Los chimpancés capuchino, también llamados del Nuevo Mundo, viven en el centro y sur del continente americano; en la selva forman tropas numerosas que cooperan pero también compiten entre sí. Cuando uno de ellos detecta un alimento valioso, emite una falsa llamada de alarma para que los compañeros crean que un águila o una serpiente se acerca y salgan disparados en dirección contraria (Herreros, 2014). De esta manera, pueden comerse a solas los moluscos y crustáceos que encuentran. Lastimosamente, estas actitudes no quedan reducidas a esta especie, sino se extienden por todos los homínidos, especialmente, el ser humano. Owen Jones, define al “Establishment”, como la red poderosa e inconmensurable de gente que maneja cantidades masivas de poder, sacando beneficio en el proceso, y se esconde detrás de nuestro sistema democrático.
Una de las primeras veces que se acuñó el término “Establishment” en mi país fue para designar al grupo de personas que en el 2002 habían paralizado la investigación sobre la masacre paramilitar de Chengue (Sucre). Esta manipulación de la rama judicial nos ayuda a introducir a un sector de la clase dominante, que analizado a profundidad, presenta una historia de poder; uno ilegal, caracterizado por el narcotráfico, la usurpación de tierras y propiedades, la extorsión, corrupción e intimidación, tráfico de armas, entre las principales. Y un poder amparado legalmente luego de la desmovilización y reinserción de los individuos a través de la ley de Justicia y Paz, que sería aquel derivado de sus liderazgos e influencias en las comunidades gracias a los logros alcanzados en tareas de sustitución del Estado por la ausencia o indolencia de éste en el cumplimiento de sus deberes públicos (Ramírez, 2006). A pesar de que en la actualidad, los grupos paramilitares, ahora “grupos posdesmovilización paramilitar” han perdido su carácter social y son llevados por simples intereses criminales; en su origen, fueron un instrumento para mantener el status quo social, combatiendo a grupos políticos de izquierda tanto legales como ilegales, con el objetivo de impedir cualquier cambio sociopolítico en Colombia. La participación en estos grupos de acaudalados campesinos, colonos, hacendados e industriales los caracteriza como el producto de alianzas entre las élites y oligarquías económicas que actuando como si fuesen el Estado, tomaron la acción armada por sus riendas y determinaciones, incluso cometiendo actos atroces contra la población civil.
El paramilitarismo es la expresión de que tan lejos puede llegar el “Establishment” a obrar para proteger sus intereses, y esto no por la lucha contra los grupos guerrilleros de izquierda, sino por poner sus intereses de acumulación de capital por encima de la vida de personas inocentes. Como el poder en mi país es popularmente entendido como el poder político, no era suficiente la vinculación de estos grupos con dirigentes políticos y funcionarios del Estado, que ayudo a que algunos de estos alcanzaran cargos en alcaldías, consejos, asambleas e incluso el Congreso de la República, sino que como concesión, estos políticos, desde sus cargos, desviaron dineros para que los peces gordos armados ilegales se alimentaran y realizaran sus “funciones vitales”. Pero estas actividades ya son conocidas por la mayoría de los colombianos y se encuentran al margen de la legalidad, y en este momento, no son una parte representativa del “Establishment colombiano”, el cual, escondido bajo la cómoda sombra que le otorga el dinero, sigue dominando las facetas empresarial, cultural, política y mediática, y siendo el principal impedimento para la democracia.
Luis Carlos Sarmiento Angulo, el hombre más rico de Colombia —dueño del Grupo Aval, Corficolombiana, El Tiempo, Hoteles Estelar de Perú, Panamá y Colombia, el C.C. Centro Mayor, Porvenir, entre otras— a pesar de llenar su propio periódico con titulares sobre sus donaciones filantrópicas y los éxitos de su conglomerado empresarial, no puede escapar de las graves denuncias sobre el despojo de tierras a campesinos beneficiarios de procesos de reforma agraria y la malversación de recursos públicos estatales mediante subsidios y gabelas a sus empresas. En el 2013, con pruebas en la mano, el congresista Wilson Arias, denunció a Sarmiento Angulo por acaparar 13.000 hectáreas de la Unidad Agrícola Familiar en el Valle del Cauca por medio de sus empresas Pajonales S.A.S y Corficolombiana y por postularse a los créditos subsidiados por el Estado Colombiano por valor de 35.600 millones de pesos a través Finagro para darle un empujoncito a sus empresas, cuando por naturaleza están destinados a campesinos y pequeños empresarios del campo.
