No soy un enamorado de Rueda, ni de un estilo y un nombre en específico

No soy un enamorado de Rueda, ni de un estilo y un nombre en específico

Respuesta a los "Enamorados de Reinaldo Rueda"

Por: Alfonso Acosta Caparros
noviembre 03, 2017
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No soy un enamorado de Rueda, ni de un estilo y un nombre en específico

Ayer, en este prestigioso portal que compartimos el señor Sebastián Pérez Lopera y yo, el señor Pérez escribió y el comité editorial aprobó y publicó su columna titulada Los enamorados de Rueda.

Pero, el señor Pérez y yo, no solo compartimos este portal. También compartimos nuestra afición por el Atlético Nacional, lo cual crea una especie de coincidencial vínculo que me obliga con la misma altura, el respeto y la decencia con que escribió sus argumentos a escribir los míos al respecto de su columna.

Primero, dejo en claro que no soy un “enamorado de Rueda”; a quien verdad amo (aparte de mi familia) es a mi perro Pancho.

Sí. Yo soy un enamorado de Pancho.

Pancho es leal, no es traidor y está conmigo en las buenas y en las malas. Por eso lo amo.

No soy un “enamorado de Rueda”, ni de “un estilo, y un nombre en específico” y tampoco hago “duelos largos” por nada y por nadie.

No sé, eso sí, en el caso de Pancho cuando ya no esté.

Porque como expresé, a mi perro le sobra la lealtad, que le faltó y por mucho, a un institución tan querida y prestigiosa como marca y como entidad deportiva, como lo es Atlético Nacional y así bien lo expresa en su Nota Ciudadana el señor Pérez .

Por eso, justamente por eso, extraña, molesta, ofende y desilusiona la forma tan baja como Nacional echó como un perro a la calle (con perdón de Pancho) a Reinaldo Rueda, después de que en su corta estancia logró ganar más títulos, incluida la Copa libertadores de América, y dirigir en plena convalecencia por una cirugía de cadera a tres nóminas que jugaban prácticamente al final, un día de por medio, por estar peleando todas las Copas que ganó. (La pasada Copa Suramericana, en un gesto de grandeza de Nacional y de Rueda, se la cedieron al Chapecoense de Brasil, equipo que en su mayoría murió en irresponsable tragedia cuando llegaba a Medellín a cumplir el compromiso de vuelta).

Con la misión cumplida y con muchas metas por delante para Nacional, Rueda, al regreso de Cali de una semana ordenada a la brava por los médicos, estaba pronto a recibir en compensación por los millones dólares que le hizo ganar a punta de copas al Nacional, los terrenos y los planos de una hermosa casa-hacienda en Llanogrande, bellísimo lugar sembrado por Dios en nuestras edénicas tierras antioqueñas, que le había prometido el señor Ardila Lulle, dueño de la institución.

No obstante, a cambio encontró que algunos exjugadores y directivos de mucho peso en la institución, habían confabulado a sus espaldas y con la dignidad que le rodó en forma de lágrimas y sentidas despedidas de los hinchas, Rueda presentó su “obligada” renuncia junto a su cuerpo técnico.

A Nacional lo hicieron grande muchos entrenadores como  “el maestro” Zubeldía —quien le recetó al equipo inyecciones y comprimidos de filosofía deportiva, táctica y técnica que aún perduran—, el doctor Maturana, pasando por Osorio e incluyo al argentino Ramón Cabrero quién murió ayer.

Y siempre ha tenido una impronta y unas nóminas que le permiten antes de empezar, ser considerado finalista del torneo que sea que vaya a participar.

Y no creo francamente que esta, sea actualmente su situación.

Creo que en esta ocasión esa aura rodea con más méritos al Junior de Barranquilla que tiene en la dupla “Chateo” a dos figuras de la actual Selección Colombia.

Pero como la vida da muchas vueltas, es justamente el Junior, el equipo colombiano que por su flojo empate anoche en Barranquilla ante un Recife integrado por suplentes y sin técnico,  en suerte le correspondió enfrentar por la final de la Copa Suramericana, ni más ni menos que al Flamengo de Brasil.

El equipo que como usted bien indica señor Pérez lo dirige y entrena hoy Reinaldo Rueda.

Y en una de esas revanchas que dan la vida, el destino o el karma, creo profundamente, que Reinaldo Rueda y su Flamengo le van a ganar al Junior en el Maracaná de Rio de Janeiro y lo va a terminar de eliminar en barranquilla en el juego de vuelta, quedando listo para jugar la final de la Copa Suramericana y muy probablemente salir campeón.

Lo que, sin duda, sería un soberano bofetadón con guante blanco que Reinaldo Rueda le pega a la Federación Colombiana y al Nacional, que en desafortunada coincidencia ambos echaron en forma baja, rastrera y traidora a Reinaldo Rueda.

Si señor Pérez, es que hay formas y hay formas de hacer las cosas. Y en este caso, desafortunadamente nuestro querido Nacional lo hizo de la peor manera.

La vida da revanchas y yo creo en el karma, como creo en el amor que mi perro Pancho siente por mí.

 

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