El pastor evangélico de Cambio Radical que sueña con entrar a caballo a la Casa de Nariño

Cualquier nuevo rico, o hampón de media monta, que se respete en este país comienza a comprar caballos. Así no los sepa montar, pero es que los caballos de paso son un símbolo de poder. Todos saben que están muy ligados a la cultura narcotraficante e incluso los criadores más famosos del país fueron los hermanos Ochoa, socios de Pablo Escobar. Hasta USD 5 millones pueden costar y en los de paso fino, somos los más míticos. Los campesinos en zonas pobres ahorran años para poder comprarse una yegua que tenga así sea un cuarto de paso fino, para poder bajar los viernes a tomar pola al pueblo.

Por eso generan tanto rechazo, y el video del pastor cristiano Jhonny Copete entrando a su iglesia con una capa de dos metros sobre un animal brioso de paso fino genera indignación. Yo también la sentí. La gente dando un diezmo, a veces no pudiendo comprar comida o los útiles de sus hijos, todo para que un tipo pueda comprarse semejante animal para además restregárselo en la cara a los fieles... Es una vergüenza. Pero después leí el artículo de El Espectador de cómo se está armando toda la coalición de los cristianos para poder meter listas al Senado e incluso Presidente, y decidí que quiero un presidente que sea capaz de mostrarse e incluso ufanarse de lo que realmente es.

Es muchísimo mejor un presidente que sepamos que es ostentoso y aprovechado, a que sea un man de familia puppy pero que intenta esconderlo. Un bogotano cuyo abuelo ha sido presidente, pero él cree que tomándose foto disfrazado de clase media engaña al país. Eso le pega a Santos y Vargas Lleras. Un tipo como Humberto de la Calle, que lleva casi 30 años cobrando los mejores sueldos del país, pero que intenta disimular su poderío reuniéndose con jóvenes, otra vez clase media, en Teusaquillo es casi irrisorio. Es lo mismo que hace Nieto Loaiza, que posa casual con sus camisas de diseñador, pero las intenta disimular con bluyines, o Paloma Valencia que viene de la aristocracia más rancia de Popayán y Bogotá, pero corre siempre a esconderlo.

Ni qué decir de Fajardo que cree que con esa pinta calcada todos los días, y que pareciera que es que en realidad no se baña por las mañanas, nos va a hacer pensar que es austero y uno más del pueblo. Ninguno lo es. Hasta Robledo, con ese discurso de izquierda, se viste más gomelo que el resto de candidatos. Hasta chaleco se pone el señor, e intenta disimular todo con un pañuelito o corbata amarilla que recuerde el Polo y así meterle política. Incluso Petro lo intenta esconder, pero por ahí lo cogieron mal parqueado con unos Ferragamo... Si los usa, que lo haga todos los días y sin esconderlo.

Estoy cansado de eso, de candidatos que intentan demostrar cosas que no son y que cuando ganan ahí sí pelan el cobre legislando para sus amigos, todos ellos de la rosca poderosa, dándole la espalda al pueblo que son cientos de miles de incautos que terminaron apoyándolos con su voto creyéndose el cuento de sus campañas. Así fue con Peñalosa, que iba al sur de Bogotá e intentaba disimular su cara de asco cuando tenía que abrazar a las viejitas pobres, pero cuando llegó, quedó claro dónde es que haría sus intervenciones, y esas viejitas pobres no tienen hoy más que quizá una foto con un alcalde notoriamente incómodo.

Así que sí, quiero a este Jhonny Copete de Presidente, que la señora Viviane Morales le deje esa chanfita. Quiero que se posesione a caballo, como un rey, como Uribe cuando tomaba tinto en esos mismos animales. Quiero poder saber por qué se vota, y que una vez elegido, sepamos qué y cómo gobernará. Que los ciudadanos sepamos a quien tenemos como líder, y evitar esto que pasa con Santos, pues muchos creen que porque firmó la `paz´- gracias por hacerlo señor Santos - es un tipo social, cuando el resto de su mandato ha sido para ayudar a los ricos y poderosos, clavando de todas las maneras posibles a esa clase media que votó por él pensando que era menos dañino que los uribistas, pero que en realidad sus políticas neoliberales hubieran sido exactamente igual.

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