Curiosidad fue la que me llevó a leer el libro publicado el año pasado por la senadora Claudia López que se titula ¡Adiós a las Farc! ¿Y ahora qué? Este es un compendio de experiencias y análisis bibliográficos sobre la construcción estatal de los gobiernos anteriores, de recorridos históricos por todos los intentos de justicia transicional que ha presenciado este país; y que a su vez estructura una propuesta bastante desafiante para unir a una Colombia dividida a nivel político, económico, social y territorial. Muy recomendado para las personas que les interesa lo que pasó y lo que ella como precandidata presidencial quiere que pase en este país.
Sin embargo, la parte conclusiva del documento escrito por la senadora y titulado Está en nuestras manos, en el cual motiva a los jóvenes y a la sociedad en general a contribuir desde sus conocimientos al mejoramiento de las políticas públicas de su ciudad y hace una invitación para que estos permanezcan en sus regiones realizando dichos aportes, generó en mí una serie de acertijos sin resolver. Lo anterior en razón a que sencillamente eso no es algo que se pueda propiciar en la ciudad de Cúcuta, imposible al día de hoy, les explicaré el porqué.
Me voy de una ciudad inviable, me voy de aquí porque estorbo, así se sienten muchos cuando en las calles de mi ciudad pueden ver que ya no cabemos tantos, pues los andenes están llenos de personas buscando un mejor futuro porque en su país nada puede garantizarlo, me voy porque necesito buscar algo mejor y aquí no lo encuentro. Lo siento, senadora Claudia Lopez, pero no puedo esperar quince años a que usted traiga el Estado a mi región.