Solo faltan los dragones y ver a Bastián surcando los aires. Han prometido todo lo que se puede prometer, pero todo es aparente, ninguno de los plazos fantásticos dados por los medios, se han cumplido ni parece que se cumplirán en el futuro próximo, todo es imaginario y está construido en el aire, puras cortinas de humo; llevamos ya dos años y pico sin parque y como es usual, no se manifiesta nada concreto, solo hay fotos de lo que se cree que será, y muchos ya vislumbran que se saldrá, como es usual también, con un auténtico y épico chorro de babas a propulsión desmesurada.
Espero que sea una equivocación, una simple opinión apresurada de la mayoría. Ahora, seamos sinceros, la idea de muchos es que el actual alcalde solo solucionó de una manera parcial y rápida, el manojo de chanchullos que dejó el anterior, al cual muchos creían que no se le podía superar en términos de pésima administración, pero ya parece que estamos hablando de un acto de hechicería, de una maldición hereditaria orquestada por una entidad maléfica que nos supera, porque ahora hay un nuevo récord y en esta oportunidad es Guiness.
El proyecto lo comenzó la administración pasada, está claro, y a este, el actual dirigente, solo le quedaron los problemas y tuvo que darle una nueva dimensión al proyecto, es decir que él no es el malo del cuento, pero estoy seguro de que tampoco es el héroe. La cruda verdad es que el parque era un nido de ratas, jíbaros, vendedores de chécheres y clanes de usureros que se repartían a lo largo y ancho del lugar, y hasta tenían horarios como si se tratara de una oficina, de una sede para sus trampas.
De noche solamente se veían alcohólicos anónimos y futuros ladrones de bolsos. Nada se perdió y esa es la cruda verdad, la otra cara de la moneda, duelale a quien le duela. Ese desierto de cemento no podía ser patrimonio de nadie, no vengan a defender lo indefendible. Sin embargo, el punto de inflexión, es la terrible tardanza de la entrega final de la "intervención", es en esa tardanza en la que todos nos ponemos en un definitivo acuerdo, que más que una intervención es una remodelación. Es que ni ese es el calificativo adecuado, prácticamente tumbaron el parque y empezaron de cero, y así debía ser, había que enterrar ese pasado, pero a las cosas por su nombre, hágame el favor.
No obstante, la motivación y la agilidad con la que se empezó, ya ni el rastro; parece que el arquitecto o quien sea quien esté a la cabeza, se quedó en un diciembre eterno, en el diciembre que los rionegreros no han podido disfrutar completamente en compañía de sus familias, porque no hay parque y tampoco hay un porqué, que de respuesta a la interminable espera.
Lo que prende la última alarma es la poca evolución que se ha visto día a día, algunos denuncian la parsimonia y la "paciencia" con la que trabajan algunos obreros, porque es que precisamente es a ellos a quienes no les conviene que la obra acabe de un día para otro, entre más les paguen, mejor, pero quién sabe cuáles son las cláusulas específicas del contrato, los chicharrones adjuntos. Parece que no son conscientes de la grave llaga que esto le produjo a los negocios aledaños, llaga que apenas está sanando por el mismo arranque emprendedor de los administradores. Lo único que asoma un pequeño atisbo de esperanza, es el museo interno que pretende almacenar la memoria histórica de Rionegro.
Esperamos que por fin ahí haya espacio para todo el sector cultural y no solo un reducido comité de "elegidos", que ni han investigado el municipio en donde están parados, pero como son hijos de los hijos, primos de los primos y amigos de los amigos, hubo que darles puestos. Como último punto, un porcentaje considerable de los habitantes dice no estar conforme con el diseño, porque parece una manga grande y ya, una suerte de cancha con algunos árboles que no justifica la inminente demora; de todas formas considero que con respecto al diseño, todavía no podemos emitir una opinión fidedigna.
Hasta no ver, no creer, en este caso, no hablar. Como dato curioso, la torre Eiffel se constuyó en dos años, dos meses y cinco días, y sobra agregar que es un monumento de características colosales: "No, no hermano, pero es que eso es París y estamos es en Rionegro". Bueno, sí, es cierto, hay un mar de diferencia, pero recordemos que esto se está construyendo con nuestros recursos públicos (que no son poquitos), y el lema de la Gobernación de Antioquia es "Piensa en grande". Aparte, muchos ya quieren hablar de ciudad, entonces comencemos a pensar como ciudad y no como un pueblo agendado por el vaivén de las circunstancias, al paso que vamos si vamos a ser ciudad, la ciudad de la desdicha.