Coincidencialmente, gran número de políticos parece trabajar por los intereses de Sarmiento Angulo, como lo es el exministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, quien se quejaba por las irregularidades de baldíos en Antioquia pero nunca dijo nada respecto de los acaparadores de la altillanura como el banquero. Otro de los funcionarios que no está dispuesto a hacer rendir responsabilidades a Sarmiento Angulo es el alfil con el que cuenta en la rama judicial, Néstor Humberto Martínez. Este hombre, con historia de ser el abogado de cabecera de Sarmiento Angulo, fue designado Fiscal General de la Nación cuando en algunos países latinoamericanos, como Brasil, ya se había destapado el escándalo de la corrupción de Odebrecht, empresa de la cual Sarmiento Angulo era socio minoritario por el 33% en la Ruta del Sol 2, carretera sobre la que, la multinacional brasilera pago sobornos para asegurarse del contrato de construcción de esta obra pública. Resulta inocuo considerar que Odebrecht pagó los sobornos para repartir la concesión y utilidades con sus socios, y aunque esto fuere así, la asociación de Sarmiento con Odebrecht mediante Episol desde la licitación advierte un conocimiento previo de sus socios, frente al cual Sarmiento Angulo no tuvo que preocuparse, puesto que Néstor Humberto Martínez en vez de declararse impedido para actuar como Fiscal frente estas corruptelas, en razón de sus conocidos vínculos de negocios con el banquero, utilizó esto como una herramienta para protegerlo.
Como si lo anterior no fuera suficiente, la conjunción de la cúpula política con Sarmiento Angulo llega a instancias como el Ministerio de Hacienda y la Presidencia de la República. El encanto que le confieren a este hombre de 84 años sus 13.400 millones de dólares, lo convirtieron en uno de los protagonistas de las Asociaciones Público Privadas (APP) que se encargan de la construcción de las vías de cuarta generación (4G). Lo preocupante de esta alianza entre el gobierno y las empresas constructoras de Angulo, en las que se supone que la Nación no pondría ni un centavo porque los gastos para la construcción de las 4G se saldarían con el usufructo de los peajes de las vías durante los primeros veinte años, es que el Decreto 1385 de 2015, le confiere la potestad a Angulo de hacerse autopréstamos con los dineros de las pensiones de los colombianos, que se encuentran en su empresa Porvenir, para financiar los gastos de estas carreteras. Así, no solamente se garantiza que Angulo tuviese el monopolio sobre las construcciones de las carreteras 4G, sino que, al arriesgarse en este tipo de operaciones, los políticos que no pueden encontrar mejores maneras para la financiación y realización de estas carreteras seguirán debiéndole favores a Sarmiento Angulo, que completaran con su poder político.
Uno de los poderes más preocupantes que reside en las manos del ingeniero Sarmiento es el de tener de tener dentro de su catálogo de compañías a la Casa Editorial El Tiempo, propietaria del periódico de mayor circulación nacional. Los medios de comunicación desempeñan un papel muy importante dentro del mantenimiento del statu quo, debido a que sus propietarios, brindan una cobertura distorsionada de la realidad, que desvía la atención de la casta en la que se encuentran los ricos y poderosos. Según Juan Gonzalo Betancur, periodista y magíster en Estudios Humanísticos de la Universidad EAFIT, los periódicos existen por el deseo de la gente de comunicarse, de informar e informarse. La propiedad de los medios en las manos de la persona más rica de Colombiagarantiza que este marque la pauta en sus periódicos, y que estos, se entreguen a las políticas e ideas de la élite, porque serán usados como máquinas de popularización de estas frente al gran público. Benedict Brogan compara a los periódicos con los trenes de juguete de sus propietarios, planteando que sería una completa locura decir que el propietario del tren de juguete no tiene poder sobre el tren de juguete. Lo anterior, nos lleva a reflexionar el verdadero estado de nuestra democracia, puesto que la libertad de prensa es un elemento crucial de esta, y en Colombia, el 57% de los medios de comunicación pertenecen a tres grupos empresariales, sin excluir el hecho de que, también son los de mayor circulación, espectadores, y oyentes en el país.
