Cada vez que hay elecciones se ponen de moda las encuestas. A través de ellas, supuestamente, se busca conocer de manera anticipada la intención de voto de los colombianos, como si tuviéramos la capacidad de predecir el futuro. Si el futuro es incierto, para qué las encuestas.
Desde el punto de vista técnico una encuesta es: “un método de recopilación de información para investigaciones estadísticas, la cual se obtiene por medio de cuestionarios diseñados específicamente para cada tipo de datos que se desean obtener. Las encuestas son el método más común para obtener la información para las estadísticas y los estudios de mercado, especialmente para saber las preferencias y costumbres de una porción representativa de la población”.
Desde esta perspectiva las encuestas sirven para recoger información sin alterar el entorno donde se realizan y en el ámbito de la política sirven para medir o conocer las preferencias políticas de un grupo de ciudadanos. Sin embargo, esta es una cara de la moneda y esto es lo que la mayoría cree que es para lo que sirven las encuestas.
En el ámbito político, las encuestas sí pueden alterar el entorno de donde se recoge la información, en otras palabras, las encuestas pueden determinar la toma de decisiones de un colectivo. En este orden de ideas nos plantearemos el siguiente interrogante: ¿cómo una encuesta determina o influye en la opinión pública a la hora de votar?, ¿cómo se puede manipular las preferencias políticas de una nación?
Para responder el primer interrogante debemos comprender la teoría de Albert Bandura, psicólogo canadiense reconocido por su trabajo con el aprendizaje social, también conocido como aprendizaje vicario, observacional, imitación, modelado o aprendizaje cognitivo social. “Este aprendizaje está basado en una situación social en la que al menos participan dos personas: el modelo, que realiza una conducta determinada y el sujeto que realiza la observación de dicha conducta; esta observación determina el aprendizaje, en el aprendizaje social el que aprende no recibe refuerzo, sino que este recae en todo caso en el modelo; aquí el que aprende lo hace por imitación de la conducta que recibe el refuerzo”.
Esta forma de aprender es innata del ser humano, hace parte de nuestra naturaleza. Aprendemos viendo un modelo a seguir. Por eso, este método tiene mucho que ver con el instinto de supervivencia, ya que de manera inconsciente buscamos nuestra conservación y no queremos cometer errores que atenten contra nuestra integridad. Así, el principio rector intuitivo sería: ¡si los demás lo hacen y sobreviven, yo imito la conducta y también sobreviviré! De hecho, esto explica el viejo adagio popular "para donde va Vicente va la gente". De esta forma se ha conservado la humanidad, aunque cabe aclarar que evolucionamos como sociedad por los que piensan diferente, por los revolucionarios que buscan mejorar el estado de cosas en que viven.
Retomando, entonces en el campo político una encuesta representa lo que piensa un colectivo. Teniendo en cuenta lo explicado anteriormente, es muy probable que los que no hayan tomado una decisión o postura sobre por quien van a votar, ya sea por la falta de información o porque simplemente están sumergidos en las vicisitudes de la vida, que en el caso de Colombia son muchos, están muy dados a imitar las preferencias que arrojan las encuestas, porque instintiva o inconscientemente consideran que las mayorías no se equivocan, de esta manera el que encabeza las encuestas termina afianzándose aún más.
Caso contrario ocurre con el que no le va tan bien en las encuestas; o sea, es muy probable que por conservación los que no han definido su preferencia al votar no lo hagan por el candidato que las mayorías rechazan. Esto explica que cuando le preguntan a un candidato que le fue regular en las encuesta, estos siempre contestan con una gran sonrisa "vamos por buen camino", "hemos avanzado en aceptación". En otras palabras, intentan trasmitir la idea de que "cada vez más las mayorías se dan cuenta que soy la mejor opción”. Por su parte, a los que les va mal les conviene no dar declaraciones en los medios o decir que las encuestas no sirven para nada.
Quien no va por donde va Vicente o quienes no se dejan manipular son las personas con cierto grado de educación, información e interesadas en comprender las propuestas de cada candidato. Esto es lo que se conoce como el voto de opinión. Los politiqueros corruptos a estos no le apuntan, el objetivo son las mayorías mal llamadas apolíticas, los poco informados.
Una vez explicado lo anterior podemos responder el segundo interrogante relacionado con las estrategias que se utilizan para manipular las preferencias electorales. A mi modo de ver se destacan dos: la primera, manipulando o alterando los resultados de las encuestas.
Si consideramos lo antes explicado, quienes tienen la capacidad de pagar por una encuesta y difundirla tienen el gran poder de aumentar o disminuir la aceptación de un candidato o partido político con el simple hecho de ubicarlo en el primer puesto, ya que está induciendo el pensamiento de los poco informados: si las mayorías confían en él, yo también puedo confiar en él. Caso contrario sería la inducción del pensamiento si ponen a alguien de segundo hacia bajo en el orden de favorabilidad: si los demás no confían en tal candidato yo tampoco debo confiar en él.
Y la segunda forma o método de manipulación es cómo se exponen los resultados de las encuestas. Esto también es muy importante y se le debe aplicar el mismo criterio de análisis. Los que exponen los resultados siempre los presentan como expertos en política, en interpretar los resultados o como futurólogos. Así que es lógico también que una persona poco informada y que no tenga fundamentos conceptuales para criticar lo expuesto, lo tome como verdad absoluta y si los expertos inflan o desinflan a un candidato también inducen la preferencia electoral.
