política. Por ejemplo, tras ingresar a la Cámara de los Comunes, Winston Churchill rápidamente asciende como primer lord del almirantazgo encargado de manejar la marina real, incluso se convierte en el integrante más joven del gobierno. Pero, tras el estallido de la primera guerra mundial en 1914, Churchill, en una maniobra arriesgada, decide atacar al Imperio Otomano con el fin de alejarlo de Alemania ya que los otomanos eran su principal aliado en la guerra. Por lo tanto, tras cruzar los Dardanelos, única ruta de acceso a Constantinopla, ve troncado el paso por la línea de defensa de los turcos, los cuales causan la muerte de 150 mil soldados británicos y 100 mil aliados, siendo así, para gran Bretaña, una de las derrotas más recordadas de su historia.

A partir de la derrota tras el asalto a Gallipoli al cruzar los Dardanelos, el gobierno británico culpa a Churchill como principal causante de este desastre, por lo cual el primer lord del almirantazgo es obligado a dimitir. De esta forma, Winston consideró que su carrera como político había acabado, recordándole la derrota de su padre, Lord Randolph Churchill, quien siendo ministro de hacienda dimitió tras las crecientes críticas al manejo de sus obligaciones y a su oposición frente al gobierno de ese entonces, acabando así con su carrera y viéndose marginado conforme al tema político.

Pero, para Winston Churchill la suerte no correría de la misma manera, sus sueños de un glorioso gobierno político todavía no habían culminado. Al cabo de unos años, en 1938, Churchill, a la edad de 60 años guardando su último aliento para recuperar su puesto en el parlamento, advirtió respecto al ascendente poder de Adolf Hitler, Führer de Alemania y líder del partido nazi, pero aun así no fue escuchado. Sin embargo, el primer ministro de Gran Bretaña, en ese entonces Neville Chamberlain, se reúne con Hitler en la conferencia de Múnich, en la cual pacta con Hitler la paz para el Imperio Británico a cambio de una extensión de terreno de Checoslovaquia. Por el contrario, en 1939, en los albores de la Segunda Guerra Mundial, Hitler invade Polonia rompiendo con el acuerdo, demostrando así que Winston Churchill tenía la razón. Chamberlain, tras ver que la opinión pública pedía el regreso de Churchill, lo incorpora a su gobierno para que sea por segunda vez, primer lord del almirantazgo.

Tras el ataque de la armada dirigida por Churchill en el Atlántico Sur, desafiando al supuestamente invencible acorazado Graf Spee, el primer lord del almirantazgo, por medio de tres buques británicos logra hundir la flota nazi, consiguiendo borrar el recuerdo de su derrota en Gallipoli, logrando de esta manera revertir su situación, aprendiendo de aquellos errores que en su momento le costaron su puesto en el gabinete y la vida de miles de soldados, y de esta manera, hallar una moraleja que plasmaría en una de sus obras más destacadas, titulada The Second World War, libro por el cual ganaría el premio nobel de literatura el 15 de octubre de 1953 y en sus primeras páginas escribiría: “En la derrota, Altivez. En la guerra, resolución. En la victoria, magnanimidad. En la paz, buena voluntad.” (Churchill, 1953, p. 21).

Por otra parte, uno de los puntos más excelsos respecto a lo que pensaba Churchill, conforme a los errores que cometió en sus inicios de carrera política, fue dicho por él mismo tras ser nombrado primer ministro de Gran Bretaña, luego de que el 8 de abril de 1940 las tropas alemanas invadieran Noruega, motivo por el cual Neville Chamberlain dimitió como primer ministro y tras el pedido del rey Jorge VI de recomendarle a alguien apropiado para comandar al imperio Británico en la guerra, propone en primer lugar a Winston Churchill quien exclamaría tras dicho acontecimiento: “Tenía la sensación de estar caminando con el destino. Toda mi vida pasada había sido una preparación para estas horas y esta prueba” (Churchill, 1940).

En conjunto, “El bulldog británico”, consiguió convertirse en un político respetable y formidable ante la adversidad, aprendiendo de sus errores y transmitiendo confianza a partir de sus discursos esperanzadores que guardaban su naturaleza paternal, mediante la cual le brindaba convicción a una gran Bretaña que carecía de un gabinete capaz de afrontar los verdaderos horrores de la guerra. Incluso, en uno de sus primeros discursos como primer ministro en mayo de 1940, Winston, se dirigió al pueblo ingles mediante unas palabras tranquilizadoras, ilusionantes y que llenaban de vigor a un país que necesitaba una dirección firme en este conflicto bélico, expresando lo siguiente:

Defenderemos nuestra isla y al Imperio Británico. Seguiremos luchando, invencibles, hasta que la maldición de Hitler sea erradicada. Estamos seguros de que al final todo saldrá bien (Churchill, 1940).

