Actualmente estamos viviendo tiempos de avances tecnológicos que eran impensables hasta hace un par de décadas. Paulatinamente hemos entrado en un ambiente en el que las los dispositivos móviles y la internet han suplido necesidades que anteriormente eran difícilmente resueltas con prontitud. Nada más hay que echar un vistazo a los días de antaño en los que las personas debían esperar semanas y hasta meses para recibir una documentación enviada por correo; en cambio, hoy en día solo basta con tener un e-mail para recibir información desde cualquier parte del mundo en segundos. La premisa suena simple, pero progresivamente las redes irán tomando más protagonismo en nuestras vidas y tendremos que estar sobre la marcha ante las nuevas ventajas que nos trae este milenio.
En Colombia, se expidió el Estatuto del Consumidor, Ley 1480 de 2011, donde se regularon temas importantes para el Comercio Nacional, tales como, derechos y deberes del consumidor, garantías, responsabilidad por daños, publicidad, protección contractual, cláusulas abusivas, etc. Donde la Superintendencia de Industria y Comercio fue delegada como la entidad vigilante del cumplimento de estas disposiciones y durante todo este periodo se ha encargado de sancionar a miles de empresas que han desobedecido las disposiciones en esta materia, buscando ejemplarizar el buen trato al consumidor.
Durante estos seis años, el comercio ha venido siendo ajustado con parámetros estrictos en miras a proteger al consumidor, para que este pueda exigirle a su proveedor información clara y precisa sobre los productos que se le ofertan, a recibir artículos de calidad, a tener un correcto manejo sobre sus datos personales, a obtener garantías sobre el producto que compra, a no recibir publicidad engañosa, y a poder acudir ante las autoridades competentes en caso que le vulneren sus derechos como comprador a través de la “Acción de Protección al Consumidor”.
Sin embargo, muchos colombianos aún sienten temor de realizar compras por internet porque opinan que su dinero y la calidad del producto deseado pueden estar peligro. Empero, el Gobierno Nacional en cabeza de la Superintendencia de Industria y Comercio y el Ministerio de las TIC han hecho grandes esfuerzos por mejorar las relaciones entre consumidor – proveedor, en las ventas por métodos no tradicionales o a distancia ofreciendo campañas de educación a la ciudadanía en general en estos temas. Por ejemplo, más de 10 ciudades del país cuentan con Casas del Consumidor cuyo objetivo general “consiste en fomentar la creación de una verdadera cultura de respeto por los derechos del consumidor en las diferentes regiones del territorio nacional.”
Por su lado, los empresarios han abierto espacios para que el consumidor se pueda acercar más a estas nuevas plataformas de compra; tanto así que, desde los últimos años se han promocionado ofertas como el Black Friday, Cyber Days y Hot Sale que son días en los que las personas puede encontrar buenos productos a precios muy bajos en las páginas web de las empresas asociadas a estas campañas.
Es importante resaltar que realizar compras por internet trae beneficios que seguramente muchas personas no habían tomado en cuenta. Por ejemplo, es una forma fácil de comparar precios entre distintas cadenas nacionales e internacionales para elegir la mejor oferta en la relación calidad-precio; le permite verificar al comprador la disponibilidad de los productos que desea en tan solo segundos; no tiene filas para efectuar pagos, no requiere atravesar toda la ciudad para efectuar la compra (incluso muchas veces el envío es gratuito si el consumidor tiene algún código promocional o cumple con el valor mínimo de compra que determina la empresa para este beneficio); los productos que se ofertan cuentan con garantía; contempla la posibilidad de efectuar devoluciones del producto si este no cumple con las especificaciones dadas; y pueden encontrarse —incluso— precios más bajos de los que le ofertan en las tiendas físicas.
Claramente es muy importante realizar compras en páginas que tengan un amplio reconocimiento, que estén en lo posible certificada por la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico y que tenga una política de manejo de base de datos. No está demás repasar que la SIC cuenta con procedimientos creados para que el ciudadano presente las eventuales quejas que tenga, que de hecho en su gran mayoría no requieren abogado y contemplan sanciones administrativas ejemplarizantes para los proveedores.