Como es apenas obvio no podemos hacer un análisis completo de las encuestas sino incluimos el interés económico de los que participan en la estrategia. Para nadie es un secreto que en Colombia existe una plutocracia, ya que los más ricos de este país son los que suben y bajan presidentes y congresistas. Vivimos en una realidad mundial donde las grandes corporaciones han evolucionado y ahora ya no solo tienen el poder económico sino también el político. Además, a ambos los sostiene el cuarto poder los medios de comunicación. Así pues, con esta poderosa mezcla obtienen beneficios como: contratos con el estado y beneficios tributarios.
En el caso específico colombiano, la mal llamada gran encuesta, hecha entre los principales medios de comunicación, tiene como objetivo mostrar un debate. Sin embargo, ¿puede haber debate o diversidad de puntos de vista en medio de tanta imparcialidad?
Para referirnos a la objetividad de los medios de comunicación traemos al cuento la frase del expresidente de Ecuador Rafael Correa: “Desde que se inventó la imprenta, la libertad de prensa es la voluntad del dueño de la imprenta”. Entonces, veamos quiénes son los dueños de estos medios de comunicación:
Blu Radio y el Canal Caracol son del Grupo Santo Domingo, quienes también son dueños de El Espectador y Cromos. Por su parte, la revista Semana le pertenece a Felipe López Caballero, hijo del expresidente colombiano Alfonso López Michelsen y nieto del también expresidente Alfonso López Pumarejo, considerado una de las personas más influyentes de la política colombiana. Además, el director de la revista es Alejandro Santos Rubino, cuya familia ha tenido 4 presidentes: Juan Manuel Santos (2010-2018), Eduardo Santos (1938-1942) y por el lado materno de los Santos Calderón, Clímaco Calderón (1882) y José Joaquín Camacho (1814).
Esta alianza no es garantía de objetividad o de imparcialidad y en esta encuesta se observa. Si ven el video del análisis de los resultados, notarán que es evidente y descarado, también que quieren inflar los resultados en favor del candidato Vargas Lleras, fórmula vicepresidencial de Juan Manuel Santos y representante del continuismo de la oligarquía en el poder. Así mismo, con igual descaro buscan desinflar la favorabilidad del candidato Gustavo Francisco Petro Urrego, representante del progresismo y símbolo del cambio en Colombia como propuesta alternativa.
Por otro lado, si hacemos un análisis de la última gran encuesta del canal RCN nos vamos a encontrar con el mismo panorama, los medios que constituyen la alianza (RCN Radio, RCN Televisión, La F.M y Periódicos Asociados) en su gran mayoría le pertenecen al mismo dueño la organización Ardila Lulle.
De plano sabemos que jamás habrá debate, ya que estos medios tienen la misma línea editorial, pues tienen el mismo dueño y si vemos a los “expertos que invitaron para “interpretar” el resultado de las encuestas en el programa la FM nos encontramos el abogado y columnista Abelardo De La Espriella y el estratega político Augusto Reyes, también en sintonía con la línea editorial de la “alianza” de medios. Si vemos el video los invitados están de acuerdo en todo en lo que tiene que ver con la interpretación del resultado de la encuesta, hay unas diferencias producto de una discusión que se formó entre Abelardo de la Espriella y el periodista Yamit Palacio, que como buen periodista no permitió que el resultado fuera manipulado, ya que era evidente que las opiniones del abogado de la Espriella no eran objetivas y utilizaba razonamientos equivocados para defender su postura política de ultraderecha. Por ejemplo, se refirió a la alcaldía de Gustavo Petro en Bogotá como una desgracia, postura contradictoria con la realidad ya que el candidato Gustavo Petro arrasa en Bogotá en todas las encuestas como bien lo acotó el periodista Yamit Palacio. De igual forma podemos observar que el programa y la encuesta sirve para hacerle campaña política al candidato German Vargas Lleras, critican al proceso de paz y al presidente Santos, pero no mencionan que Vargas Lleras fue vicepresidente del gobierno Santos hasta hace pocos meses. Es evidente que lo quieren desligar de lo que no le conviene y a su principal contendor lo ligan injuriosamente con lo que no le conviene al país, el sofisma del “castrochavismo”.
Por otro lado y como cambio de estrategia (si comparamos las encuestas aquí analizadas), ya no buscaron inflar el voto “por el que diga Uribe” porque se dieron cuenta que no les funcionó, ya que afectó a los candidatos del Centro Democrático, pero sí inflaron al partido como colectivo, adelantándose a una evidente alianza entre Vargas Lleras y un candidato del CD.
Con base a lo antes expuesto podemos decir que las encuestas son un importante instrumento de manipulación de la opinión pública, inducen las preferencias electorales en un gran sector de la población, la poco informada, buscando desesperadamente mantener el estado de cosas actual, la continuidad de un régimen político y económico que convirtió a Colombia en uno de los países más desiguales del mundo. Además, las redes sociales son el ingrediente diferenciador en el escenario político actual, ya que en ellas abundan encuestas con resultados muy diferentes donde a Vargas Lleras lo ponen con muy poca aceptación en la opinión pública.