Durante el último mes, ha tomado popularidad el paro de pilotos de Avianca que pertenecen a la ACDAC. Una de las demandas de los pilotos consiste en que no se les obligue a estar disponibles para volar las 24 horas todos los días, puesto que esto no les permite descansar. La anterior medida es tomada por la multinacional debido a las irregularidades que presentan sus vuelos (desviaciones, cancelaciones y retrasos) que llevan a cabo por razones como mantenimientos simultáneos a los vuelos, fallas técnicas, falta de personal, sobreventa o bajo número de pasajeros, condiciones para las cuales, sus pilotos deben estar dispuestos. Cabe resaltar que las anteriores irregularidades son maquilladas con el carácter el clima u otras razones geográficas frente a los pasajeros. Sin embargo, Avianca ha conseguido que se declare la ilegalidad de la huelga, argumentando las razones de ofrecimiento de un servicio público esencial y el hecho de que el paro no fue votado por todos los pilotos. Pero ¿cómo podría luchar este sindicato contra la fuerza del dinero de Avianca? Si no fuese por el monopolio artificial privilegiado por el Estado del que goza la aerolínea, la interrupción temporal de sus actividades no generaría un peligro inmediato para la vida, la seguridad o la salud de la población colombiana, puesto que existirían otras empresas que podrían satisfacer aquellas necesidades de transporte aéreo, de tal manera que una prohibición de la huelga sería inviable. Medidas en detrimento de la libertad sindical, como son los pactos colectivos legalizados en la ley 50 de 1990, por ponencia del senador Álvaro Uribe, los cuales les ofrecen prebendas sociales y salariales a los pilotos a cambio de no afiliarse al sindicato, han logrado que algunos se retiren de este, actuando como métodos reales de presión sobre el sindicato e imposibilitando una determinación de la legalidad de la huelga.
El monopolio que ha consolidado Avianca en los diferentes destinos y su afán lucrativo ha llevado a someter bajo injustas condiciones de trabajo a su personal, mientras los funcionarios públicos participan como escuderos de la multinacional, favoreciéndola en sus decisiones, legitimándola en su actuar y dejando que esta decida sobre el futuro aéreo del país. Una vez más, el “Establishment” usa una de sus herramientas predominantes: la manipulación mediática, por medio de la cual, se le ha hecho propaganda a Germán Efromovich, el pérfido socio mayoritario de Avianca, y se ha intentado dañar la imagen de más de 700 pilotos que buscan mejores condiciones laborales.
El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, nos ayuda a entender como incluso el populismo, que buscaba la participación universal de la gente del común en contra de las oligarquías económicas y los grupos de interés privilegiados, ha mutado en neopopulismo, para convertirse en un instrumento de legitimación del “Establishment”. Algunas cosas no se pueden negar sobre Uribe Vélez; su liderazgo carismático y autoritario, y su manejo de un discurso sencillo, directo, maniqueo y moralista; para él, que no permite la disidencia ni la crítica, solo hay dos bandos: “Los patriotas que apoyan la Seguridad Democrática y los comunistas disfrazados que quieren entregar la patria a las FARC” (Fierro, 2014). Su relación directa con el pueblo, para el cual es el norte de la opinión y la decisión, llegó hasta a hacerlo acreedor del premio “El Gran Colombiano” otorgado por History Channel, superando en las votaciones a otros 124 personajes históricos del país pertenecientes a varios campos de la vida nacional. A pesar de contar con las anteriores características de un líder populista, el ex presidente revierte la escena, puesto que al ser hijo de un hacendado del suroriente de Antioquia y conservar esta imagen, representa a la oligarquía regional. Por lo tanto, su persecución no estuvo ni está dirigida hacía la redistribución estatal o el beneficio de la colectividad, sino que al proteger y favorecer a los empresarios, generó en su periodo presidencial, un aumento del umbral de inequidad, la brecha favorita de la élite.
