Vivo en Medellín y regularmente, los fines de semana, por lo general, o entre semana si me toca viajar, subo a Rionegro, específicamente a comer empanadas y postres en San Antonio de Pereira, que por si no lo saben es un barrio de este municipio del oriente antioqueño y no una ciudad aparte como creen algunos.
El plan es agradable. Arranca uno temprano y si el clima lo permite, disfruta rápidamente de bellos paisajes, lugares en la vía para parar a tomar café y la cordialidad de la gente (esto último una constante en todo Antioquia). Al llegar a Llanogrande se siente la majestuosidad, la belleza de un verde que aun se mantiene y un frío de esos que uno soporta feliz y que es la excusa perfecta para tomarse un aguardiente, no importa que sean las 10 de la mañana.
Hace muchos años que este plan está entre mis favoritos y hoy escribo estas palabras porque hace poco que subí, después de casi seis meses sin hacerlo. Quedé gratamente sorprendido con muchas cosas que encontré en el que sin duda es el municipio más importante del oriente y el jalonador del desarrollo de una subregión que crece a un ritmo acelerado.
Lo primero que quiero decir es que vías que por años estuvieron es un estado lamentable y que son la puerta de entrada al municipio ya están pavimentadas, pero además les están haciendo andenes y ciclorrutas. Específicamente, me refiero a la que se conoce como la vía de las torres (cuando se transita por allí se puede ver a muy corta distancia los aviones que están a punto de aterrizar). De resaltar que la alcaldía piense no solo en mejorar vías, sino en habilitar espacios para peatones y ciclistas. Aunque eso debería haber pasado hace 20 años, debo decir que demuestra visión el alcalde al preocuparse por el tema.
Lo segundo que quiero resaltar, porque las cosas buenas en este país también hay que contarlas, es que me sorprendieron los gimnasios al aire libre. Tengo amigos en Rionegro y mi último paso por allí no se lo dediqué solo a la gastronomía, la verdad iba a una fiesta y aproveché para caminar un poco. Es así como me encontré con un moderno equipo para hacer ejercicio en el barrio Gualanday. Maquinas que no tienen que envidiarle nada a las que hay en los centros de entrenamientos que te cobran un montón de plata por sacarte los cuadritos en el abdomen y lo mejor de todo, en cada una de ella está la rutina que la gente puede seguir y con las repeticiones recomendadas. No sé si me deje sorprender muy fácil, sé que de estos gimnasios en Medellín hay por montones, pero la verdad no esperaba encontrarlos en Rionegro.
Si nos vamos al pasado y hacemos un rastreo de lo que era Rionegro hace una década y lo que es hoy, el cambio es abismal. Rionegro era sinónimo de corrupción y de construcción desmedida sin planeación. No los voy a sesgar con los resultados de mis búsquedas, cualquiera puede meterse a Google y encontrar por si mismo lo que aquí expreso. Sin embargo, y como a los municipios, departamentos e incluso al país se les debe medir cada cuatro años, cuando nos vamos a mirar el 2016 y lo corrido de 2017, se nota que en Rionegro están pasando cosas buenas.
Enumeraré sin profundizar en las que más me llamaron la atención, nuevamente cada uno de ustedes podrá buscar y leer más en detalle lo que le interese.
Rionegro es la primera y única ciudad no capital de Colombia que ingresó al programa de ciudades sostenibles del Banco Interamericano de Desarrollo. ¡Por algo será!
Entregan 22 mil raciones de alimentos diarios a los estudiantes, antes solo eran 6 mil, ¿por qué tan poquitas? Es claro que sí se podía aumentar la cobertura.
Le compraron a las personas mayores más vulnerables una pensión vitalicia. ¡Esto sí que me ha sorprendido! No conocía esta posibilidad y sin duda es cuestión de voluntad del gobernante pensar en los más necesitados y sobre todo en la tercera edad que nunca trabajó y que no aspiraba a recibir una pensión. ¡Bien por esa!
Y aunque me generó un poco de risa al verlo, cuando leí lo que puede ser y cómo transformará la movilidad, el tren ligero que van a construir me parece una idea genial (aclaro que la risa es porque me acuerdo del capítulo de Los Simpsons en el que llega el metro a Springfield y resulta siendo un desastre). Hay que ser arriesgado y tener valentía para embarcarse en un proyecto como este en Colombia y más cuando en Bogotá llevan medio siglo pensando en hacer el metro. Rionegro no tendrá metro, pero si todo les sale como lo están planeando, tendrá un sistema de transporte masivo amigable con el medio ambiente, con capacidad para movilizar cerca de 30 mil personas cada hora y en cada sentido, con trenes automatizados y lo mejor, primero que la capital del país.
Y hay mucho más, pero ya está muy largo este texto y quiero evitar la fatiga de los que van a empezar a decir que si me están pagando en Rionegro por escribir (ojalá).
No puedo negar que me sorprendió mucho mi última visita a Rionegro y por eso me animé a escribir esto. Me sorprende la cantidad de noticias positivas que generan en los medios de comunicación (no en los nacionales, por supuesto, a los que solo les importa lo negativo) y la percepción tan positiva, difícil de encontrar después de casi dos años de gobierno, que tienen allá de su alcalde, el joven Andrés Julián.
Sin duda el plan de ir a comer empanadas y postres a San Antonio seguirá en mi lista y mucho más ahora que encontraré un municipio mejor y más opciones para divertirme, ya que hace poco entregaron el parque principal y por las fotos y videos que he visto, la verdad es que les quedó muy bonito.
