En algún momento de mi tierna infancia me di cuenta que lo mío no eran los “juegos de niñas”, poco o nada me atraían las muñecas ni las que hablaban diciendo mamá, ni las que tomaban tetero y mucho menos las barbies con sus cientos de accesorios; las vajillas y estufitas de juguete definitivamente no me gustaban, jugar con el maquillaje era algo que reservaba si acaso para el día de las brujas y cuando llegaba la hora del recreo, recuerdo claramente, que prefería jugar con los niños. Lo mío eran los libros, los colores, los rompecabezas, la bicicleta, y algunos deseos insatisfechos. Siempre quise un telescopio, una consola de videojuegos o un computador, pero nunca los tuve.
Con el tiempo eso de no me gustan los “juegos de niñas” se volvió en que las actividades que generalmente se vinculaban con ser de “niñas” no me atraían. De nuevo, me gustaban las matemáticas y los números, las máquinas, desarmar y arreglar aparatos, la astronomía y algunos aspectos de las técnicas que generalmente se asocia con un mundo más “masculino”. El resultado fue el esperado, cuando elegí carrera escogí estudiar física.
Aun recuerdo las palabras de mi madre cuando comuniqué mi decisión “¿Eso si lo estudian mujeres mijita?” y mi respuesta contundente:“Sí”. Respuesta con un dejo de dolor que aun conservo al pensar que en los estereotipos con los que nos crían reside una buena parte de los problemas alrededor del género que uno ve constantemente reflejados en la sociedad. También pienso en mi relación con las tecnologías, con la comunidad de software libre, los colectivos de librecultura y como estas prácticas y relaciones me ha permitido empoderarme de muchos otros temas además de aquellos a los que me dediqué en mi vida académica.
Para mi dominar la tecnología me abrió un mundo de posibilidades incluso algo a lo que ya había renunciado y era encontrar espacios en los cuales poder aportar a la discusión de política pública y de hecho realizar algún tipo de incidencia en ese campo, eso que hemos logrado hacerlos últimos años con RedPaTodos,por eso para mí es tan importante esa relación entre tecnología y política. Obviamente mi visión particular sobre la tecnología y la política le debe mucho a esa posibilidad de librarme de la concepción arcaica de lo que implicaba haber nacido mujer y a esa elección infantil de no gustarme los “juegos de niñas”, y en consecuencia, lograr zafarme de esa violencia solapada implícita en la absurda separación de roles por género.
Siguiendo con ese tema, me alegra mucho conocer iniciativas que buscan precisamente eso, realizar actividades que prevengan formas sutiles o no de Violencia hacia las Mujeres. Por eso me alegró conocer hace algunos años la iniciativa “16 Días de activismo contra la Violencia hacia las Mujeres” y empezar a seguir algunos proyectos que se desprenden de allí y se enfocan en el tema de la tecnología y como esta es un medio que facilita el ejercicio de muchas de esas violencias pero también que puede ser utilizado para prevenirlas y más importante aun, la tecnología también como medio para lograr el empoderamiento de las mujeres. De esa forma llegué a la campaña “Dominemos la Tecnología”. Este es un programa impulsado internacionalmente por la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC) y en Colombia particularmente por COLNODO, que busca precisamente eso: abogar por la colaboración en línea para lograr un cambio social y el empoderamiento de las mujeres mediante el uso de las tecnologías de información y comunicación.
Este año por fin pude participar de la preparación de algunas de esas actividades y aunque sigo pensando que hay aspectos de la convocatoria y de las acciones que se pueden mejorar, valoro el espacio y la oportunidad de acompañar estas acciones y poner, de alguna forma, mi granito de arena en el tema.
Los dieciséis días de activismo, del 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre, abordan todo tipo de problemáticas y temas que van más allá de la típica instrumentalización a la que generalmente apuntan buena parte de los programas de alfabetización digital para plantearse otros dilemas relacionados con el uso de la tecnología. Quizás el tema más importante en esta línea es ¿cómo prevenir que la tecnología sea utilizada para ejercer diferentes tipos de violencia contra las mujeres? y, ¿cómo la tecnología puede utilizarse para prevenir ataques en línea a mujeres y particularmente activistas mujeres? Esto último incluye la utilización de diferentes herramientas para tener navegación privada, segura y/o anónima.
Lo importante ahora es reflexionar sobre la forma como la tecnología apoya la equidad de género, identificar los nuevos riesgos que se pueden presentar allí, pero, sobre todo, identificar lo que podemos hacer para luchar contra la violencia y discriminación. Dominemos la tecnología, para ser mujeres libres de violencia.
Mujeres Libres de violencia. Graffitti de Liliana Cuca para la Campaña Dominemos la tecnología 2013. Fotografía tomada por Leonardo Guzmán. Licencia CC-BY
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