Colombia está viviendo actualmente una coyuntura política, no solo por el proceso de paz, sino también por el evidente fracaso de sus instituciones, que poco o nada ayudan a los ciudadanos a su desarrollo económico y al ejercicio pleno de sus derechos fundamentales como salud, vivienda, el derecho al mínimo vital de agua, el derecho a un trato digno, entre otros. El dirigente político Gustavo Petro suena mucho en las encuestas de aspirantes a la presidencia, precisamente por abogar por un modelo de gobierno lo más humano posible, es decir que garantice los derechos fundamentales de los ciudadanos, que día tras día son tratados como una mercancía más y ven sus derechos vulnerados, el nombre de su propuesta: Colombia humana.
El modelo que propone Petro está en oposición al actual, que es un neoliberalismo mixto que ha deshumanizado a la sociedad colombiana. Hoy para el sistema de salud los colombianos no son más que clientes que son tratados en función de su billetera y no de su condición de hombres libres que tienen derecho a ser atendidos, además que por el mal manejo de las políticas económicas que ha tenido el país el sistema de salud presenta un déficit que ha hecho que muchos colombianos tengan que hacer largas filas para que les receten un ibuprofeno. Gustavo Petro propone salir de una vez por todas de ese modelo de las EPS que tantas penurias nos ha causado a los ciudadanos pobres y que se nos trate dignamente ,como personas, tengamos o no dinero para pagarlo.
Hoy las empresas de servicios públicos tan amigas de los gobiernos no tienen en cuenta las necesidades de las personas, como el caso de la empresa española Electricaribe que saquea a los habitantes de la costa, a pesar de la alta necesidad de consumo energético para alimentar ventiladores por sus condiciones climáticas. Otro caso también es el de las empresas de agua potable que cortan el suministro una vez no pagas el recibo y el servicio agua si bien cuesta dinero para su distribución es un derecho humano les guste o no a los empresarios, como dice el dicho :"el agua no se niega".
Las propuestas de Petro están muy lejos de la creación de un estado paternalista que provea a la gente de todo como en Venezuela o como se hace supuestamente en Cuba, más bien pretende que las personas que hasta ahora se les han sido negados sus derechos obtengan beneficios por pertenecer a la sociedad. Cuando Petro era alcalde dijo que no trataba solo de dar subsidios, sino de generar empleos, ya que los pilares de sus políticas económicas son la producción y el trabajo.
Un modelo que priorice en el bienestar de las personas parece inviable económicamente. Sin embargo, los países del norte de Europa como Finlandia, Suecia, Dinamarca y noruega han demostrado importantes resultados con sus estados de bienestar, en donde se enfocan en el bienestar social de sus ciudadanos, es decir que el fin de sus estados es garantizar a sus miembros la salud, la educación y el trabajo. un gobierno que se enfoque en el bienestar social no es sinónimo de pobreza , sino de sentido común y humano.
Elección tras elección los colombianos hemos validado que a las personas se les deba tratar de manera indigna, que haya filas en los hospitales, que las multinacionales extranjeras se lleven nuestras riquezas, que tengamos una déficit en la financiación de la educación publica, que en algunos departamentos haya una alta exclusión social y poco o nada de infraestructura.
A pesar de que cada año las cosas parecen empeorar no hubo en Colombia iniciativas ciudadanas con las agallas de decirle no al mismo modelo de siempre que ha demostrado con creces que no ha tenido buenos resultados. Cada presidente ha ofrecido ser la solución al anterior, pero los agravios contra los derechos fundamentales de los colombianos han continuado.
Gustavo Petro pretende humanizar Colombia, realizar un pacto con los ciudadanos y centrarse en el bienestar social y no solo en los números del PBI, porque el fin de un gobierno es hacer el bien a los ciudadanos y si no fuera así entonces no tendría sentido elegirlos. Colombia humana una alternativa a tener en cuenta para las elecciones del 2018 porque representa el verdadero cambio, un cambio que podría transformar Colombia y deje de ser al menos por cuatro años el país deshumanizado que es actualmente.