Pero el manejo ideológico de Uribe no sé limita allí, sino llega a las instancias que conocimos pre-plebiscito, donde sostuvo que los acuerdos convertirían a Colombia en la próxima Venezuela, que el propósito de los acuerdos fue la abolición de la propiedad privada y donde acusó al Gobierno de negociar su propia prisión con la guerrilla (Vásquez, 2016). Alejandro Ordoñez, el ex procurador, utilizo su poder en cargo, y apeló a su orientación religiosa (la mayoritaria en Colombia) con el objetivo de generar intolerancia frente a aspectos como la homosexualidad, el aborto y las creencias religiosas. La discriminación es una herramienta de la élite, porque entre menos unidad exista y más personas se encuentren excluidas del goce de sus derechos y de la democracia, mayor es el ejercicio del poder que estos pueden acaparar y más difícil se hace tumbar esta casta. La persecución a la oposición en Colombia no se ha realizado únicamente por la vía armada por medio de los paramilitares, continuamente, cualquier persona que intente transmitir ideas opuestas a las de la élite, es difamada y se le intenta deslegitimar y eliminar del debate político, un ejemplo de esto fue Gaitán en 1948, quién fue silenciado por las balas financiadas por los poderosos. Tanto ha actuado en nosotros esta manipulación ideológica que las ideas de la élite se han convertido en norma y nos cuesta superarlas.
Los continuos atropellos a la colectividad que vemos manifestados en la corrupción imperante en nuestro sistema, las artimañas legales que logran desplegar los poderosos para someternos, los atentados contra las elecciones democráticas que son característicos de Colombia, y el hecho de que lo mencionado sea la norma, llena de resignación y quita las esperanzas de una mejora. La revolución democrática que se necesita, no consta únicamente de la decisión consciente sobre nuestros gobernantes, puesto que Colombia puede votar y tiene un Congreso e igualmente se encuentra encadenado. La democracia implica que todos los hombres pertenecientes a una sociedad, sean igualmente libres, es decir, que tengan todos la misma oportunidad y determinación para tomar sus propias decisiones que afecten el curso de su vida. Cuando se nos impone alguien, cuando existe alguien que pasa por encima de nuestros intereses y nuestra propia existencia, no hay democracia. No canjeemos nuestra libertad por las monedas falsas que nos ofrecen los poderosos para comprar ese mundo alienado y en fideicomiso que ya es hora que nos pertenezca. Vencer la barrera que existe en el acceso a la información veraz, no sucumbir ante la posverdad, llevar la información a aquellos que no tienen acceso conveniente a ella y apoyar a los independientes que quieren transmitirla sin filtros, es el primer paso. Algunos filósofos han determinado la libertad como la esencia del ser humano, ¿regalarías tu esencia aún conociendo que es la causante de las injusticias de nuestro sistema?
Referencias
Herreros, P. (2014). Primates. Recuperado el 02 de noviembre de 2017, de El poder y la política de los chimpancés: https://primates.es/el-poder-y-la-politica-de-los-chimpances/
Ramírez, W. (Septiembre de 2006). Periódico Universidad Nacional. Recuperado el 02 de noviembre de 2017, de El poder paramilitar. http://historico.unperiodico.unal.edu.co/ediciones/88/05.htm
Vásquez, J. G. (10 de Octubre de 2016). Just like the Brexit vote, the Colombian referendum was corrupted by lies. The Guardian. https://www.theguardian.com/commentisfree/2016/oct/10/colombian-referendum-farc-guerrillas-brexit
Fierro C., M. (2014). Álvaro Uribe Vélez Populismo y Neopopulismo. Análisis Político, 27(81), 127-147. doi:https://doi.org/10.15446/anpol.v27n81.45770