¿Cómo puede ser posible que alguien que se jacta de citar a un corresponsal de guerra como Ryszard Kapuscinski, que dice constantemente la famosa frase de este periodista polaco respecto a lo que es ser un buen periodista, conteste de esta manera?
“Para ejercer el periodismo, ante todo hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas”.
Mi gran duda es cómo se puede limitar a una persona de ese modo. Además, hace falta recordar que Kapuscinski antes de ser periodista era historiador de la Universidad de Varsovia. De hecho, en un libro titulado Los cínicos no sirven para este oficio menciona la siguiente afirmación:
“Todo periodista es un historiador. Lo que él hace es investigar, explorar, describir la historia en su desarrollo. Tener una sabiduría y una intuición de historiador es una cualidad fundamental para todo periodista”.
En mi opinión la historia hace parte fundamental dentro del periodismo tal como lo dice Kapuscnski o el legendario reportero del New York Times, Gay Talese:
“Elegí al periodismo como carrera universitaria, porque esto es lo que sabía, pero en realidad me convertí en un estudioso de la historia”.
Y es ahí donde surge la gran duda: ¿por qué si la gran mayoría de periodistas que ejercen esta rama de la comunicación son abogados, médicos, políticos e incluso sin profesión alguna, alguien que estudie historia no lo puede hacer? Esto es algo complicado de responder, pero como lo veo hoy en día es ese ánimo de tener una primicia a como dé lugar, sin investigar el trasfondo de lo acontecido, sus antecedentes, sus causas, y lo que podría resultar de ello.
Hoy en día todo es más fácil con el uso de las redes sociales, no como en la época de Felipe González Toledo, aquel cronista judicial que se demoró dos días para dar la primicia de quien era el hombre acusado de asesinar al líder liberal Jorge Eliecer Gaitán el 9 de abril de 1948, y que murió muchos años después en el olvido público.
Las historias, las crónicas, todos esos géneros periodísticos plasmados en libros escritos por grandes como Oriana Fallaci, Elena Poniatowska, Gabriel García Márquez e incluso el mismo Mario Vargas Llosa, vinieron de grandes escritores que antes fueron periodistas y que investigaron qué sucedía en la historia para poder desarrollar artículos o libros como La Fiesta del Chivo.
Para concluir esta inconformidad de alguien que escribe columnas de historia de forma amateur en la llamada “Nota Ciudadana” de estas 2 Orillas quisiera saber qué piensan, ¿por qué los historiadores no podrían ser periodistas? O mejor aún, ¿por qué la historia no tiene cabida dentro del periodismo actual? Ante todo, cabe aclarar que no creo que sea el pensamiento de todos los que ejercen esta profesión.