Este, como uno de los miles de pronunciamientos que el primer ministro haría a lo largo de su carrera nos demuestra esa paternidad de la cual fue tan característico y de la seguridad que transmitía, logrando incluso que los militares británicos saltaran a las batallas con la fe de que triunfarían y con el espíritu de un inglés con ánimos de victoria y honor, combatirían por su nación, un Imperio Británico devastado que guardaba la honra y la clase de la que había gozado en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial.

2. El guía de un imperio, la “guerra innecesaria”

Me dijo un día el presidente Roosevelt que estaba pidiendo públicamente sugestiones respecto a cómo debía denominarse la guerra. Yo repuse sin vacilar: “La Guerra Innecesaria”. Jamás ha habido guerra más fácil de impedir que ésta que ha hecho naufragar lo que del mundo quedaba a flote después del conflicto anterior. (Churchill, 1953, p. 17).

Esta frase, que se incluye como prefacio al inicio del tomo —de guerra en guerra— del libro mencionado con anterioridad, The Second World War, nos muestra el pensamiento de Churchill hacia la gran guerra. Una guerra que se pudo evitar, pero, aun así, como una equivocación de la humanidad, ocurrió.

Frente a dicha “guerra innecesaria”, Gran Bretaña necesitaba de un líder ya que la monarquía en este caso el rey del Imperio Británico, Jorge VI, solo tenía la facultad de ser la representación de un sentimiento imperialista que con el pasar de los años, el pueblo ingles había ido perdiendo. De esta forma, el rey necesitaba una persona que le fuera confiable; progresista, pero del mismo modo conservadora; que en pocas palabras devolviera a Gran Bretaña a su resplandor. Por estos motivos, podemos afirmar que Neville Chamberlain, primer ministro del momento, no fracaso en su recomendación y halló en Winston Churchill a un líder innato; un padre para Inglaterra como se expuso en el anterior argumento, un “caudillo para las tropas de su majestad el rey”; un ser humano quien, a pesar de sus errores y defectos; lograba salir triunfante y llenar de regocijo a un pueblo que necesitaba ser guiado para poder enfrentarse a un segundo conflicto bélico de cuan colosal magnitud.

Por lo tanto, Winston Churchill se convirtió en el guía de Gran Bretaña, afirmación que tiene sustento en las victorias que se obtuvieron durante la guerra, incluso desde el atentado que el país sufrió a manos de los bombardeos de Hitler, el primer gobernante que salió a las calles tras los desastres que habían ocurrido fue el recién nombrado primer ministro Winston Churchill, que ahora, transmitía vigor a 50 millones de ingleses que tenían toda su energía para utilizarla en la guerra luego de que Winston les dijera: “solo con el mayor esfuerzo mantendremos vivas nuestras almas”. Tras los anteriores acontecimientos, el primer ministro británico, viaja por el atlántico para reunirse con el presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, al cual acude con la necesidad de que dicho país se integre a la guerra y de esta forma, Hitler sea derrotado. Acto seguido, el 14 de agosto de 1941 en la costa de Terranova, se reúnen los dos líderes políticos los cuales dialogan durante 4 días redactando la Carta Atlántica, documento cuyo propósito era hacerle frente al poder de Adolf Hitler, por el cual Winston ya no combatiría solo, ahora tendría de ayuda a Roosevelt y de esta forma, “el bulldog británico” comenzaría a guiar a su nación a la victoria de la Segunda Guerra Mundial.

Durante los meses venideros tras la reunión en la costa de Terranova, transcurren acontecimientos importantes, ataques como el de Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, y la declaración de guerra de Estados Unidos por dicho acontecimiento. Ahora Gran Bretaña gracias a su primer ministro, tenían un aliado fuerte, que incluso al mandarles suministros como alimentos, municiones y materiales, la armada norteamericana se presentaba como primer acto en la guerra con un ataque a los submarinos nazis que rodeaban las costas del atlántico, de esta forma, cada envío naval de parte de Estados Unidos hacia Inglaterra llegaba asegurado gracias a un invento que los ayudaría en la guerra anti-submarinos, el radar.

