Pocos meses pasaron para que nuevamente el senador y expresidente Álvaro Uribe Vélez volviera a utilizar su cuenta de Twitter para calumniar. Esta vez su víctima fue Mauricio Archila Neira, reconocido profesor de la Universidad Nacional. Uribe, fiel a su estilo, se refirió al profesor como “apologista del terrorismo”.
Quienes conocen al profesor Archila saben que es un académico de un altísimo rigor. Estudió Historia en la Universidad Javeriana, hizo una maestría en la misma universidad en Economía y realizó un doctorado en Historia en la Universidad de Stony Brook en Nueva York. Su libro más importante se titula Idas y Venidas, Vueltas y Revueltas, donde hace un análisis minucioso de las protestas sociales en Colombia entre 1958 y 1990. Ha sido profesor del departamento de Historia de la Universidad Nacional por más de 30 años y ha sido director de la revista más importante de la disciplina histórica en Colombia: el Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura.
Quienes conocen al profesor, además de su calidad humana, me han comentado que es altamente riguroso en su trabajo. Solo para dar un ejemplo, me contó una persona que cursó una materia de posgrado con él, que Archila revisaba línea por línea cada una de las reseñas semanales de sus estudiantes y les escribía comentarios. Quienes han estudiado una ciencia social saben que muchas veces los profesores no se toman en serio la lectura minuciosa de los trabajos de sus estudiantes, cosa que este profesor sí hace. Además, ha dirigido y ha sido jurado de decenas o de tesis de grado tanto en maestría como en doctorado y ha sido organizador y coorganizador de muchos eventos de carácter científico. Por último, vale agregar que es puntual (sí puntual, algo difícil de encontrar en la Universidad Nacional). Ni en el aspecto académico, ni el aspecto ético, hay algo que reprocharle a Mauricio.
Pero Archila es apenas una víctima más del rey de la calumnia. Sus injurias le han caído también al nobel de paz Adolfo Pérez Esquivel, a quien Uribe tildó como difamador y servidor del terrorismo colombiano. A Canal Capital lo tildó como aliado del terrorismo cuando estaba Hollman Morris como director, afirmación por la cual tuvo que retractarse meses más adelante. A Daniel Coronell le dijo “periodista mafioso” y no ha pasado mucho tiempo desde aquel bochornoso trino donde calificó a Daniel Samper como “violador de niños”, por lo cual también fue obligado a retractarse (y lo hizo a su manera, lanzando dardos).
Es hora de que la justicia contemple sanciones más severas contra este sistemático uso de la calumnia por parte del expresidente, pues si obligándolo a retractarse en repetidas ocasiones no aprende, lo más justo es que se tomen medidas de otro nivel. Además, sabiendo de la popularidad que tiene, puede terminar promoviendo la violencia contra quienes caen en sus trinos, cosa que ya advirtió alguna vez la Corte Suprema de Justicia. Incluso considero que la red social Twitter, por lo peligroso que puede ser Uribe con sus trinos, debería contemplar algún tipo de sanción, así sea una suspensión temporal de su cuenta por la incitación al odio y la violencia.
Por lo pronto el trino de Uribe contra Mauricio Archila, quien en definitiva no fue elegido para la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, ha sido categóricamente rechazado por diferentes instituciones, organizaciones y asociaciones que tienen que ver con el quehacer de la disciplina histórica nacional e internacional. Asimismo, profesores y estudiantes de diferentes universidades han expresado su inconformismo con el expresidente y han respaldado al profesor. Nuestra tarea como ciudadanos sería tomarnos el trabajo de leer al menos una obra de Mauricio Archila Neira y con argumentos en mano debatir de manera civilizada si estamos de acuerdo o no con sus análisis y conclusiones y así poder elevar un poco el nivel de debate y, sobre todo, de respeto.
