Egipto es un barrio más de los que han nacido por consecuencia del conflicto armado en Colombia. A través del viaje a pie, llegué a esta comunidad en la ciudad de Bogotá. Con ver, oír y sentir pude encontrar la estigmatización como un fenómeno que genera una serie de problemas de convivencia, violencia y desarraigo por el territorio. También, resentimiento y desconfianza hacia cualquier persona que llega al barrio, en especial, por las fronteras invisibles que han cobrado tantas víctimas, en su gran mayoría jóvenes.
Janet Castañeda —joven visibilizada y rescatada de la zozobra de la muerte criminal a través de un proyecto social llamado la Legión del Afecto— actualmente lidera la iniciativa que lleva como nombre Comunidades en movimiento, semilleros de vida y paz. Esta fundación creada por ella para niños que viven una situación de vulnerabilidad en algunas zonas de Bogotá, que no tienen un espacio de encuentro, busca que ellos se dediquen a actividades distintas en su cotidiano vivir. De igual modo, busca que empiecen amar el arte, la danza y que como pilotos de vida vayan encontrando alternativas afirmativas que permitan transformar sus vidas. Semilleros de vida y paz lleva su sentir a las comunidades a través del afecto, a donde nadie llega por temor o desconfianza, ni siquiera el ejército social de la Red Unidos, del Departamento de Prosperidad Social.
El 16 de octubre prepararon una actividad cultural para mostrar la labor de la fundación y así poder visibilizar a los niños que son partícipes de estos espacios culturales y recreativos desde la danza, el canto y la pintura. En la cancha del barrio Egipto se organizó el espacio de la alegría, niños de Bosa que mostraron sus bailes de joropo, salsa y hasta cumbia de la costa colombiana. Luego de aplausos y sonrisas no sentamos al ágape, lo cual no es más que compartir el alimento con el desconocido. Fue un espacio de afectividad, donde reinó la alegría y el amor del corazón hacia los demás desde la solidaridad compartida.