Inglaterra de esta forma fue solventando los desastres ocurridos durante los albores de la guerra, recuperando su economía, su infraestructura y el potencial de sus fuerzas armadas. No obstante, el ejército británico en África, zona de influencia del Imperio Británico, se veía superado por los combatientes nazis, lo que causó muchas críticas en el parlamento británico hacia el primer ministro, el cual en un discurso celebre demostró porque debía seguir siendo el guía de Gran Bretaña diciendo de una manera sincera: “Nunca he prometido nada más que sangre, lágrimas trabajo y sudor”. Por tal motivo, el pueblo ingles volvió a reiterar su apoyo al primer ministro quien, durante la guerra, solo había traído victorias y apoyo para que Gran Bretaña pudiera combatir y de igual forma recuperarse.

Ahora, Churchill, busca un segundo aliado, con el fin de formar una especie de mancomunidad de naciones, unidas para combatir en la guerra y de una manera más implícita guiar directamente a Inglaterra a la victoria. Acto seguido, el 12 de agosto de 1942 en Moscú, Churchill se reúne con Joseph Stalin, presidente ruso, líder de una nación que siempre había sido enemiga de Gran Bretaña, por lo cual dicha reunión estuvo marcada por antipatía y antagonismo, en el que cada líder político criticaba al país adversario, pero finalmente los dos líderes llegan a un acuerdo que traería una gran cuantía de victorias para Gran Bretaña luego de que Winston Churchill encargara al general, Bernard Law Montgomery, para que combatiera en la batalla del El-Alamein, contra las tropas nazis del general Erwin Rommel, en Egipto, batalla en la que se iniciaría la racha de victorias de Gran Bretaña y por la cual se cumpliría la promesa que Winston le había prometido a Stalin, la cual constituía en una ofensiva en África para liberar cargas al frente Ruso a cambio de su apoyo.

En definitiva, tras el apoyo de la Unión Soviética y Estados Unidos; Churchill se había convertido en un verdadero guía, que junto a estos dos países aliados al cabo de unos meses conseguirían recuperar Francia, volver a las costas de Normandía de manera victoriosa y no huyendo como le había sucedido al ejercito aliado cuatro años atrás, logrando al mismo tiempo que el Imperio Británico pasara de estar en estado de sitio tras los bombardeos nazis, a ser la base del mayor ejército en la historia de la humanidad. Elementos fácticos que como consecuencia darían que el 8 de mayo de 1945 Hitler fuera derrotado y la paz volviera a todos los países de Europa. Por lo tanto, nadie podría olvidar que Churchill comenzó combatiendo solo, sin apoyo y con muchas dudas frente a su gobierno, y ahora junto a dos países consiguió la victoria, y le devolvió a la grandeza al pueblo británico. Hechos que propugnan la idea de que Winston Churchill fue un verdadero líder, un grandioso estratega y, sobre todo, al interés de este juicio, un guía que saco de las ruinas a Gran Bretaña y la llevo de nuevo a su resplandor.

3. El después de la guerra: Winston y la Gran Niebla de 1952.

Culminada la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill había perdido las elecciones para su reelección como primer ministro, pero luego de seis años, en 1951 tras el mandato de Clement Attlee, Churchill volvía a ser primer ministro del Imperio Británico. Ahora con la coronación de un nuevo soberano de la casa Windsor, la reina Isabel II, tras la muerte de su padre Jorge VI el 6 de febrero de 1952, Churchill se enfrenta a nuevos problemas en su gabinete y en Gran Bretaña, diferentes crisis en las que fue de vital importancia la intervención de Winston Churchill para la solución de las mismas. Un ejemplo de las crisis más importantes durante este segundo gobierno fue la Gran Niebla de 1952 que azotó Londres durante 4 días.

La Gran Niebla, comenzó el 6 de diciembre de 1952 y fue causada por el uso excesivo de la quema de carbón de mala calidad del cual los ingleses hicieron uso debido a las bajas temperaturas que transcurrían por aquel diciembre de dicho año.  Londres nunca había sufrido de manera tan drástica un invierno tan frio, lo que obligaba al pueblo ingles a encender chimeneas para aumentar las temperaturas.

