Chicas, hay que ser rigurosas, sobre todo si quieren derrotar el patriarcado esa institución moribunda, ese burro podrido. No pueden caer en los facilismos histéricos de Catalina Ruiz-Navarro, quien evidenció en su última columna contra Gabo que de literatura no tiene ni idea. Es alarmante, no solo en ella sino en tantos otros activistas que por andar enarbolando su causa no tienen tiempo para leerse una buena novela con juicio y, sobre todo, sin caer en el facilismo de encontrar enemigos en las sombras y debajo de las matas.
No es la primera vez que el narcisismo descarnado de Catalina le juega malas pasadas. Se está convirtiendo peligrosamente en una figurita de redes sociales y por eso vive extralimitándose. Dicen que no ve fútbol porque le parece que es un juego de imbéciles como Messi que no sabe otra cosa más que pegarle a la pelota. Se cree muy culta porque no ve series y porque todo el tiempo le dedica a la reivindicación de la mujer…su única causa.
Ay por favor, Catalina, las cosas por su nombre. Acá uno le cree más a Florence Thomas o a Carolina Sanín en temas de género no solo porque son apasionadas sino porque estudiaron, leen, son cultas y saben escribir. La Sanín nunca ha puesto en entredicho el talento de Gabo, quien nunca fue un mantenido de su esposa y que, además, tiene como protagonista a una mujer en la novela cumbre del boom latinoamericano: Ursula Iguarán. Como paréntesis, Catalina ahora tiene otro proyecto que se llama Amazona T.V, un programa por internet mal hecho y hasta belicoso que promueve una absurda guerra entre géneros.
Catalina, las mujeres en Colombia esperamos otro tipo de apoyos. Si tu voz no va a sumar a la causa lo mejor es que te apartes y nos dejes trabajar tranquilas por un mejor país. Ponte a leer, a ver películas, aléjate de esas acusaciones tan feas que te hacen de que plagias tesis. Te restan credibilidad. Sobre todo bájate del pedestal donde tú misma te subiste sin que nadie te llamara. No necesitamos tus torpes declaraciones, no te queremos. Sabemos que en el fondo lo único que buscas es figurar, ver reflejado tu rostro en el lago de las redes sociales como una narcisa digital. Tus columnas ni tus defensas a nosotras no nos hacen falta. Gabo, incluso, fue más feminista que tú.
