Hasta los tuétanos...
Opinión

Hasta los tuétanos...

Los colombianos no admiten más excusas y le están exigiendo a este gobierno y al que viene que le cumplan al campo con el desarrollo aplazado por tantos años

Por:
noviembre 02, 2017
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

Ningún colombiano quisiera que al gobierno le fuera mal..., pero cuando este, el anterior y los de más atrás en el tiempo, no han cumplido la misión de transformar el campo, nos sentimos con el derecho a cuestionarles siempre.

A los fondos públicos que deberían garantizar bienestar a los colombianos los agotó el óxido de la improvisación, de la corrupción y del clientelismo; por eso los ciudadanos nos llenamos de quejas y reclamos; ¡perdimos la fe hacia los gobiernos y sus políticos!

Algo anda mal: militares o policías que han permanecido por más de treinta años sirviendo al país bajo banderas, han pasado buena parte de su vida incautando coca en todas sus expresiones..., han pasado muchos años arrancando matas de coca; desde ahí una simple reflexión: si hace más de 30 años enfrentamos la lucha contra las drogas y seguimos en las mismas, algo no funciona bien.

Preguntas: ¿los nuevos cadetes o alumnos que hoy ingresan a las escuelas de formación militar y policial, cuando reciban su primer grado van a seguir cogiendo coca; por cuánto tiempo más? ¿Será que nos conviene el statu quo?

Sigo animando el pensamiento estratégico, pues las políticas públicas que deben desarrollar al país rural requieren menos planes de choque y sí más planes estratégicos, las regiones precisan de más soluciones y de menos tensiones, los ciudadanos exigimos de más consistencia y más coherencia en los programas de gobierno; exigimos que los programas desarrollen grandes obras y no obritas.

Eso significa que si mañana como gobierno desembarco en un convoy de C-130, avión Hércules de la Fuerza Aérea Colombiana, un contingente repleto de soldados armados para atender el conflicto producido por Fuerzas Antisistémicas, animadas por disidencias de las Farc, por el  Eln, por redes del crimen organizado, o por las nuevas bandas armadas que buscan reacomodo donde hay poco Estado..., pues al mismo tiempo y con la misma intensidad, debo desembarcar un contingente de agencias del Estado animadas por su vocación y compromiso extraordinario; ese contingente debe instalar de una vez por todas los bienes y servicios que se le adeudan al país rural.

A este gobierno y al que viene la comunidades no le admiten más las excusas que aplazan el desarrollo: ¿la difícil geografía del país?, ¿el conflicto con las guerrillas, las Bacrim, el narcotráfico?, ¿que las alcaldías carecen de equipo y recursos?, ¿que el gobierno central no tiene plata? La gente está exigiendo que los gobiernos le cumplan al campo y que las promesas no sean una quimera; se anhela el desarrollo y eso debe ser posible.

Un ejemplo: Colombia posee cerca de 14 000 kilómetros de ríos navegables; es decir, si juntamos nuestros ríos navegables en línea recta podríamos ir desde Bogotá hasta Beijing por entre los ríos;  pero a esta hora, los campesinos ribereños donde existe coca, siguen sin contar con trasporte fluvial para sacar sus productos al mercado, mientras, los bogotanos seguimos ilusionados con un metro.

Por eso la excusa en el campo: “como no tengo cómo llevar los productos al mercado, pues siembro coca”...; ¿-y la pasta base de coca-?: “pues, me la vienen a comprar a la puerta de mi casa”.

Por eso la afirmación en las ciudades: “para qué votar si ninguno cumple.”

Para ser exitoso en la implementación de las políticas públicas, el Estado colombiano debe soltar sus amarras, tirar lejos el lastre y el óxido que produce el clientelismo; debe bajarse de esa bicicleta estática y desmontar el statu quo al que se acostumbró el sistema, porque pareciera que la iniciativa estratégica se hubiera encapsulado en el confort; es por ese estado de confort que los grupos de interés político en las regiones viven sin escrúpulos aceitando la corruptela; esa que repleta de frustración y desconfianza a la mayoría de los colombianos.

Ética y moral; instituciones extraordinarias con funcionarios extraordinarios dispuestos a dar todo de sí para desarrollar esas regiones donde hoy se empeñan a los soldados y policías colombianos, es lo que más necesita este país.

¿Hasta cuando necesitará el Estado que las nuevas generaciones de soldados y policías de Colombia vayan a coger coca, o que salgan a frenar el avance de la protesta de multitudes hastiadas por la falta de coherencia en las políticas de desarrollo rural?

Si los gobiernos no adquieren la capacidad de ejercer el pleno control institucional de los territorios, el campo y su población seguirán a la deriva, sometidos al abandono, las ideologías, la disputa y la confrontación.

La fuerza pública es vital en la cohesión nacional; mejor podría emplearse en la construcción de las carreteras y vías terciarias que reclaman los campos; pueden contribuir al desarrollo tecnológico del país, al desarrollo de las fronteras más profundas y tiradas a la suerte por la apatía.

Llegará la hora cuando los gobiernos no manden a soldados y policías a coger más coca, o, a reprimir la protesta; hay que dar paso a la creatividad que convierta la quimera en fascinación, en respeto y aprecio hacia nuestros gobernantes, nuestras instituciones y nuestros políticos.

El papa Francisco nos dijo que de nada sirve el cumplimiento si al final yo miento; se trata entonces de lograr un mayor compromiso que impregne el corazón, el alma y hasta los tuétanos de nuestros gobiernos.

https://twitter.com/rafacolontorres

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
¡Señor presidente: desactive la bomba de tiempo...!

¡Señor presidente: desactive la bomba de tiempo...!

¡Ni uribistas, ni petristas!

¡Ni uribistas, ni petristas!

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--