Dicha Niebla causó un total de doce mil muertos durante los días que transcurrió y también en los meses siguientes. Sin embargo, en la cámara de los comunes, se empezaba a confabular la idea de hacer que Churchill dimitiera por motivos de “edad”, tema que llego incluso a la reina Isabel II, la cual tras la Gran Niebla llamó al primer ministro Winston Churchill para hacerlo tomar la decisión de dimitir, pero finalmente no lo hizo, ya que dadas las casualidades el mismo día que Churchill se dirigía al palacio de Buckingham la niebla paró, y para entonces Churchill se había ganado el corazón de los ingleses por segunda vez ya que durante la crisis visitó los hospitales para presenciar la catástrofe y de igual forma por medio de un discurso a los periódicos señaló:

Solo Dios puede levantar la niebla, pero yo el primer ministro, estoy a favor de reducir el sufrimiento es por eso que me comprometo a poner a disposición inmediata más dinero para el personal de los hospitales, más dinero para equipo y una investigación pública, completa e independiente para saber la causa de la contaminación, para que esta calamidad nunca más nos vuelva a suceder. (Churchill, 1952)

Al día siguiente el periódico, News Chronicle, se titulaba, “Churchill un verdadero líder en la crisis”, siendo el único gobernante y miembro del gabinete que visitó los hospitales y contribuyó en la solución del problema, de esta forma los planes para que el “bulldog británico” dimitiera, había fracasado y la reina Isabel II cambiaría de decisión, y de igual manera, Churchill había solucionado una crisis más, que de manera natural se terminaría el 9 de diciembre de 1952 ,y aunque Winston no tenía la potestad para acabar con la niebla, hizo todo lo que tuvo a su disposición para contribuir en que el pueblo ingles no sufriera más muertes de las ya causadas.

Conclusión

Recogiendo lo más importante de esta producción argumentativa, en la cual se expusieron diferentes aspectos que sacaron a relucir el político que Sir Winston Churchill representaba, se puede afirmar que “el bulldog británico” tenía ciertos valores tales como la transparencia, el liderazgo, la trascendencia, el vigor y la  voluntad; valores que nos permiten afirmar que Sir Winston Churchill constituyó el modelo de un político correcto y en adición a su carrera política, también constituye el modelo de un personaje ejemplar que a pesar de sus errores trascendió con ellos y aprendió de los mismos al punto de convertirse en un padre para el imperio Británico; supo guiar a una nación durante una época de guerra conforme a los valores de fuerza, inteligencia y esperanza; y finalmente, de cada problema y dificultad que transcurría durante su mandato como primer ministro, encontraba una solución y prestaba su disposición, su actitud y su voluntad para concluir con las crisis que se presentaran. En adición Churchill no solamente fue el modelo de un político correcto, pues de igual forma mostró que era una persona noble, con espíritu de vencedor, que no tenía el más mínimo interés de poder y por el contrario asumía su ministerio como un honor que no cualquier persona tiene, pero que tras dicha responsabilidad significaba un compromiso arduo, frente a su pueblo el cual tenía “corazón de león y el simplemente tenía la labor de rugir” con el espíritu de todo un país y una nación, Gran Bretaña.

Lista de Referencias:

  • Churchill, W (1953). The Second World War [La Segúnda Guerra Mundial]. Gran Bretaña.
  • Churchill, W (1953). The Second World War: Of war to war [La Segúnda Guerra Mundial tomo: De guerra a guerra]. Gran Bretaña.
  • Morgan, P (Director) (2016). The Crown. Latinoamérica: Netflix.
  • Loncraine, R (Director) (2002). Gathering Storm [Amenaza de Tormenta] Estados Unidos: Coproducción USA-GB; HBO Films / BBC Films / Scott Free Productions.
  • Maurois, A (2007). Historia de Inglaterra. Editorial Ariel.
  • Churchill, W (1930). My youth [Mi juventud] Gran Bretaña.
  • Toscano, M (1972), en La Segunda Guerra Mundial. Barcelona
  • Wykes, A (1973) Hitler. Madrid
  • History Channel (2010). Winston Churchill [artículo- biografía]. Recuperado de https://co.tuhistory.com/biografias/winston-churchill
  • Solé, J (1938). El Pacto de Múnich [artículo]. Recuperado de https://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/29142/3/THIV~N46~P62-75.pdf

 

Para saber más acerca de la batalla del El-Alamein diríjase a: La Batalla del Alamein (sf) Biblioteca digital sala de historia. (p.p 85-90) Recuperado de: http://www.saladehistoria.com/Biblioteca_Digital/pdf/HH409.pdf

Para saber más acerca de la batalla de la Gran Niebla diríjase a: Martin, M (sf) La gran niebla de Londres en 1952. Historia General. Recuperado de: https://historiageneral.com/2012/06/04/la-gran-niebla-de-londres-en-1952/

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